Hace tiempo que no veía una película que me emocionara tanto como esta de Michael Haneke: Amor (Amour, 2012). Me es difícil trasladar en palabras lo que esta película me sugiere. Para ello creo que la mejor manera de empezar es diciendo algo que me parece destacable: en una película titulada amor, esta palabra, o cualquier conjugación de su verbo no se utiliza ni en una sola ocasión. Quizá esto ya nos indica algo que tiene que ver con el amor, algo que no tiene tanto que ver con la palabra como con el gesto (tan presente en la película). No me parece tampoco extraño que Haneke haya situado este complejo sentimiento del amor en una historia en la que los protagonistas son una pareja de ancianos, profesores de música jubilados, interpretados soberbiamente por un increíble y lleno de matices Jean-Louis Trintignant (Georges) en una de esas inmortales interpretaciones que nos son raras de contemplar, y la no menor de Emmanuelle Riva (Anne). El amor aparece en esta historia ligada a la vejez, ligada, en este caso, a la enfermedad y al sufrimiento, y finalmente a la muerte. También a la soledad. En su trabajo, y en el papel de Eve, su hija, también dedicada a la música como su pareja y sus hijos, les acompaña la siempre excepcional Isabelle Huppert.
Lejos del habitual romanticismo, aunque no exento de él - ya hablaremos de ello -, Amor se rodea de una historia que quizá en su sencillez y austeridad claramente diseñada por Haneke, sin música de acompañamiento, excepto la propia de las escenas en las que la hay por necesidad del guión, simplemente apoyada en la humanidad de sus protagonistas, ya nos habla de los lugares en los que el amor habita: lejos de todo tipo de excesos y, en ocasiones, en los lugares más oscuros y recónditos.
I. LA ANCIANIDAD como camino final del amor.
¿Por qué Haneke ubica esta historia de amor en la ancianidad? Para ello quizá debamos interrogarnos acerca de qué lleva a un ser humano a amar a otro. El amor al otro es un sentimiento que se crea con el tiempo, que requiere tiempo. Deseo y enamoramiento son sus fuegos artificiales aunque no por ello menos importantes, son las chispas que nos abren a la posibilidad del amor. Deseo y enamoramiento son dos afectos relativamente efímeros y volubles que, sin embargo, nos abren a ese sentimiento más permanente y estable por el que el otro pasa a ser alguien importante en nuestra vida, alguien a quién sentimos querer a nuestro lado: alguien con quien construir camino. Veo en ese aspecto el por qué Haneke situa el amor en nuestra pareja de ancianos, una pareja que no sólo ha construido camino sino que se halla - pasados los ochenta - ya en sus últimas andaduras... Aquellas que quizá sean las más difíciles de su trayectoria.
Georges y Anne son una pareja pareja de ancianos, ambos profesores de música retirados y de una gran cultura que viven en su piso parisino, y cuya vida se ve notablemente perturbada a causa de una intervención quirúrgica desafortunada que sufre Anne - obstrucción de la carótida - y que la deja hemipléjica, paralizada del lado izquierdo de su cuerpo y en silla de ruedas. "Hemos pasado por mucho tu madre y yo. Esto es nuevo", le dice a su hija antes de que Anne vuelva al apartamento, frase que inaugura algo en lo que el amor va a estar implicado. Ya anticipa esto un momento clave en la vuelta de Anne a casa cuando le hace prometer a Georges que no la volverá a llevar al hospital. Sin embargo, cito la frase de Georges para indicar como la idea de camino va unida a la de superación de los problemas, la asunción de los conflictos que conlleva precisamente esta íntima convivencia y la posibilidad de crecer como individuos y como pareja. Georges muestra una gran claridad cuando indica que "esto es nuevo".
La película continúa con algunas escenas donde observamos a Georges cuidando de Anne si bien pronto también se articulan los primeros problemas, en especial cuando Anne manifiesta que ya no vale la pena vivir: "No hay nada por lo que seguir viviendo. Sé que sólo puede empeorar. ¿Porqué imponernos esto a tí y a mí?". El diálogo que sigue es de interés:
Georges: A mi no me impones nada...
Anne: Nadie te obliga a mentir Georges.
Georges: Bueno... Ponte en mi lugar, No se te ha ocurrido que podría haberme pasado a mi.
Anne: Si, claro. Pero la imaginación y la realidad tienen poco en común.
Georges: Además cada día mejoras...
Anne: No quiero seguir. Agradezco tus esfuerzos pero no quiero seguir de este modo. Y lo digo por mi, no por tí.
Georges: No te creo. Te conozco. Crees ser un peso para mi... Pero si estuvieses en mi lugar qué harías.
Anne: No lo se. No quiero ponerme en tu lugar. Estoy cansada. Quiero acostarme.
Esta escena tiene su referente en una escena anterior donde George le cuenta a Anne un episodio de su infancia después de haber visto una película de época de corte romántico:
... recuerdo que estaba muy conmovido al salir. Tardé un largo rato en calmarme. En el patio de la casa donde vivía mi abuela había un chico asomado. Me preguntó de dónde venía. Tenía unos años más que yo y era de esos que fardaban y me intimidaba mucho. Del cine - le dije yo -. [...] ¿Y qué has visto? Empezé a contarle la historia, y mientras hablaba me fui emocionando. No estaba dispuesto a llorar delante de él. Era imposible. Ahí estaba en el patio, llorando. Y le conté el drama hasta el final [...] Recuerdo los sentimientos. Me avergonzaba llorar. Pero al contar los sentimientos volvían las lágrimas con más fuerza que cuando veía la película. No podía parar.
Las lágrimas que nos relata aquí Georges son las que ahora no puede vertir como tampoco puede dar cauce a sus emociones y sentimientos presos en su angustia. No en vano Anne al oir este relato le dice: "No vas a estropear tu imagen ahora que has llegado a la vejez". Un Georges soprendido le pregunta: "¿Oye,,, cuál es mi imagen?" A lo que Anne le responde amorosamente: "A veces eres un monstruo, pero eres bueno".
Uno de los aspectos que observamos es también la dificultad que entraña pasar del hacer al estar. Se observa en especial cuando Eve esta sentada delante de su madre tendida en la cama y ya mermada por el segundo ataque. Eve le habla de historias financieras... como si nada ocurriera. Cuando Anne habla no logra entenderla. Eve nos pone de relieve esa dificultad que experimentamos los seres humanos cuando ya no podemos "hacer" nada más que "estar" - algo que Georges va a asumir admirablemente -, que acompañar al otro en su camino hacia la muerte en un camino donde el sufrimiento es explícito. En una escena posterior tenemos un diálogo entre padre e hija interesante:
Eve: ¡Mamá desvaría! [...] ¿Qué está ocurriendo? No podemos dejarla tumbada sin más. Ni la reconozco, es de locos.
Georges: No se puede hacer más por ahora. Sigue un tratamiento, toma la medicación. No hay otro tratamiento.
Eve: ¿¡Cómo que no hay otra posibilidad!? Y si la ingresas en el hospital.
Georges: Ha tenido otro ataque. Vertier la examinó y cree sinceramente que debemos evitar llevarla al hospital. Además no se la quedarían, la mandarían a una residencia y lo que hacen allí puedo hacerlo yo aquí. Y... además, no irá a una residencia. Se lo prometí.
[..]
Eve: La verdad, no puede ser que hoy en día no tenga la posibilidad de un tratamiento más eficaz.
Georges: Nada te impide averiguarlo... Supongo que me creerás si digo que quiero a tu madre tanto como tú. Y te lo ruego, no me trates como un tarado incapaz de tomar decisiones lógicas.
Eve: No he dicho eso, pero dudo que tenerla aquí sea lo mejor...
