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sábado, 13 de octubre de 2012

2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO. MI ANÁLISIS Y APROXIMACIONES

2001 constituye una de esas películas que me impactaron profundamente – quizá la que más - desde la primera vez que tuve ocasión de verla. Debía tener doce o trece años cuando en el colegio que estudiaba nos llevaron a la sala de cine con la que contaba la institución, y que como ya habían hecho en otras ocasiones, en una especie de sorpresa inesperada, nos proyectaron una película: se trataba de 2001 odisea en el espacio (1968), del mítico director Stanley Kubrick. Desde sus primeras imágenes hasta su final quedé fascinado. Las imágenes, la música, su extraño argumento, el fascinante ordenador HAL 9000, la extrañeza aun mayor de las imágenes del astronauta David Bowman en su descenso a Júpiter...  el misterioso monolito que va apareciendo en distintas fases de la película, el bebé cósmico. Todo en ella me mantuvo sentado en mi butaca completamente absorto y entregado. La volví a ver más tarde, cuando contaba diecisiete o dieciocho años, y experimenté el mismo grado de fascinación y, desde entonces, no se cuantas veces más he reiterado en su contemplación experimentado la misma fascinación que la primera vez

Las distintas aproximaciones de Stanley Kubrick a los diferentes géneros del cine nunca dejan indiferentes, y como no podía ser menos 2001 marcó un serio punto de inflexión en el cine de ciencia ficción y no sólo técnicamente sino argumentalmente. En ambos el salto fue cuántico. Como la posterior Solaris (1972) de Tarkovsky, ambas son obras que, aun dentro del género de ciencia ficción, se corresponden a lo que podríamos llamar Ciencia Ficción Metafísica. Isaac Asimov, Arthur C. Clarke – en cuyo relato El centinela se basa esta película -, Philip K. Dick, Stanislav Lem, Ray Bradbury, Bryan Aldiss, James G. Ballard o  Ursula K. Le Guin, han practicado este género que con la ciencia ficción de figura exponen un fondo que permite reflexionar sobre profundas cuestiones que abordan al ser humano. No en vano, por ejemplo, se considera a Stanislaw Lem en Alemania como un filósofo.

Arthur C. Clarke y Stanley Kubrick

Estamos ante una película esencialmente de imágenes y en la que la música juega un factor también decisivo, imágenes y músicas se interrelacionan sugestivas y sugiriendo un fuerte sentimiento de anonadamiento, de ser algo ínfimo ante un infinito que se revela como una presencia majestuosa, misteriosa y fascinante. 2001 es una obra onírica, visual, donde hablan las imágenes y los sonidos, en la que la contraposición entre lo humano y lo trascendente es constante… Creo que los significados de esta obra son, como en los sueños arquetípicos,  el resultado de un encuentro entre lo insondable por grandioso y la pequeña existencia subjetiva del espectador, algo que Kubrick sabia perfectamente y que le llevo a decir: sois libres de especular acerca del significado filosófico y alegórico de 2001. Vayamos pues a ejercer esa libertad.

1. EL AMANECER DEL HOMBRE: Una experiencia numinosa.

Las imágenes de 2001 se suceden en su inicio impactantes, atrapando la conciencia del espectador en el inicio de los tiempos, El amanecer del hombre. Desde el inicio con la imagen de la Tierra ascendiendo sobre la Luna, mientras que el Sol asciende a su vez sobre la Tierra, todos en alineación y la música de Así habló Zarathustra de Richard Strauss que las acompaña hasta la aparición del monolito entre el grupo de homínidos primitivos, cuyo encuentro es acompañado por la música del Requiem de Gyorgy Ligeti, la imagen y el silencio acompañan a este grupo en sus andaduras cotidianas y su lucha por sobrevivir. En esos inicios es donde recuerdo sentir, como aun siento, un especial sobrecogimiento, un sobrecogimiento que me aclaró Jung en su momento como numinosidad, concepto tomado de Rudolf Otto, quién a través de él trató de dar cuenta del sentimiento del encuentro entre el ser y lo sagrado. El teólogo  protestante alemán acuñó esta palabra que recogía un complejo emocional que caracteriza la experiencia del ser humano en ese encuentro, caracterizado por la percepción simultánea de lo misterioso, lo majestuoso y tremendo y lo fascinante que derivan en un sentimiento de sobrecogimiento y anonadamiento que Otto llamó sentimiento de creatura:

Que surge al contraste de esta potencia superior como un sentimiento de la propia sumersión, del anonadamiento, del ser en la tierra, ceniza, nada… [1]

La experiencia contemplativa que nos ofrece 2001 en esos primeros veinte minutos de película entre la dura vida por la sobrevivencia y la aparición repentina del monolito ya nos conmueve y nos recuerda las palabras de Jung:

El mundo en el que nacemos es rudo y cruel y al mismo tiempo de belleza divina. Es cuestión de temperamento creer qué es lo que predomina: el absurdo o el sentido. Si el absurdo predomina se desvanecería en gran medida el sentido de la vida en rápida evolución. Pero tal no es – o me parece ser – el caso. Probablemente, como en todas las cuestiones metafísicas, ambas cosas son ciertas: la vida es sentido y absurdo o tiene sentido y carece de él. Tengo las angustiosa esperanza de que el sentido prevalecerá y ganará la batalla. [2]



- El monolito de 2001: azar, determinismo o finalismo.