Finalmente Georges eleva su tono de enfado ante lo que parece estar pasando un examen ante su hija y su yerno... Mientras unos hablan de lo que es "operativo" - cosa de la que George ya se encarga en realidad -, Georges habla de la importancia de respetar la voluntad de Anne y de "estar" con ella. El clíma de máxima tensión entre ellos es hacia el final de la película, donde la emoción de Eve, que es una emoción de desesperación y no exenta de sentimiento de culpabilidad, sigue sin reconocer la elección de Georges:
Eve: ¿Y que va a pasar ahora? - de nuevo el examen -
Georges: ¿Qué que va a pasar? La enfermera viene tres veces a la semana, cada quince días el doctor Vertier y la peluquera. ¿Es lo que querías saber...? Todo seguirá como hasta ahora. Irá de mal en peor y así hasta que un día se acabe.
Eve: No puedes seguir de este modo papá. No...
Georges: ¿Y qué me propones?
Eve: ¡No podemos hablar en serio los dos!
Georges: ¿A qué llamas hablar en serio? ¿Quieres llevártela a tu casa o quieres mandarla a una residencia? ¿Es eso? ¿Eh? ¡Vamos... hija! ¡Vamos, háblame en serio!
Como vemos, este tema nos plantea hoy también la problemática de los ancianos en una sociedad como la nuestra en la que, paradójicamente, y al mismo tiempo sintomáticamente, el aumento de la esperanza de vida ha venido unido con el deterioro de su calidad y sobretodo de su dignidad.
II. AMOR E INTIMIDAD: El camino que construye un espacio.
De la misma manera que antes dijimos que el amor requiere tiempo, el amor que se construye con el camino también requiere de un espacio, el espacio de la intimidad. La sobriedad y la sencillez de Haneke es, como ya dije, lo que da una fuerza especial a esta película. El apartamento y sus dos protagonistas llenan la película de una intimidad conmovedora. Eso es algo que Haneke nos introduce al principio de la película cuando Anne es intervenida en el hospital. El director alemán nos muestra entonces distintos planos del apartamento solitarios y oscuros, de un extraño inmovilismo, como adentrándonos en el espacio en el que sólo la presencia de Anne y Georges lo va a transformar en un espacio de intimidad donde sus presencias se van a encontrar en ese algo nuevo de lo que Georges nos habla. Me recuerda su planteamiento a las odas de Pablo Neruda, odas a objetos inanimados que parecen tener alma... el alma que les confiere precisamente su contacto con el ser humano. El alma que para ese apartamento son Anne y Georges.
Entre las paredes de ese apartamento y sus objetos vamos a asistir a una intimidad hecha no de grandes movimientos dramáticos ni de sentimentalismos superfluos, sino una intimidad hecha del amor entre dos seres humanos cada uno de los cuales se nos muestra con las peculiaridades y limitaciones de su caracter. Al no ser personajes emocionalmente intensos, el amor gana entre ellos una presencia sumamente especial en el transcurrir de la película en los pequeños gestos, las miradas, pequeños gestos y miradas que de repente nos hacen percibir la verdadera fuerza del amor más alla de cierta torpeza emocional, y como a pesar de esta, el amor se torna cierto en una situación tan sumamente dramática como lo es la invalidez y el deterioro en la vida de una pareja de ancianos. Es justamente esa torpeza emocional, una torpeza tan frecuente en todos los seres humanos, en unos por defecto, en otros por exceso, que por ello se torna tan conmovedora... La historia de estos dos ancianos nos muestra el amor que se construye a pesar de los límites del caracter, no un amor inflacionado hecho de grandes manifestaciones sino un amor real hecho de pequeños gestos posibles para cada uno de sus protagonistas.
Hay varias escenas conmovedoras en la película, pero hay una de ellas que cuando la ví me hizo saltar unas pequeñas lágrimas - en esa película todo es pequeño y por ello conmovedor - y que, cada vez que la veo, me las sigue haciendo saltar, porque en su sencillez rezuma la expresión del verdadero amor que sienten dos seres que han construido una vida en común y que ahora se enfrentan a un duro final de trayecto. La escena corresponde a cuando Anne ya ha sufrido un segundo ataque y está considerablemente mermada. Georges esta sentado en la cama mirándola mientras ella balbucea algunas palabras con suma dificultad. Él sigue animándola a pronunciarlas... Anne entonces levanta su mano y extendiéndola la pone cuidadosamente sobre la de Georges. Este baja su mirada y contempla la mano sobre la suya. Unos instantes después él le pone su otra mano encima y se quedan mirándose ambos en silencio... Hay más amor e intimidad en esa imagen que en todas las definiciones que podamos dar del amor y que en todos los grandes abrazos y besos que se han contemplado en la gran pantalla. Ese momento es verdadera poesía hecha imagen.
Amor hecho gestos y miradas, amor encarnado, amor que trasciende la emoción para ser puro sentimiento discreto, silencioso, sutil...
Pero la intimidad no sólo está hecha de momentos tiernos sino también de los momentos duros, pues en la intimidad de una pareja transcurre todo lo que sucede entre dos seres que conviven. El amor tiene también sus momentos crueles, como en la escena en la que Anne se niega a beber - como testimonio de su voluntad de morir - y acaba con Georges dándole una bofetada ante su testaruda persistencia al escupir el agua que pretende hacerle beber. Es impactante la mirada que hace Anne a Georges cuando este le dice: "Vamos Anne, si no bebes morirás. ¿Eso quieres?" En su mirada está la respuesta. "No puedes obligarme a dejarte morir de sed" - le dice Georges -. Si te empeñas deberé llamar al doctor Vertier y te ingresará en un hospital. Te alimentarán artificialmente. ¿Eso quieres? Te prometí que no pasaría pero ayúdame... Esto me supera... Vamos Anne". Vuelve a intentar darle de beber pero Anne sigue cerrando la boca. Georges pierde la paciencia y la fuerza a beber, pero Anne escupe el agua y Georges le da una bofetada... "Lo siento... perdóname" - le dice conmocionado por el hecho sucedido -. ¿Qué hacer cuando el amor pide dejar morir y cuando el amor no quiere dejar morir? De nuevo la temática que ya introdujimos en Las horas entre Virginia Woolf y su esposo Leonard se nos hace muy presente. Estos son ejemplos de los lugares espinosos por los que el amor debe transitar en ocasiones, lugares donde un acto aparentemente violento como la bofetada sólo es comprensible desde el amor y las difíciles frustraciones con las que nos enfrenta como la voluntad de morir de Anne o el cumplimiento de la promesa que Georges le hace de no llevarla más a un hospital.
III. SOBRE LOS LÍMITES DEL AMOR.
Todo lo que se hace por amor, se hace más
allá del bien y del mal. (F. Nietzsche)
Llegamos así al final de la película. Anne gritando "duele", como ocurre en otras ocasiones. Georges acude a cuidarla y le cuenta una historia suya de infancia para calmarla... La calma, y justo en ese instante, tras un corto momento de duda, coge un colchón y la asfixia. Con el amor pasa como con la verdadera democracia, la única real, la de los pueblos... Está por encima de las leyes. Los actos que suceden por amor no pueden leerse bajo prismas convencionales, y la muerte de Anne a manos de Georges hay que leerla por encima de lo convencional. Esta muerte es una muerte por amor que reconcilía la voluntad de morir de Anne con la promesa de fidelidad hecho por George sobre no ingresarla y, finalmente, a su deseo de no perder a su compañera de viaje, de vida. Por eso finalmente no cabe más que añadir a la muerte de Anne su propia muerte. No es ni tan siquiera un acto de compasión en el sentido que una lectura sobre la eutanásia podría hacer. No se trata de eso.