El famoso monolito de 2001 sugiere inevitablemente una presencia que implica “inteligencia” y “voluntad” poniendo en juego uno de los aspectos filosóficos que nos acompañan probablemente desde la noche de los tiempos: el conflicto entre el azar, el determinismo y el finalismo. ¿Hoy somos el producto de una conjunción, como Jacques Monod introdujo en 1970, en El azar y la necesidad, o somos el resultado de una determinación implícita en las leyes que regulan el universo (Laplace, Einstein, Edward G. Wilson), o bien no sólo un resultado, sino un resultado que tiene un fin, un sentido como, por ejemplo, han propuesto pensamientos del estilo de Henry Bergson (La evolución creadora, 1907) o Teilhard de Chardin (El fenómeno humano, 1955). La respuesta de Kubrick está en esa apertura a la libertad de interpretación de su película… Quizá todo eso está más allá de la capacidad explicativa del ser humano y al final todo se queda dentro de la experiencia subjetiva de éste. Si hay una “inteligencia” y una “voluntad” que dirige el Universo, y si ello tiene un sentido o no, esto es un inabarcable para la mente del ser humano como un absoluto demostrable restringiéndose, en todo caso, a vivencias de carácter subjetivo.En la película, el surgimiento de la conciencia  se relaciona estrechamente con el desarrollo de la inteligencia entre los homínidos primitivos con la aparición de las “herramientas”, en este caso en la utilización de un simple hueso como arma.



La evolución, entendida como evolución de la consciencia y sobretodo como evolución tecnológica tiene su imagen, una bellísima imagen en ese hueso-herramienta lanzado al aire por el homínido primitivo que se transforma en una nave espacial. Llega posteriormente otra de las secuencias más bellas del espacio jamás filmadas en la que una nave y una estación espacial danzan una alrededor de la otra el vals del Danubio azul de Johann Strauss.



Es interesante el planteamiento de Kubrick al presentarnos la evolución tecnológica en contraposición con la presencia del monolito y su relación con lo trascendental.

2. ANOMALÍA MAGNÉTICA DE TYCHO-1: La máscara y la sombra de la evolución tecnológica.

Otra de las características que llaman la atención de la película de Kubrick es el constante juego de polaridades, el juego de opuestos que observamos en ella (una de las características de lo numinoso es lo misterioso como paradójico). En esos primeros veinte minutos del amanecer del hombre comprobamos la polaridad entre lo biológico como lo instintivo, representado por el grupo de homínidos, y el monolito como manifestación de esa inteligencia trascendente que nos orienta más a la consciencia.

El monolito hallado en la Luna.

 El salto que va del hueso-herramienta a la nave espacial se nos presenta como una bella danza de naves con la imagen de la esfera terrestre al lado. Asistimos a una conquista del ser humano, al triunfo del hombre sobre la Naturaleza. James Hollis, analista junguiano del que ya hemos hablado al tratar el tema de la sombra, cita – en Tus zonas oscuras. La sombra en el individuo la organización y la sociedad – un lema de su infancia de la multinacional General Motors que decía: “El progreso es nuestra conquista más importante”. Sin embargo, la belleza de estas imágenes, la máscara, contrasta con la imagen fría y distante que se da de los seres humanos en la estación espacial, representada también por la tensión entre rusos y americanos característica de aquellos tiempos de la guerra fría. A través de su ropa se da una sensación de alarmante uniformidad, la propia estación de un blanco aséptico contrasta con unas butacas de diseño moderno y color rojo tan frías como el blanco de la estación. 



No obstante, no es sólo una frialdad “política” o de vestimenta. Es, en este sentido, sorprendente el frio diálogo entre uno de sus protagonistas, el  Dr Heywood Floyd (William Sylvester), y su pequeña hija en la Tierra. La ausencia de papá se soluciona mandándole un regalo. Ni una palabra de ternura, ni una de consuelo... Ausencia total de empatía. Ese intermedio en la estación espacial del Dr. Floyd hacia su posterior destino en la Luna nos recuerda la poesía de T. S. Elliot sobre "los hombres huecos”:

Somos los hombres huecos
Somos los hombres rellenos
Apoyados uno en otro
La mollera llena de paja. ¡Ay!
Nuestras voces resecas, cuando
Susurramos juntos
Son tranquilas y sin significado
Como viento en hierba seca
O patas de rata sobre cristal roto
En la bodega seca de nuestras provisiones. [3]

A su llegada se produce el segundo encuentro con el monolito, ahora enterrado deliberadamente en el interior de la luna desde... cuatro millones de años y generando  la señal con la que se abre paso a la segunda parte de la película: La misión a Júpiter.

- Evolución tecnológica... ¿Y evolución ética?

El ordenador HAL 9000
Esa frialdad emocional que emanan los personajes de 2001 recuerda ese frialdad implacable desde la que políticos y hombres sentados desde sus despachos utilizan esa misma tecnología que nos ha mandado a La Luna, o que nos permite vivir conectados a la red, para llevar la destrucción masiva donde "los intereses" lo consideren necesario sin el mínimo ápice de dudas. Es la misma frialdad implacable que envuelve hoy esa política fría e inhumana con la que "los mercados" hunden miles y millones de vidas humanas en la miseria y la muerte sin importarles lo más mínimo. Hay algo de esencialmente terrorífico en la idea de que hoy, en pleno siglo XXI, muchos dispongamos de Smartphones, de ordenadores portátiles o tablets y que millones de seres humanos sigan muriendo por falta de medicación básica. o de hambre, en este mismo mundo. De que al libre comportamiento pulsional de los mercados inspirados por la perversa filosofía neoliberal, siga esa estela de muerte, injusticia y abuso de poder en tantos y tantos países, afectando a tantas y tantas familias y seres humanos. El trasfondo de 2001 en esa fase deja entrever que a la evolución tecnológica no le ha seguido una consecuente evolución ética. Es fácil comparar nuestro mundo con otras etapas históricas del pasado y destacar que "hemos mejorado" - como algunos pensadores optimistas se empecinan en destacar -. En todo caso hemos mejorado algunos... Para otros, una mayoría, las tinieblas de los abusos de poder de los tiempos pasados continúan implacablemente cayendo sobre ellos. Lo único verdaderamente grave ahora es que la información, el conocimiento, el saber nos debería conferir mayor responsabilidad ética, una consciencia más profundamente ética... La realidad ha sido todo lo contrario. En tiempos de 2001, en 1968, probablemente el asunto de máxima preocupación eran los límites de lo tecnológico, en especial por la tenebrosa amenaza que la vinculaba con la bomba atómica que Kubrick precisamente ya había abordado antes con su magnífica ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove: How I learned to stop worrying and love the bomb, 1964). Probablemente, y si hoy viviera Kubrick, elegiría los mercados financieros como máximo exponente de esta inversión entre la evolución tecnológica (¿acaso no se habla de “ingeniería” financiera?) y la evolución ética. Pero ya sabemos... poder y ética no son buenos hermanos.

3. MISIÓN A JUPITER: HAL 9000 a imagen y semejanza de...

La segunda parte de 2001 nos transporta a “Misión a Júpiter” y nos presenta la nave Discovery rumbo al mayor planeta del sistema solar. Dos astronautas, David Bowman (Keir Dullea) y Frank Pool (Gary Locwood) se hallan, junto al ordenador HAL 9000, al cuidado de la nave rumbo a Júpiter, mientras los tres tripulantes restantes viajan en estado de hibernación. El motivo final de la misión aun no ha sido revelado a ninguno de los tripulantes y Kubrick nos familiariza en una larga secuencia con la vida de los dos astronautas y el ordenador HAL en la nave.

La nave Discovery

 Sin embargo, el tema de esta segunda parte de la película tiene que ver con “la rebelión de las máquinas”, un tema que probablemente tuvo, como fuente de inspiración, su inicio con esta película: la máquina-ordenador que deviene consciente y decide acabar con los humanos o entrando en rebelión. Destaco entre ellas Blade Runner (Ridley Scott, 1982), Terminator (James Cameron, 1984) y su saga, así como la película Yo robot (I robot, Alex Proyas, 2004), o la más reciente La conspiración del pánico (Eagle Eye, D. J. Caruso, 2008) o la misma saga de Residente Evil y el ordenador la Reina Roja. Entre las menos conocidas, o de menor presupuesto, pero no menos interesantes tenemos Colossus: el proyecto prohibido (Joseph Sargent, 1970) que explota el mismo concepto en el entorno de la guerra fría entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, o la interesante Almas de metal (Michael Crichton, 1973) con Yul Brinner como un pistolero cibernético fuera de control o El engendro mecánico (Donald cammell, 1977), y también la canadiense Asesinos cibernéticos (Screammers, Christian Doguy, 1995).