El motor que mueve a Georges a poner fin a la vida de Anne no es la compasión, es el amor, el amor en su máxima expresión, por eso el final de la película no podía ser de otra manera, un final romántico a la manera de Haneke con Georges mirando sorprendido a una Anne lavando platos y saliendo por la puerta del apartamento tras ella como cuando iban de concierto... Un final romántico austero y sencillo de un George que con su muerte se une a la de Anne en una revisión del trágico concepto del amor romántico que no se pudo vivir en vida y que si lo hace tras la muerte. Aquí, sin embargo, este amor es una continuidad del amor que ambos si construyeron y vivieron en vida. Un final romántico que se construye sobre un amor cierto y vivido, hecho camino y proyecto con todas sus vicisitudes y continuado en la muerte y tras la muerte con la misma sencillez y complejidad cotidiana con la que posiblemente se vivió.
Tras poner fin a la vida de Anne, Georges se ocupa de ofrecerle un lecho con flores y pétalos y la viste con uno de sus elegantes vestidos. Escribe una carta que, fácil es de imaginar, es para Eve. En ella le relata el episodio de la paloma. Una paloma que entra en el apartamento a través de una ventana abierta. Georges relata que es la segunda ocasión. En esta última, George la coge atrapándola en una manta. La acaricia y luego cuenta que volvió a soltarla. Bonita imagen que anuncia simplemente lo que sigue, ese final romántico que he relatado anteriormente. Ya no es tiempo para que el amor "duela" encerrado solitario en el apartamento... Es tiempo para que el amor "vuele" y continúe más allá de la vida y se una a Anne.
Michael Haneke ha hecho una notable contribución a la comprensión del amor, quizá la única posible, puesto que el amor posiblemente no se define, no se entiende, y más allá de la reflexión religiosa, filosófica, psicológica, biológica... Haneke nos ha ofrecido un pequeño tesoro, quizá el más importante: el amor se ve y se oye, se siente... y quizá tan sólo hay que tener ojos para ver y oídos para oír, corazón para sentirlo.
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OTRAS PELÍCULAS COMENTADAS DEL AUTOR
LA CINTA BLANCA (2010)
Pulsar aquí para acceder a la entrada
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ENTRADA RELACIONADA.
LAS HORAS (Stephen Daldry, 2003)
(Parte I. Una reflexión sobre la depresión y la crisis existencial)
(pulsa aquí para acceder a la entrada)
Lejos del habitual romanticismo, aunque no exento de él - ya hablaremos de ello -, Amor se rodea de una historia que quizá en su sencillez y austeridad claramente diseñada por Haneke, sin música de acompañamiento, excepto la propia de las escenas en las que la hay por necesidad del guión, simplemente apoyada en la humanidad de sus protagonistas, ya nos habla de los lugares en los que el amor habita: lejos de todo tipo de excesos y, en ocasiones, en los lugares más oscuros y recónditos.
I. LA ANCIANIDAD como camino final del amor.
¿Por qué Haneke ubica esta historia de amor en la ancianidad? Para ello quizá debamos interrogarnos acerca de qué lleva a un ser humano a amar a otro. El amor al otro es un sentimiento que se crea con el tiempo, que requiere tiempo. Deseo y enamoramiento son sus fuegos artificiales aunque no por ello menos importantes, son las chispas que nos abren a la posibilidad del amor. Deseo y enamoramiento son dos afectos relativamente efímeros y volubles que, sin embargo, nos abren a ese sentimiento más permanente y estable por el que el otro pasa a ser alguien importante en nuestra vida, alguien a quién sentimos querer a nuestro lado: alguien con quien construir camino. Veo en ese aspecto el por qué Haneke situa el amor en nuestra pareja de ancianos, una pareja que no sólo ha construido camino sino que se halla - pasados los ochenta - ya en sus últimas andaduras... Aquellas que quizá sean las más difíciles de su trayectoria.
Michael Haneke con Enmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant |
Georges y Anne son una pareja pareja de ancianos, ambos profesores de música retirados y de una gran cultura que viven en su piso parisino, y cuya vida se ve notablemente perturbada a causa de una intervención quirúrgica desafortunada que sufre Anne - obstrucción de la carótida - y que la deja hemipléjica, paralizada del lado izquierdo de su cuerpo y en silla de ruedas. "Hemos pasado por mucho tu madre y yo. Esto es nuevo", le dice a su hija antes de que Anne vuelva al apartamento, frase que inaugura algo en lo que el amor va a estar implicado. Ya anticipa esto un momento clave en la vuelta de Anne a casa cuando le hace prometer a Georges que no la volverá a llevar al hospital. Sin embargo, cito la frase de Georges para indicar como la idea de camino va unida a la de superación de los problemas, la asunción de los conflictos que conlleva precisamente esta íntima convivencia y la posibilidad de crecer como individuos y como pareja. Georges muestra una gran claridad cuando indica que "esto es nuevo".
La película continúa con algunas escenas donde observamos a Georges cuidando de Anne si bien pronto también se articulan los primeros problemas, en especial cuando Anne manifiesta que ya no vale la pena vivir: "No hay nada por lo que seguir viviendo. Sé que sólo puede empeorar. ¿Porqué imponernos esto a tí y a mí?". El diálogo que sigue es de interés:
Georges: A mi no me impones nada...
Anne: Nadie te obliga a mentir Georges.
Georges: Bueno... Ponte en mi lugar, No se te ha ocurrido que podría haberme pasado a mi.
Anne: Si, claro. Pero la imaginación y la realidad tienen poco en común.
Georges: Además cada día mejoras...
Anne: No quiero seguir. Agradezco tus esfuerzos pero no quiero seguir de este modo. Y lo digo por mi, no por tí.
Georges: No te creo. Te conozco. Crees ser un peso para mi... Pero si estuvieses en mi lugar qué harías.
Anne: No lo se. No quiero ponerme en tu lugar. Estoy cansada. Quiero acostarme.
"No hay nada por lo que seguir viviendo. Sé que sólo puede empeorar. ¿Por qué imponernos esto a ti y a mi?" |
La entrada en el mundo de la enfermedad y el sufrimiento será una de las pruebas que el amor de Anne y Georges deberán afrontar en este momento final de sus vidas. La del propio sufrimiento de Anne y el de Georges, el sufrimiento de quien contempla el del ser amado. La posición de Anne nos recuerda la de Virginia Woolf en Las horas (Stephen Daldry, 2002) y en cuya entrada que dediqué a esta película escribía:
La dificultad de la libertad reside en situaciones como ésta, cuando libertad y amor no se encuentran por el sufrimiento que media entre ellos. Cuando la libertad es el sufrimiento del amor, o el amor es el sufrimiento de la libertad. Al final, la solución que halla Virginia es el suicidio, ya no como elección sobre la anestésica Richmond, sino como liberación de su propia muerte en vida y también de la de Leonard. La decisión de Virginia alrededor de esta situación es, desde su punto de vista, de una claridad impecable. Dice en otro momento a Leonard al hablar de la necesidad de que alguien debe morir en su obra La señora Daloway: Alguien tiene que morir para que los demás valoremos la vida. Establece un contraste.
Bueno... Ponte en mi lugar. No se te ha ocurrido que podría haberme pasado a mi. |
- La pesadilla de Georges.