La máquina exterminadora.

Efectivamente, esto es lo que acaba ocurriendo con HAL 9000, quien ante las sospechas de mal funcionamiento que tienen Bowman y Pool acerca de algunas decisiones del ordenador, acaba “decidiendo por sí mismo” el futuro de la expedición al eliminar al astronauta Frank Pool cuando éste se halla fuera de la nave reparando una antena. Ante el aparente accidente, David Bowman sale también de la nave para rescatar a Pool, momento que HAL aprovecha para desconectar los controles de los tres astronautas hibernados, acabando con su vida. Cuando Bowman recupera el cadáver de Pool HAL no le deja volver a entrar en la nave. Bowman debe entonces hacerlo manualmente asumiendo el riesgo de tener que salir sin la escafandra , de protección. Tras lograrlo se dirige inmediatamente a desconectar a HAL quien durante la secuencia hace famosa las frases: Deténgase Dave... Tengo miedo... Tengo miedo Dave... Dave... mi cabeza se va.

- Máquina consciente y pulsión: La máscara y la sombra del progreso.

HAL 9000 parece actuar a imagen y semejanza... de sus creadores. Efectivamente, HAL parece su justo espejo. Le caracteriza ese tono neutro – que en inglés está mejor conseguido – que le confiere esa misma frialdad general de los protagonistas humanos del film. Kubrick introduce en  el tema de la máquina que deviene consciente una de las características posteriores que han acompañado el argumento de éste tipo de películas: la implacabilidad de la máquina, y de la que quizá el Terminator sea su imagen más lograda. Algo así como el caracter implacable con el que la misión - sea cual sea ésta - debe ser ejecutada por la máquina, y cuyo objetivo  está por encima de toda consideración. El mensaje que se deriva de esta  visión no deja de ser significativo a nivel psicológico: la máquina consciente, y atención, la máquina sin emociones, es fundamentalmente un ente pulsional. Esa naturaleza implacable que nos hace pensar en el comportamiento pulsional del ser humano como núcleo mismo de su funcionamiento, un núcleo a menudo inconsciente carente de toda consideración que no sea el objeto mismo de la pulsión.

- El capitalismo como máquina pulsional.

La revolución de las máquinas-ordenadores contra el ser humano quizá no se ha dado... todavía. Pero su equivalente lógico, hoy más que nunca, lo tenemos en el capitalismo salvaje que desde la época de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, coincidiendo con la globalización, se ha ido desarrollando "implacablemente" y sin pausa. La visión del capital como máquina pulsional ha sido profundamente percibida por el filósofo Slavoj Zizek como lo derivamos de sus palabras siguientes claramente visionarias ante los sucesos que acontecen en la actualidad:

No pienso que se pueda hacer creer que el capitalismo es la tapadera de una determinada dominación cultural; es decir, que el capitalismo significa realmente el predominio de la cultura europea o americana. No, el capitalismo moderno es verdaderamente multinacional y multicultural, en el sentido de que no tiene una referencia socio-cultural última. El verdadero horror del capitalismo es que literalmente no tiene raíces. Y en este sentido es lo Real; es una máquina simbólica abstracta. [4]

Slavoj Zizek como lo derivamos de sus palabras siguientes claramente visionarias ante los sucesos que acontecen en la actualidad:Bajo el rostro humano (como la voz o el simulador emocional de HAL 9000) del terminator se halla la máquina implacable y su objetivo, de la misma manera que bajo el rostro de la libertad y la democracia capitalista se halla el capital implacable y su objetivo: más dinero. Y también la aproximación que ya vimos en la entrada Cuando el destino nos alcance (ver enlace) en la que el filósofo esloveno nos dice:

Lo verdaderamente terrorífico no está en el contenido específico oculto bajo la universalidad del Capital global, sino más bien en que el Capital es una máquina global anónima que sigue ciegamente su curso, sin ningún Agente secreto que la anime. El horror no es el espectro (particular viviente) dentro de la máquina (universal muerto), sino que la misma máquina (universal muerto) está en el corazón de cada espectro (particular viviente). [5]

El filósofo Josep Ramoneda pone el dedo en la llaga cuando dice:

una sociedad en la que la capacidad normativa está en el poder económico, que ha penetrado en el comportamiento humano por la vía del discurso de la eficiencia - la extensión de la cultura del management a la esfera privada - y la publicitación del consumo como modo de estar en el mundo - y que como dice Bernard Stiegler, es una máquina voraz que se nos come la líbido y convierte nuestra economía del deseo en pura pulsión - [6] – la negrita es mía -

4. JÚPITER Y MÁS ALLÁ DEL INFINITO: La vuelta a lo numinoso.

Tras la desconexión del ordenador HAL 9000, salta en un monitor de televisión la comunicación acerca del motivo de la misión de la nave Discovery y su tripulación. Se explica que la señal de radio que se registró en la luna tras el descubrimiento del monolito era una señal que apuntaba hacia Júpiter y que el objetivo de la misión es investigar lo que ocurre en esa zona. David Bowman sigue entonces en solitario con su misión, no sin antes observar un monolito gigante que orbita alrededor de Júpiter...

Es aquí donde entramos en la parte llamémosle "más extraña" de la película y que más desconcierto genera... La obra de Arthur C. Clarke que inspira la obra de Kubrick es "El centinela", un cuento corto en el que, como en la película, se encuentra una construcción de origen extraterrestre colocada en la Luna... El protagonista y narrador del cuento acaba sospechando su sentido:

Cuando nuestro mundo tenía la mitad de su presente edad, algo procedente de las estrellas pasó a través del Sistema Solar, dejó aquella señal de su paso, y prosiguió su camino. Hasta que la destruimos, aquella máquina seguía cumpliendo la misión de sus constructores; y en cuanto a esa misión, he aquí lo que yo presumo:

dejaron un centinela, uno de los millones que han dispersado por todo el universo, para que vigilen los mundos con promesa de vida. Era un faro que a través de las edades ha venido señalando pacientemente el hecho de que nadie lo había descubierto. Quizá comprenderéis por qué colocada aquella pirámide de cristal sobre la Luna en lugar de sobre la Tierra. A sus constructores no los interesaban las razas que estaban aún luchando por salir del salvajismo. Solamente les interesaría nuestra civilización si demostramos nuestra aptitud para sobrevivir al espacio y escapándonos así de nuestra cuna, la Tierra. [7]

En la obra de Kubrick "el centinela", más que para avisar, parece hecho para atraer, para dirigir al hombre hacia algún lugar. En la adaptación a libro que Arthur C. Clarke hizo de 2001, viene a tratar el monolito como una especie de Puerta de las estrellas... Un tema que también ha recogido una película como Contact (1997, Robert Zemeckis). ¿Y a dónde lleva esta puerta al astronauta David Bowman? ¿Qué sentido tiene la trayectoria de David Bowmann desde la entrada en la puerta hasta su final en el misterioso bebé cósmico, pasando por la extraña habitación barroca?

- La experiencia numinosa (Rudolf Otto).

La entrada en la puerta se caracteriza por llevar a Bowman a la contemplación de imágenes cósmicas y a la potencia conmovedora que producen estas en el alma humana. La grandiosidad de los cúmulos estelares, de las galaxias, de las nebulosas y estrellas enanas  blancas como supergigantes rojas, de los cometas pone en contacto a nuestro astronauta con esas características de lo numinoso como son la  majestuosidad y lo fascinante... Es esa misma experiencia que lleva a decir a  la protagonista de Contact, Ellie Arroway (Jodie Foster), al contemplar la belleza de lo que se le da a ver, que debieron llevar a un poeta a este viaje. 




Por un lado la maiestas tremenda, la grandeza tremenda que se contrapone con la nimiedad del ser humano, de la simple creatura (ver nota 1) que le lleva también a experimentar otro sentimiento vinculado a la experiencia de lo majestuoso, la experiencia del estremecimiento:

Estremecerse no es un temor natural, sólito, ordinario, sino ya un primer sobresalto y barrunto de lo misterioso, aun cuando en su forma más tosca de inquietante y siniestro; es una primera valoración, según una categoría que no reside ni se refiera a objetos naturales, y que sólo es posible para aquel en quien se ha despertado una peculiar predisposición de ánimo, distinta de la natural, que al principio se manifiesta en forma brusca y grosera, y sin embargo, ya revela una nueva función o manera especial de sentir y valorar del espíritu humano. [8]



El final de esta trayectoria acaba en una habitación cuyo aspecto nos conecta con otra de las características de lo numinoso: lo misterioso que, a su vez, se caracteriza por tres cualidades esenciales:

… el de simple sorpresa, el de paradoja y el de antinomia […] lo inaprensible e incomprensible; […] aquello que escapa a nuestros conceptos, porque trasciende todas las categorías de nuestro pensamiento. No sólo las rebasa, las hace ineficaces, sino que, en ocasiones parece ponerse en contraposición a ellas y derogarlas y desbaratarlas. Entonces este aspecto del numen, además de incomprensible, se convierte en paradójico. [9]

La blancura brillante de la habitación, su decoración de carácter barroco, la nave en su interior, la estructura simétrica (simetría de los opuestos) de algunos elementos le confieren todos estos aspectos que definíamos acerca de lo misterioso.