El sufrimiento que Georges lleva en silencio se hace patente en una pesadilla que le sorprende durante la noche:
Mientras Georges se está cepillando los dientes suena el timbre de la puerta. Georges se dirige hacia ella y pregunta quién es. Nadie responde. Abre la puerta y no encuentra a nadie. Ante él se ofrece una extraña imagen. La puerta del ascensor aparece barrada por maderos clavados en el exterior. Se oye entonces la voz de Anne gritando: "¿Qué ocurre? ¿Quién es?". Georges mira entoces por el pasillo del replano y pregunta si hay alguien. Mientras sigue andando se oye la voz de Anne preguntarle de nuevo que ocurre. George sigue andando por el pasillo y al girar se encuentra de repente con el suelo encharcado y en ellos sus pies mojándose. De repente y de detrás de la puerta que está tras él surge una mano que le tapa la boca. Georges se despierta gritando en la cama mientras Anne intenta tranquilizarlo.
La pesadilla de Georges |
El sueño bien nos puede ofrecer el escenario psíquico que Georges está viviendo. El ascensor barrado puede significar una situación vivida como sin salida, una angustia latente que George se implica al intentar mantener la compostura ante Anne y su enfermedad y sufrimiento. Como en todo sueño Anne es una proyección del propio soñante y nos muestra precisamente esta parte angustiada. ¿Qué ocurre? ¿Quién es? no son más que preguntas que Georges se dirige a sí mismo, que corresponden a esta angustia que le habita. ¿Qué me ocurre? ¿Quién soy? Estas son las preguntas que su inconsciente trata de llevar a su consciencia, aquello de lo que pretende que se de cuenta. Esta es la respuesta que le ofrece el sueño en forma de pesadilla en su segunda parte, cuando al doblar la esquina del rellano de repente se mojan sus pies en el agua que anega el suelo. A riesgo de ser interpretativo las aguas simbolizan en ocasiones el mundo emocional, un mundo emocional que George mantiene a raya durante toda la película con una excepción de la que ya hablaremos más adelante. George sofoca su sufrimiento hecho de miedo, de tristeza y de dolor en una entereza que es la admiración de los vecinos. Una entereza figura de un fondo de soledad bajo el que se oculta su sufrimiento reprimido que sólo parece captar Anne, quien también consciente de que no hay salida por ello siente que no hay nada por lo que seguir viviendo.
Esta escena tiene su referente en una escena anterior donde George le cuenta a Anne un episodio de su infancia después de haber visto una película de época de corte romántico:
... recuerdo que estaba muy conmovido al salir. Tardé un largo rato en calmarme. En el patio de la casa donde vivía mi abuela había un chico asomado. Me preguntó de dónde venía. Tenía unos años más que yo y era de esos que fardaban y me intimidaba mucho. Del cine - le dije yo -. [...] ¿Y qué has visto? Empezé a contarle la historia, y mientras hablaba me fui emocionando. No estaba dispuesto a llorar delante de él. Era imposible. Ahí estaba en el patio, llorando. Y le conté el drama hasta el final [...] Recuerdo los sentimientos. Me avergonzaba llorar. Pero al contar los sentimientos volvían las lágrimas con más fuerza que cuando veía la película. No podía parar.
Las lágrimas que nos relata aquí Georges son las que ahora no puede vertir como tampoco puede dar cauce a sus emociones y sentimientos presos en su angustia. No en vano Anne al oir este relato le dice: "No vas a estropear tu imagen ahora que has llegado a la vejez". Un Georges soprendido le pregunta: "¿Oye,,, cuál es mi imagen?" A lo que Anne le responde amorosamente: "A veces eres un monstruo, pero eres bueno".
Uno de los aspectos que observamos es también la dificultad que entraña pasar del hacer al estar. Se observa en especial cuando Eve esta sentada delante de su madre tendida en la cama y ya mermada por el segundo ataque. Eve le habla de historias financieras... como si nada ocurriera. Cuando Anne habla no logra entenderla. Eve nos pone de relieve esa dificultad que experimentamos los seres humanos cuando ya no podemos "hacer" nada más que "estar" - algo que Georges va a asumir admirablemente -, que acompañar al otro en su camino hacia la muerte en un camino donde el sufrimiento es explícito. En una escena posterior tenemos un diálogo entre padre e hija interesante:
Eve: ¡Mamá desvaría! [...] ¿Qué está ocurriendo? No podemos dejarla tumbada sin más. Ni la reconozco, es de locos.
Georges: No se puede hacer más por ahora. Sigue un tratamiento, toma la medicación. No hay otro tratamiento.
Eve: ¿¡Cómo que no hay otra posibilidad!? Y si la ingresas en el hospital.
Georges: Ha tenido otro ataque. Vertier la examinó y cree sinceramente que debemos evitar llevarla al hospital. Además no se la quedarían, la mandarían a una residencia y lo que hacen allí puedo hacerlo yo aquí. Y... además, no irá a una residencia. Se lo prometí.
[..]
Eve: La verdad, no puede ser que hoy en día no tenga la posibilidad de un tratamiento más eficaz.
Georges: Nada te impide averiguarlo... Supongo que me creerás si digo que quiero a tu madre tanto como tú. Y te lo ruego, no me trates como un tarado incapaz de tomar decisiones lógicas.
Eve: No he dicho eso, pero dudo que tenerla aquí sea lo mejor...
Finalmente Georges eleva su tono de enfado ante lo que parece estar pasando un examen ante su hija y su yerno... Mientras unos hablan de lo que es "operativo" - cosa de la que George ya se encarga en realidad -, Georges habla de la importancia de respetar la voluntad de Anne y de "estar" con ella. El clíma de máxima tensión entre ellos es hacia el final de la película, donde la emoción de Eve, que es una emoción de desesperación y no exenta de sentimiento de culpabilidad, sigue sin reconocer la elección de Georges:
Eve: ¿Y que va a pasar ahora? - de nuevo el examen -
Georges: ¿Qué que va a pasar? La enfermera viene tres veces a la semana, cada quince días el doctor Vertier y la peluquera. ¿Es lo que querías saber...? Todo seguirá como hasta ahora. Irá de mal en peor y así hasta que un día se acabe.
Eve: No puedes seguir de este modo papá. No...
Georges: ¿Y qué me propones?
Eve: ¡No podemos hablar en serio los dos!
Georges: ¿A qué llamas hablar en serio? ¿Quieres llevártela a tu casa o quieres mandarla a una residencia? ¿Es eso? ¿Eh? ¡Vamos... hija! ¡Vamos, háblame en serio!
Como vemos, este tema nos plantea hoy también la problemática de los ancianos en una sociedad como la nuestra en la que, paradójicamente, y al mismo tiempo sintomáticamente, el aumento de la esperanza de vida ha venido unido con el deterioro de su calidad y sobretodo de su dignidad.
Eve: ¿Y ahora qué va a pasar? |
II. AMOR E INTIMIDAD: El camino que construye un espacio.
De la misma manera que antes dijimos que el amor requiere tiempo, el amor que se construye con el camino también requiere de un espacio, el espacio de la intimidad. La sobriedad y la sencillez de Haneke es, como ya dije, lo que da una fuerza especial a esta película. El apartamento y sus dos protagonistas llenan la película de una intimidad conmovedora. Eso es algo que Haneke nos introduce al principio de la película cuando Anne es intervenida en el hospital. El director alemán nos muestra entonces distintos planos del apartamento solitarios y oscuros, de un extraño inmovilismo, como adentrándonos en el espacio en el que sólo la presencia de Anne y Georges lo va a transformar en un espacio de intimidad donde sus presencias se van a encontrar en ese algo nuevo de lo que Georges nos habla. Me recuerda su planteamiento a las odas de Pablo Neruda, odas a objetos inanimados que parecen tener alma... el alma que les confiere precisamente su contacto con el ser humano. El alma que para ese apartamento son Anne y Georges.
Entre las paredes de ese apartamento y sus objetos vamos a asistir a una intimidad hecha no de grandes movimientos dramáticos ni de sentimentalismos superfluos, sino una intimidad hecha del amor entre dos seres humanos cada uno de los cuales se nos muestra con las peculiaridades y limitaciones de su caracter. Al no ser personajes emocionalmente intensos, el amor gana entre ellos una presencia sumamente especial en el transcurrir de la película en los pequeños gestos, las miradas, pequeños gestos y miradas que de repente nos hacen percibir la verdadera fuerza del amor más alla de cierta torpeza emocional, y como a pesar de esta, el amor se torna cierto en una situación tan sumamente dramática como lo es la invalidez y el deterioro en la vida de una pareja de ancianos. Es justamente esa torpeza emocional, una torpeza tan frecuente en todos los seres humanos, en unos por defecto, en otros por exceso, que por ello se torna tan conmovedora... La historia de estos dos ancianos nos muestra el amor que se construye a pesar de los límites del caracter, no un amor inflacionado hecho de grandes manifestaciones sino un amor real hecho de pequeños gestos posibles para cada uno de sus protagonistas.
Hay varias escenas conmovedoras en la película, pero hay una de ellas que cuando la ví me hizo saltar unas pequeñas lágrimas - en esa película todo es pequeño y por ello conmovedor - y que, cada vez que la veo, me las sigue haciendo saltar, porque en su sencillez rezuma la expresión del verdadero amor que sienten dos seres que han construido una vida en común y que ahora se enfrentan a un duro final de trayecto. La escena corresponde a cuando Anne ya ha sufrido un segundo ataque y está considerablemente mermada. Georges esta sentado en la cama mirándola mientras ella balbucea algunas palabras con suma dificultad. Él sigue animándola a pronunciarlas... Anne entonces levanta su mano y extendiéndola la pone cuidadosamente sobre la de Georges. Este baja su mirada y contempla la mano sobre la suya. Unos instantes después él le pone su otra mano encima y se quedan mirándose ambos en silencio... Hay más amor e intimidad en esa imagen que en todas las definiciones que podamos dar del amor y que en todos los grandes abrazos y besos que se han contemplado en la gran pantalla. Ese momento es verdadera poesía hecha imagen.
Amor |
Pero la intimidad no sólo está hecha de momentos tiernos sino también de los momentos duros, pues en la intimidad de una pareja transcurre todo lo que sucede entre dos seres que conviven. El amor tiene también sus momentos crueles, como en la escena en la que Anne se niega a beber - como testimonio de su voluntad de morir - y acaba con Georges dándole una bofetada ante su testaruda persistencia al escupir el agua que pretende hacerle beber. Es impactante la mirada que hace Anne a Georges cuando este le dice: "Vamos Anne, si no bebes morirás. ¿Eso quieres?" En su mirada está la respuesta. "No puedes obligarme a dejarte morir de sed" - le dice Georges -. Si te empeñas deberé llamar al doctor Vertier y te ingresará en un hospital. Te alimentarán artificialmente. ¿Eso quieres? Te prometí que no pasaría pero ayúdame... Esto me supera... Vamos Anne". Vuelve a intentar darle de beber pero Anne sigue cerrando la boca. Georges pierde la paciencia y la fuerza a beber, pero Anne escupe el agua y Georges le da una bofetada... "Lo siento... perdóname" - le dice conmocionado por el hecho sucedido -. ¿Qué hacer cuando el amor pide dejar morir y cuando el amor no quiere dejar morir? De nuevo la temática que ya introdujimos en Las horas entre Virginia Woolf y su esposo Leonard se nos hace muy presente. Estos son ejemplos de los lugares espinosos por los que el amor debe transitar en ocasiones, lugares donde un acto aparentemente violento como la bofetada sólo es comprensible desde el amor y las difíciles frustraciones con las que nos enfrenta como la voluntad de morir de Anne o el cumplimiento de la promesa que Georges le hace de no llevarla más a un hospital.
No puedes obligarme a dejarte morir de sed. |
III. SOBRE LOS LÍMITES DEL AMOR.
Todo lo que se hace por amor, se hace más
allá del bien y del mal. (F. Nietzsche)
Llegamos así al final de la película. Anne gritando "duele", como ocurre en otras ocasiones. Georges acude a cuidarla y le cuenta una historia suya de infancia para calmarla... La calma, y justo en ese instante, tras un corto momento de duda, coge un colchón y la asfixia. Con el amor pasa como con la verdadera democracia, la única real, la de los pueblos... Está por encima de las leyes. Los actos que suceden por amor no pueden leerse bajo prismas convencionales, y la muerte de Anne a manos de Georges hay que leerla por encima de lo convencional. Esta muerte es una muerte por amor que reconcilía la voluntad de morir de Anne con la promesa de fidelidad hecho por George sobre no ingresarla y, finalmente, a su deseo de no perder a su compañera de viaje, de vida. Por eso finalmente no cabe más que añadir a la muerte de Anne su propia muerte. No es ni tan siquiera un acto de compasión en el sentido que una lectura sobre la eutanásia podría hacer. No se trata de eso.
El motor que mueve a Georges a poner fin a la vida de Anne no es la compasión, es el amor, el amor en su máxima expresión, por eso el final de la película no podía ser de otra manera, un final romántico a la manera de Haneke con Georges mirando sorprendido a una Anne lavando platos y saliendo por la puerta del apartamento tras ella como cuando iban de concierto... Un final romántico austero y sencillo de un George que con su muerte se une a la de Anne en una revisión del trágico concepto del amor romántico que no se pudo vivir en vida y que si lo hace tras la muerte. Aquí, sin embargo, este amor es una continuidad del amor que ambos si construyeron y vivieron en vida. Un final romántico que se construye sobre un amor cierto y vivido, hecho camino y proyecto con todas sus vicisitudes y continuado en la muerte y tras la muerte con la misma sencillez y complejidad cotidiana con la que posiblemente se vivió.
Amor tras la muerte. |
Tras poner fin a la vida de Anne, Georges se ocupa de ofrecerle un lecho con flores y pétalos y la viste con uno de sus elegantes vestidos. Escribe una carta que, fácil es de imaginar, es para Eve. En ella le relata el episodio de la paloma. Una paloma que entra en el apartamento a través de una ventana abierta. Georges relata que es la segunda ocasión. En esta última, George la coge atrapándola en una manta. La acaricia y luego cuenta que volvió a soltarla. Bonita imagen que anuncia simplemente lo que sigue, ese final romántico que he relatado anteriormente. Ya no es tiempo para que el amor "duela" encerrado solitario en el apartamento... Es tiempo para que el amor "vuele" y continúe más allá de la vida y se una a Anne.
Michael Haneke ha hecho una notable contribución a la comprensión del amor, quizá la única posible, puesto que el amor posiblemente no se define, no se entiende, y más allá de la reflexión religiosa, filosófica, psicológica, biológica... Haneke nos ha ofrecido un pequeño tesoro, quizá el más importante: el amor se ve y se oye, se siente... y quizá tan sólo hay que tener ojos para ver y oídos para oír, corazón para sentirlo.
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Me ha gustado mucho tu comentario a esta película. Yo la verdad es que al principio me pareció muy dura, pero a la luz de tu comentario ahora me da mucho que pensar y la voy a volver a ver... Gracias. Lucía
ResponderEliminar"Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal"
ResponderEliminarY eso es todo. Más allá del dolor, más allá de la torpeza, más allá de la vida y más allá de la muerte.
Gracias, Jaume, por este post y por las lágrimas que me ha sacado -y no pequeñas, precisamente...-.
Un gran abrazo.