Sigue entonces la extraña secuencia en la que Bowman va envejeciendo progresivamente, del Bowman astronauta al Bowman que parece un habitante de la extraña habitación, y de éste al Bowman que parece morir en la cama alargando su mano ante el monolito que se halla frente a él...




y de ahí al bebé cósmico (o el hijo de las estrellas)...



¿Cuál es el sentido de Lo numinoso? Es este un sentimiento por el que se percibe una presencia que está más allá de lo psíquico y lo material en el mundo que nos rodea: es la manifestación de lo sagrado en la tradición occidental o la manifestación del gran misterio en las tribus norteamericanas, o la manifestación del Tao para los taoistas... Una de las formas de percibir lo innominable y lo inexpresable, esa es la conmoción que la experiencia de lo numinoso causa en la psique humana... una conmoción que generalmente afecta e impacta al ser que la recibe.

- El concepto de self en Jung: lo personal y lo transpersonal.

C. G. Jung con su nieta.
Creo que una buena aproximación de esta última parte de la película nos lo permite la reflexión acerca del concepto del self (sí mismo) junguiano, o si se prefiere del arquetipo del self, puesto que es el único que incluye una dimensión transpersonal. Efectivamente, Jung postuló lo que el llamó naturaleza psicoide del arquetipo, entendiendo por psicoide la naturaleza del arquetipo como algo psíquico y a la vez algo no psíquico:

Las capas más profundas de la psique pierden su singularidad individual a medida que se retiran más y más atrás en la obscuridad. "Más abajo", es decir, a medida que se aproximan a los sistemas funcionales autónomos, se tornan cada vez más colectivas hasta que se universalizan y se extinguen en la materialidad del cuerpo, verbigracia, en sustancias químicas. El carbono del cuerpo es simplemente carbono. Por ende, en el fondo la "psique" es simplemente "mundo". [10]

De textos como este y otros Jung concluye que en la medida que el yo tiende al self no sólo profundiza en su psique sino que también profundiza en el mundo:

Dado que psique y materia están englobados en un sólo mundo, mantienen entre sí un contacto permanente y, finalmente, se basa en factores trascendentales irrepresentables, existe no sólo la posibilidad, sino cierta probabilidad, de que materia y psique sean dos aspectos diferentes de una misma cosa. [11]

La evolución de David Bowmann desde el joven astronauta al bebe cósmico parecen redundar en esa manifestación de una misma cosa de la que materia y psique son diferentes aspectos, y que psique y mundo se engloban dentro de un mismo campo de energía, en una especie de campo unificado. Quizá por eso siempre se ha visto en Jung a un taoista occidental que comprendió que aquello que llamamos alma es algo que como una corriente esta debajo de toda manifestación ya sea psíquica, ya sea  material.

El gran error que ha cometido nuestra conciencia occidental es atribuir al alma sólo una realidad derivada de causas materiales. Bastante más sabio es el Oriente, que fundamenta la esencia de todas las cosas en el alma. Entre las desconocidas naturalezas del espíritu y la materia se halla la realidad de lo anímico, la realidad psíquica, la única realidad que podemos experimentar directamente. [12]

Y es a la luz de esta percepción desde la que podemos reflexionar sobre la relación de esta tercera parte de la película con el resto.

5.EL MITO DEL SENTIDO EN JUNG.

Hacia el final de su vida escribió Jung:

El mundo en el que nacemos es rudo y cruel y al mismo tiempo de belleza divina. Es cuestión de temperamento creer qué es lo que predomina: el absurdo o el sentido. Si el absurdo predomina se desvanecería en gran medida el sentido de la vida en rápida evolución. Pero tal no es – o me parece ser – el caso. Probablemente, como en todas las cuestiones metafísicas, ambas cosas son ciertas: la vida es sentido y absurdo o tiene sentido y carece de él. Tengo las angustiosa esperanza de que el sentido prevalecerá y ganará la batalla. [13]

Yo soy de los que cree, como Jung, o como una de sus discípulas, Aniela Jaffé, que este tema es un asunto esencialmente subjetivo y que, no obstante, atañe objetivamente a nuestro mundo en general. Dice Aniela Jaffé hablando de Jung:

Para él, el sentido provenía de una larga vida, rica en experiencia y de más de medio siglo de investigación sobre la psiquis humana. Encontró una respuesta que le satisfizo, que coincidía con su conocimiento científico pero que no pretendía ser científica. No existe una respuesta objetivamente válida a la pregunta del sentido; pues, además del pensamiento objetivo, la valoración subjetiva también juega un papel. Cada respuesta constituye un mito que el hombre crea para responder a lo que no tiene respuesta. [14]

Esta es la gran respuesta que se está dirimiendo en la evolución del hombre y de la conciencia: ¿Tiene sentido nuestra existencia? ¡Es nuestro sentido el sentido que pretende darle una sociedad como la actual, entregado a la locura capitalista, convirtiendo el ser humano en simplemente un objeto consumidor o de explotación. Tiene nuestro sentido algo que ver con esa frialdad tecnológica a la que Kubrick hacía referencia alrededor de la actividad pulsional de la máquina, la misma frialdad implacable, la misma ceguera pulsional y carente de toda ética que encontramos hoy en la máquina que constituye el capital y los mercados financieros...? ¿O todo esto va de algo más? ¿Podemos los seres humanos esperar algo más que esa locura narcisista entre la que vivimos? 