Ana
Interesantísimo el artículo. Cuando la vi me pareció una película fantástica, pero no me había parado a analizarla así. Por cierto, no sé si conoces la promo de Vips. Te regalan una entrada de cine para los Kinépolis de Madrid por beberte cuatro cervezas. Una buena cena y birritas con los amigos, y después al cine gratis! Un plan perfecto jeje. https://www.facebook.com/vips/app_451643441576597
ResponderEliminarMe uno a los otros comentarios: un comentario magnífico de la película. Una lectura que hace ver la película con otros ojos y oidos, con otro corazón. Gracias Jaume, tu comentario me emociona tanto como la película... Andrea
ResponderEliminarImpresionante!!!!! Gracias! Vanessa
ResponderEliminarEsta película me dejó fascinada, a pesar de escuchar a muchas personas decir que ésta es una de las "flojas" de Haneke. He encontrado en tus palabras todo lo que me hizo sentir cada minuto de la película y he podido traducir el nudo de sentimientos que me produjo. GRACIAS.
ResponderEliminarMuy buen comentario. Por favor, fondo negro y letras blancas no, casi me quedo ciego leyendolo, gracias.
ResponderEliminarHoy he consultado en internet sobre la película amor para que me aclararan el final de la película y me he encontrado con dos cosas. El magnífico comentario que haces de la película y, desde luego, de su final y el de tu blog que me parece de una gran calidad y de aun mayor interés. Sonia
ResponderEliminarEl análisis mas interesante y serio que encontré en la web. Comparto tus interpretaciones
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarBuscando una explicación para el final de esta estupenda película he encontrado esta magnífica reflexión. A veces hay historias de cine que por su bella desnudez necesitan de un análisis como este para apreciarlas en toda su extensión
ResponderEliminarGracias
Hola Alfonso. Gracias por tu comentario. Ciertamente la escena que citas de Anne en el suelo tienen que ver con un intento de suicidio... Su determinación para acabar con su vida - con esa vida a la que se halla confinada - es total a lo largo de la película. Un saludo!
EliminarVolviendo a ver la película me ha llamado la atención la escena en la que George vuelve del entierro y encuentra a Anne en el suelo y la ventana abierta. En esta escena se deja entrever que ella ha intentado arrojarse por la ventana para poner fin a todo, ya que le echa en cara a George que haya vuelto "tan pronto", también comenta que ella ha "estado lenta"...
ResponderEliminarQué suspicaz e interesante interpretación de la escena. Yo solo ví la superficie, no el trasfondo.
Eliminar¿Alguien me podría explicar el significado de la escena en la que aparecen una serie de cuadros con escenas de la naturaleza?
ResponderEliminarSon cuadros del pintor dinamarqués Vilhem Hammershoi. A mi entender la decoración del apartamento de la película esta basado en los cuadros de interiores de este pintor. Creo que sus naturalezas son un homenaje a este pintor y una manera de identificar presencia en esta película.
EliminarMuchas gracias por tu análisis detallado, inteligente y comprometido, Jaume. Apenas hoy veré la película en un cine club que coordino en Saltillo, Coahuila, México, pero tu texto me ha hecho reflexionar, también me ha conmovido y seguro que me brindará puntos de referencia sólidos para vivir la experiencia de la vista de la película de forma más integral con el grupo. Muchas gracias y espero seguir de cerca este tu espacio.
ResponderEliminarHola. Gracias por tu comentario. Espero que haya ido bien el cine club. En todo caso. y si lo deseas, comentame un poco como has visto tu la película. Saludos!
EliminarEn una película protagonizada por músicos, hay muy poca música pero mucho amor.
ResponderEliminarExcelente trabajo, a la altura de las circunstancias.
ResponderEliminarEl análisis final, no lo encuentro acertado, respecto de como termina la película y de lo que quiere expresar, no le veo el romanticismo a las escenas finales, ademas, los comentarios que relacionan a la cinta con el amor, también están fuera de lugar, comentarios que no pondrían si le hubieran puesto otro nombre. Encuentro que es una excelente película, que tiene mas relación con la humanidad que con el amor. En todo caso el nombre esta bien puesto, porque invita a reflexionar sobre esa palabra.
ResponderEliminarHola Luis. Respetuo tus palabras como tu opinión. En toda caso sería de agradecer que más que ver las cosas como si están o no fuera de lugar, según tu opinión, compartieras un poco a que te refieres con la humanidad. Estaré encantado de compartir contigo opiniones.
EliminarTerminé de ver la película hace instantes y sentí la necesidad de dar una vuelta de tuerca más a la historia y de casualidad llegué a este blog. Excelente tu artículo, haz hecho que me detuviera en detalles que no había percibido y que son fundamentales para cerrar la idea y comprender la trama.
ResponderEliminarGracias por compartir tu análisis.
Saludos!
Néstor
Gracias por tu comentario. Un saludo!
EliminarImpactado por la genialidad del film, encontre tu blog y deseo felicitarte por tan excelente análisis y pagina.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Gracias por tu comentario. Saludos
EliminarUna de las cosas que más llamaron mi atención de esta película fue la narrativa, la capacidad de mantenernos con sutilezas para luego darnos una escena fortísima, la final, pero mientras tanto es increíble la pequeñez de los actos de unos enormes actores; por otro lado, me pareció interesante la presencia de agua cayendo (fluyendo) durante toda este silencioso filme, y ahora, al leer tu interpretación del sueño, estoy convencida de que no es casualidad.
ResponderEliminarGracias por tu análisis. Saludos
Gracias por tu comentario. Efectivamente yo también creo que la presencia del agua en toda la película tiene que ver con algo que a los dos protagonistas les es difícil y que es la expresión verbal emocional... pero, en todo caso luego está como esta emoción, como bien dices, transcurre a través de gestos, miradas... actos. En fin, una gran película. Saludos.
EliminarNo entendí, muere también el señor'?? porque Anne recorre sola el departamento?? al final siento mi ignorancia.
ResponderEliminarTe ha pasado lo mismo que a mí. ¿Qué ha sido de George? ¿Pone fin a su vida? ¿Van a saber que lo hizo él? En la primera escena solo aparece Anne en la cama rodeada de flores...
EliminarY algo que me pareció duro: la hija se atreve a recriminar al padre acerca de los cuidados que está dando a su madre, pero no se ofrece a participar de ellos...
Te ha pasado lo mismo que a mí. George, ¿se suicida? Porque en la primera escena Anne está sola en la cama rodeada de flores, pero de él no sabemos nada. Gracias
EliminarOtra cosa que me llama la atención: la hija recrimina al padre los cuidados que proporciona a su madre, pero no se ofrece a participar de ellos... eso me pareció muy duro.
Gracias por tu análisis tan cierto como el aire que respiramos. Donde no existe el AMOR VERDADERO triunfan el aborto, la eutanasia...
ResponderEliminarYo tambien quiero saber que paso al final, si muere él tambien? Gracias por la respuesta.
ResponderEliminarSi muere, por eso al final marchan juntos del apartamento como una metáfora de que su amor continua tras la muerte.
EliminarAnoche vi la película en tv y me ha llegado profundamente, somos una pareja mayor de 60 y veo reflejada por completo la situación en que podríamos encontrarnos en el futuro. Tu comentario sobre la película lo encuentro de mucha ayuda para comprender mejor algunos aspectos de la misma.
ResponderEliminarHola Alberto. Gracias por compartir tu visión desde vuestro momento.