La lucha entre el sentido y el absurdo tiene mucho que ver con esto, la lucha entre la pulsión [de muerte] y la consciencia capaz de percibir "el alma del mundo". La lucha entre la ceguera narcisista o la empatía de formar parte de un campo unificado de lo existente. No es de extrañar, y creo que hoy lo subscribiría ampliamente, que Jung deseaba que prevaleciera el sentido al absurdo. Hoy dirimimos esta batalla y la dirimimos jugándonos nuestro sentido, el sentido del ser humano hecho de los múltiples sentidos de cada existencia en su búsqueda. Que el ser humano desaparezca presa de su propia pulsión es algo que posiblemente deje indiferente al Universo... Y, sin embargo, es algo esencial para que el ser humano se pierda en el absurdo narcisista de su propia existencia, o se dote de sentido formando parte de la majestad del Universo y de ese sentido, ese misterio, esa alma, ese Tao que modela la existencia, que se hace oir sutilmente entre lo objetivo y la pura subjetividad cuando se le quiere escuchar humildemente como bien conoce el sabio taoista:

El sabio ve las partes con compasión
porque comprende el todo.
Su práctica constante es la humildad.
No resplandece como una joya
Sino que deja que el Tao le de forma,
Tan fuerte y común como una piedra. [15]

Que el ser humano permanezaca alienado y sin sentido en un mundo absurdo o que el próximo salto de consciencia redefina nuestro lugar en el mundo, el sentido, es una cosa que como bien planteba Jung parece una batalla y que, en palabras de Freud, sería la batalla entre la pulsión de muerte (el absurdo) y la pertenencia al alma del mundo (el sentido). Quizá por eso Jung dice aquello de:  Tengo la angustiosa esperanza de que el sentido prevalecerá y ganará la batalla.

La transformación que sufre David Bowmann probablemente tenga que ver con esta transformación que nos indica Jung, la transformación de quién de repente deja su conciencia parcial, su alma separada del mundo para formar parte del alma del mundo que no es más que la suya propia y siente profundamente que comparte ese mismo campo de energía... Es entonces cuando, y como decía el filósofo Ludwig Wittgenstein, que el mundo se torna místico, que el mundo muestra el alma porque nosotros también formamos parte de ella. En las páginas finales de su Tractatus Logico-phillosophicus encontramos algunas de sus proposiciones más sugestivas acerca de la vida y el mundo:

Ludwig Wittgenstein
No es lo místico cómo sea el mundo, sino que sea el mundo.
La visión del mundo sub specie aeternis es su contemplación como un todo - limitado -
Sentir el mundo como un todo limitado es lo místico. [16]

Recordemos que la expresión sub specie aeternis es una manera de pensar y de sentir que utilizó como lema el filósofo Baruch de Spinoza y que se entiende como una referencia permanente a la dimensión cósmica del espacio y el tiempo que nos rodea, sin perder de vista por tanto nuestra pequeñez y futilidad, es decir, algo parecido al sentimiento de creatura de Rudolf Otto.

De esto cabe deducir también que hay una relación directa entre la perturbación de la contemplación del mundo provocada por los aspectos neuróticos del carácter y el mundo en sí... La intuición profunda de Jung fue que el yo que tiende hacia el self, hacia la totalidad psíquica, se acerca también a poder contemplar el mundo sub specie aeternis (Spinoza) o desde el sentimiento de creatura (Rudolf Otto) y que es entonces cuando nos aproximamos a la manifestación de lo místico, entendiendo que lo místico surge no como "algo más allá del mundo" sino que ya es el mundo en sí cuando los elementos neuróticos del caracter dejan de interferir en su contemplación. Siempre me ha impresionado este modo de ver las cosas por la sencillez (que no simplicidad) y profundidad de su propuesta.


Esta me parece ser la metáfora que, desde mi perspectiva, se revela en la  transformación de Bowman a la que se pretendió dar continuidad con la secuela 2010, excelente película de ciencia ficción en sí misma, sino fuera porque precisamente se trata de la secuela de 2001 con la que, en muchos aspectos, aparece con una absoluta falta de sintonía, tanto en el abordaje de los temas - pretendiendo aclarar las incógnitas - como en la definición de los personajes (el doctor Floyd interpretado pr Roy Scheider nada tiene que ver con el de William Sylvester).