Eliminar¡Qué gran artículo! Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
EliminarAcabo de ver la película con mi esposa, somos personas de 66 y 64 años respectivamente, es conmovedora y genial la actuación de la pareja de ancianos. Agradecer tu ternura y gran análisis del tratamiento del tema del amor. Solo personas muy sensibles, como lo eres tú, son capaces de entregarles a otros el entendimiento de temas al cual, más temprano que tarde, nos podríamos veer enfrentados. Gracias una vez más
ResponderEliminarAcabo de ver la película y leer tu crítica-análisis por completo. Muchas gracias por mostrar y explicar una visión del amor tan simple y humana. Me alegro de haber encontrado esta página. Un cordial saludo.
ResponderEliminarNo paré de leer y con el tamaño de fuente normalmente habría hecho pausa para ir a tomar un jugo jejejeje, me gustó mucho tu análisis, no había caído en cuenta sobre el significado que podría ser el agua, creo que todo sigue la linea Haneke, la construcción de personaje de Georges es precisa como de un racional que en una situación de posible vulnerabilidad busca practicidad para no fragmentarse pero que al final confirma lo obvio: su humanidad, Emanuelle Riva lo hace increíble, para mi una escena que confronta su declive es cuando están poniéndole el pañal, un trabajo dónde con solo su cara trasmite muchas emociones de frustración/humillación, solo una buena actriz puede trasmitir eso.
ResponderEliminarSaludes desde Bogotá!
Hola Andrea.Gracias por tu comentario. Sin duda, gran trabajo de Emanuelle Riva y Jean Louis Trintignant. Saludos desde Barcelona!
EliminarExcelente comentario. Gracias por compartir.Muy buena la información acerca de los cuadros para quienes no conocemos de pintura.
ResponderEliminarGracias. Un saludo!
EliminarExcelentes impresiones. Me han gustado mucho. El amor sólo se comprende desde la posibilidad de la pérdida, desde la muerte. Este film nos lo hace ver con sobriedad y sin clichés.
ResponderEliminarA.
Enhorabuena por éste grandioso análisis, realmente la película te deja fascinado, me ha llegado completamente, viví una situación parecida con mi abuela que sufrió el Síndrome de Guillain-Barré, fue una situación dura que todos vivimos y donde se experimentan una serie de emociones que posiblemente jamás pensaste sentir, pero con la Fé y unión se logran superar algunas cosas.
ResponderEliminarGracias por compartir semejante comentario, realmente me ha ayudado.
¡Saludos!
Muchas gracias por compartir ru experiencia. Un saludo!
EliminarGran comentario. Gracias!
ResponderEliminarSimplemente,llorando, te doy las gracias
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarAcabo de ver la película en La2 de TVE. Necesitaba comprender algunas escenas y diálogos y, buscando por la red, he llegado hasta tu blog. No sabes cómo he disfrutado y cuánto he aprendido con tu análisis. Un placer, Jaume.
ResponderEliminarla película la vi ayer por la nocha....Algo dura pero bastante real....Lo que no acabé de entender es si el marido (que parece que encuentra a su mujer medio muerta en la cama) la acaba asfixiando con la sabana,al ponerse encima o si es que la despide o algo así.... Después , el final con la hija llamando...Agradecería una explicación....Gracias.
ResponderEliminarSi Joana. Georges asfixia a Anne para reconciliar el deseo de morir que ella tiene con su compromiso de no ingresarla. Efectivamente la película da a entender que George se suicida tras escribir la carta a Eve y tras esa bonita escena donde ve a Anne fregando platos para luego salir juntos por la puerta. Una bonita imagen del amor que continúa tras la muerte en una resignificación del amor romántico. Espero que te sea de utilidad. Saludos
EliminarMuchisimas gracias.....
ResponderEliminarJaume acabo de ver la película, y yo también me añado a esos agradecimientos por tus comentarios. Han sido de mucha ayuda para llegar a la profundidad que tiene esta película. Yo me he entristecido mucho porque no tendré la suerte de Anne.No tengo pareja, la perdí hace 13 años. Ese amor es un amor con mayúsculas. La historia a la que estamos acostumbrados es la de que ella le cuida a él hasta el final con todo su amor, pero en este caso, al cambiar los roles, la hace mucho más fuerte y la deja fuera de los tópicos . Me ha parecido muy valioso este cambio para reconocer que un hombre es también muy capaz de ofrecer esos cuidados con ese amor.
ResponderEliminarEstimado Jaume, lei comentarios de dos películas, agradezco y felicito su claridad. saludos. Alberto.
ResponderEliminarMuchas gracias Alberto. Un cordial saludo!
EliminarRecién veo la película, me la han dejado de tarea en mi diplomado de Tanatología, muy conmovedora, aleccionadora y en lo personal, llegadora, mi madre ha sufrido hace casi dos años un evc y ha quedado hemiplégica, entonces entiendo muchas cosas.
ResponderEliminarExcelente artículo, saludos desde México.
Gracias por tu comentario. Un saludo!
EliminarJaume, vi al película anoche y me pareció magistral en todo sentido, es duramente hermosa. Buscando saber más sobre ella me topé con tu post tan profundo y sencillo, tan amable y bello. Mis padres ya se encuentran por los setenta y aunque aun son auto suficientes, poco a poco su vitalidad e independencia se les escapan y la enfermedad empieza a hacerse presente. Por tanto más me toca esta historia del verdadero amor del que he sido testigo toda mi vida gracias a ellos. Un abrazo y sigue por favor con tu grandioso Blog
ResponderEliminarHola Miranda. Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo!
EliminarVi esta pelicula anoche y no he dejado de reflexionar sobre ella.
ResponderEliminarMe ha impresionado la historia que describe y los actores , sobretodo Jean Luc Trintignant, uno lo puede ver cómo un ser que sufre enormemente o como un monstruo , depende de los ojos y la sensibilidad de quién la vea.
Me encanta la libertad que da el director al espectador para juzgar lo que ocurre.
Es magistral todo el film y la enorme belleza de algunas escenas , a destacar la escena final, conmovedora.
Muy buen análisis a tan dura y bonita película, enhorabuena, así como por este blog tan interesante que "he descubierto" y seguiré leyendo.
ResponderEliminarYo me quedé con la duda de cual fue el método que eligió Georges para abandonar este mundo. Yo interpreto que se lanzó al patio interior de la vivienda, ya que, al entrar el policía (o quien sea) y seguir la cámara su paso desde la puerta de entrada, se puede ver la ventana (por donde entra la paloma y debajo de la cual Anne está sentada al llegar Georges del entierro) abierta, siendo la única ventana abierta de la casa según se deduce de la escena. Esa fue mi interpretación, motivo por el cual estarían los bomberos y policía, aunque existe otro detalle interesante, que hace pensar que no se lanzó por el patio interior.
Al poco de abrir la puerta, y justo antes de moverse la cámara, un policía está con el portero, llega su mujer, y éste le pregunta (el elemento central y la cámara se mueven y se aprecia que el portero tiene una carta en las manos):
Policía: ¿De qué fecha es el matasellos?
Portero: Del 9,...me parece.
Esto me hace pensar que la carta no se la envió a su hija, como se comenta más arriba, si no que se la envió al portero (tanto él como su mujer lo ayudaron y se ofrecieron a ayudarlo en todo lo que hiciera falta, en tanto que de su hija no tuvo ofrecimiento alguno), y éste al recibir la carta, alertó a los servicios de emergencia, pero esta opción parece que eliminaría la otra (que los servicios de emergencias estuvieran en la vivienda porque el cuerpo de Georges estuviera en el patio interior).
También es cierto que nadie presta importancia a la ventana abierta, como, entiendo, se prestaría si se hubiera precipitado desde ese lugar (ni hay silla cercana a la ventana), y el cuerpo de Georges es posible que siga en la vivienda.