[1] Otto, Rudolf. Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios. Alianza editorial bolsillo, pág. 31
[2] Jung C.G. Recuerdos, sueños y pensamientos. Editorial Seix Barral. Biblioteca breve, pág. 362
[3] Elliot, T. S. Poesías reunidas 1909-1962. Alianza Tres, 40. Los hombres Huecos. Traducción de José María Valverde.
[4] Zizek, Slavoj. Arriesgar lo imposible. Conversaciones con Glyn Daly. Editorial Trotta, pág. 147
[5] Zizek, Slavoj. En defensa de la intolerencia. Ediciones Sequitur, pág. 59
[6] Ramoneda, Josep. La izquierda necesaria. RBA editores, pág. 34
[7] Clarke, Arthur C. El centinela. Biblioteca El Mundo.
[8] Ver nota 1, pág.26
[9] Ver nota 1, pág. 26
[10] Jaffe, Aniela. El mito del sentido en la obra de C.G. Jung. Editorial Mirarch, pág. 23
[11] Jung, C. G. La dinámica de lo inconsciente, OC 8, parágrafo 418 (Consideraciones teóricas acerca de la esencia de lo psíquico)
[12] Ídem anterior, parágrafo 748 (Realidad y suprarrealidad)
[13] Ver nota 2, pág. 375
[14] Ver nota 9, pág. 11
[15] Versos atribuídos a Lao Tzé.
[16] Wittgenstein, Ludwig. Tractatus Logico-phillosophicus. Editorial Alianza AU 50, pág. 201

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PELÍCULAS DE INTERÉS


2010 Odisea 2 (Peter Hyams, 1984)

Actores: Roy Scheider, John Lithgow, Helen Mirren, Bob Balaban, Keir Dullea.



Una tripulación soviético-estadounidense, con el Doctor Heywood Floyd viaja en la nave espacial soviética Alexei Leonov con el fin de descubrir lo que salió mal en la misión anterior, investigar el monolito que sigue en órbita alrededor del planeta, y averiguar todo lo posible sobre el mal funcionamiento de la computadora HAL 9000 y la posterior desaparición del astronauta David Bowman. Esperan encontrar respuestas a todas estas preguntas en el interior de la Discovery, ahora abandonada en una órbita inestable alrededor de Júpiter.

CONTACT (Robert Zemeckis, 1997)

Actores: Jodie Foster, Matthew McConaughey, James Woods, John Hurt, Tom Skerritt



Ellie Arroway (Jodie Foster), es una científica que trabaja en la búsqueda de señales de inteligencia extraterrestre en el SETI. Es ridiculizada  por el Doctor David Drumlin (Tom Skerritt), su antiguo profesor y el consejero de ciencia de la Presidencia. A pesar de sus probemas recibe una subvención del millonario S.R. Hadden (John Hurt), por lo que SETI puede continuar. Es detectado un mensaje extraterrestre como una secuencia de números primos, proveniente de la estrella Vega. El mensaje es finalmente decodificado y...

PROYECTO BRAINSTORM (Douglas Trumbull, 1983)

Actores: Cristopher Walken, Natalie Wood, Louise Fletcher, Cliff Robertson,

El doctor Brace y la Doctora Reynolds están a punto de culminar un proyecto: una máquina grabadora que, unida a unos sofisticados sensores de ondas cerebrales, puede leer y grabar todas las sensaciones físicas y emocionales del individuo. Y como colofón, quieren conseguir que esa suma de sensaciones, grabadas en una cinta de diez centímetros, pueda ser reexperimentada por otra persona diferente.




 DUNE (David Lynch, 1984)

Actores: Kyle MacLachlan, Francesca Annis, Sting, Sean Young, José Ferrer, Max von Sydow


Por orden imperial la familia Atreides deberá hacerse cargo de la explotación del desértico planeta de Arrakis, conocido también como "Dune", el único planeta donde se encuentra la especia, una potente droga que, además, es necesaria para los vuelos espaciales. Anteriormente el planeta había sido gobernado por los Harkonen, que han ejercido su mandato con puño de hierro, dejando una huella indeleble en la población indígena del planeta.


SOLARIS (Andrej Tarkovsky, 1972)

Actores: Natalya Bondarchuk, Donatas Banionis, Jüri Järvet, Anatoli Solonitsyn, Vladislav Dvorzhetsky, Avigdor Leinov

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SOLARIS (Steven Soderbergh, 2002)


Actores: George Clooney, Natascha McElhone, Jeremy Davies, Viola Davis, Ulrich Tukur







VIAJE ALUCINANTE AL FONDO DE LA MENTE (Ken Rusell, 1982)

Actores: William Hurt, Blair Brown, Bob Balaban, Charles Haid