Sea como fuere, gracias por la entrada y el blog. Juan
9 Abr 2017. Impactantemente romántica y tierna película de dos seres que se aman hasta la consumación de sus días, pero, quiero comentar sobre solo una escena: ¿qué hubiera ocurrido si en vez de Anne hubiera sido Georges el apopléjico? ¿cómo se hubiera tomado el hecho de la aceleración de su partida al inframundo? ¿hubiera habíado simpatía o rechazo hacia Anne?. Solo esa reflexión.
ResponderEliminarVí la película anoche con mi mujer, me encantó en su crudeza y en su intimidad. Me pareció que es una película enorme, que es poesía, como dices tú y yo suelo decir también cuando algo me conmueve. Tras desvelarme esta madrugada busqué comentarios y encontré el tuyo, que ha enriquecido lo que ayer ví, y me he puesto a llorar. Así sigo mientras algo me empuja, tras leer muchos de los comentarios de tu público, a escribir y compartir mis pensamientos. Estoy en un momento muy especial de mi vida personal: mi padre murió hace un mes y medio, y me he visto reflejado en la película. Nunca me llevé bien con él y su vida con mi madre fue una vida de destrucción desde que yo tengo uso de razón. Sin embargo, las circunstancias de la vida hicieron que fuera yo entre mis hermanos el que tuvo la oportunidad de ocuparse de él y asistirle en sus dos últimos meses de vida, cuando su enfermedad degenerativa le iba mermando, pues mi madre está muy enferma y se veía superada. El día que murió tuvo unas horas previas de lucidez en el hospital, y me pidió que me fuera a casa, que estaba bien y podía quedarse solo esa noche. A la hora de irme me llamaron de allí y fui con mi madre deprisa: lo encontraron muerto en la ronda al comenzar la noche. El vecino de habitación no se enteró de que se murió hasta que se montó el alboroto cuando la asistente fue a cambiarle el pañal y darle sus pastillas y lo descubrió. Recuerdo que horas antes de morir, le cogía su mano caliente y le miraba mientras él estaba con los ojos cerrados. Recuerdo que levantaba la mano un par de veces como si quisiera dársela a alguien en el cielo, yo se la cogía y entonces volvía de su sueño y me miraba sin mediar palabra. Eso me impresionó y desde entonces no puedo olvidarlo. También recuerdo a mi madre y su despedida, su cariño, su incredulidad ante su marido muerto, a pesar de una vida entera en la que todos percibimos destrucción y desamor, y nadie pudimos entender por qué siguieron juntos hasta el final. Nunca, nunca lo entendí, y en estos tiempos desde entonces estoy observando a mi madre e intentando que me cuente, y que me explique, cuando voy a verla de vez en cuando. Con mi padre quedé en paz, con mi madre estoy intentando firmar la paz. Supongo que en medio está el amor, eso que muchas veces no se puede entender. En fin, muchas gracias por tus textos, Jaume.
ResponderEliminarGracias por compartir tu experiencia. Un saludo!
EliminarExcelente tanto la película como sus aportes, realmente desde un punto de vista más psicosocial, puedo evidenciar una dependencia del esposo por su pareja, y que ella que cuenta con unos rasgos narcisistas pues al hallarse tan mal, prefiere dejar el mundo y su esposo no se lo permite, pues siente que debe seguir viviendo su vida al lado de la mujer amada, quien finalmente lo hace ser quien es...
ResponderEliminarEs complejo analizar una posible intervención para una pareja como ellos sin embargo me atrevería a abrirme y escuchar sus comentarios sobre un análisis multiaxial y técnicas de intervención para este tipo de parejas, que no creo que hayan muchas o que queden aun pero que finalmente son objeto de estudio al menos en la película.
Saludos y un abrazo
Viendo la película, la viví intensamente. Hoy leyendo tu comentario, he podido, por fin, llorar. Gracias.
ResponderEliminarGRACIAS por las buenas reflexiones - de JAUME -y de alg.comentarios. Para profundizar añado enlace: http://www.revistas.uchile.cl/files/journals/101/articles/28613/submission/copyedit/28613-97158-1-CE.pdf 9 pág.
ResponderEliminarLA FINITUD Y LOS LÍMITES DEL SUFRIMIENTO HUMANO: UNA LECTURA DE “AMOUR” DE MICHAEL HANEKE [.............]
---y---
http://revistas.usal.es/index.php/medicina_y_cine/article/viewFile/13149/13515 4 pág.
De Cameron a Haneke, un punto inicial para analizar el cine gerontológico - Enric Roca Carrió (Brc) 2015 ---
---y---
http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/9188
Menos es más : el diseño de sonido minimalista de Michael Haneke en las películas caché (2005),
--------------------------- tengo más en mi archivo de suicidología . contactos sobre tema: valentinaustria@gmail.com
Gracias Valentin por tu contribución. Un saludo!
EliminarSin querer di con esta maravillosa película, Aunque había empezado hace poco, pude quedar absolutamente enganchada a ella. Sus actores increíbles, de una forma clara, transparente y de una inmensa belleza natural hacia los seres humanos. Pude ver y aprender tantas cosas que suponía o que nunca me podría haber imaginado. Mezcla de ternura, cariño, rabia, pena etc. La recomiendo de todas formas, excelente.
ResponderEliminarotro artículo-reseña-CRÍTICA de la película 'apoya' mi propia opinión que se puede (¿debe?) dar otro enfoque (no tan idealista...amour...)al problema de personas (en la mayoría personas ancianas)con (p.e.) graves enfermedades degenerativas. No creo que normalmente se encuentra tal 'amor' (en parte narcisista)o por lo menos no se va a 'realizar' en manera de la película, sino más bien en hospitales, residencias - o - y lamentablemente faltan en España: Instituciones de 'Hospicios'. Además se debería poner énfasis en la necesidad de preparar ya con antelación eventuales situaciones al final de la vida: debería ser casi OBLIGATORIO hacer un TESTAMENTO VITAL - para uno mismo y para los familiares (p.e. en la película para corroborar opiniones de los hijos...)
ResponderEliminarref.: ESCOBAR, Aliber 2013 “Amour, ¿una película hanekiana?” En Revista La Colmena. México D.F.,2013, pp. 173-177.
Eliminarhttp://www.academia.edu/5941883/Amour_Una_película_hanekiana
coincido con uno de los comentarios del 2014....opino también que el espectador tendrá otro enfoque con OTRO TÍTULO en vez de AMOUR (Amor): p.e. "El final" - tengo interés en otras propuestas...... GRACIAS
ResponderEliminarvalentinaustria@gmail.com
Hermosa película. Excelente comentario de Jaume Cardona. Gracias
ResponderEliminarExtraordinaria película con dos actores fenomenales de más de 80 años ambos. Una de las sensaciones mas potentes que he sentido viendo la película es que me pareció en todo momento estar ahí, en ese departamento, como un testigo de lo que estaba sucediendo. Algo así como los ángeles de Win Wenders que solo podían mirar y escuchar. Valiosos tus comentarios Juan.
ResponderEliminarCarlos
Hermosa película, este brillante análisis me percató de algunos detalles que perdí de vista, pero en si es una película muy dura como lo es la vida en general. Lo que me parece notable destacar es que Haneke en su última película le da una continuación al abierto final que vemos acá y nos enteramos lo que pasa con George. Aprovecho para comentar que en mi humilde opinión "Happy End" tampoco tiene desperdicio, y para los fanáticos de esta película les va a agregar ese plus. (De haber sabido que seguía una línea lógica jamás hubiese visto esta película después que la otra 💔)
ResponderEliminarDesprés de llegir l'anàlisi de Jaume Cardona la tornaré a veure tot i coincidim en moltes opinions peró n'hi he trobat de noves que encara han fet que la disfrutes més.
ResponderEliminarGràcies Jaume