AVISO. POR LA NATURALEZA DE LOS TRABAJOS DE ESTE BLOG, EL ARGUMENTO E INCLUSO EL FINAL DE LAS PELICULAS SON REVELADOS.

sábado, 31 de mayo de 2014

STALKER (Andrej Tarkovsky, 1979) - PARTE I -: Sobre la naturaleza del camino y del deseo.

Stalker (1979) es una de las grandes obras maestras de Andrej Tarkovsky,  y otra de esas películas que me marcaron cuando la ví por primera vez (como Solaris, del mismo Tarkosky, 2001 de Kubrick o El séptimo sello de Bergman). Tarkovsky es otro de mis más estimados directores en el que la poesía, la psicología, la filosofía y el misticismo se dan mágicamente la mano para constituir una envolvente obra donde la imagen, el sonido y la palabra nos llevan a los más misteriosos lugares de la psique y de la condición humana, no en vano Tarkovsky se enmarca en la tradición literaria rusa que marca Dostoievski con sus personajes atormentados y en "crisis interior". Basada en la conocida obra de ciencia ficción Picnic extraterrestre, de los hermanos Arkadi y Boris Strugatski, la película se aparta notablemente de la obra, todo y contar con los hermanos Strugatski como guionistas en colaboración con el mismo Tarkovsky. De la misma manera que ya ocurría con Solaris de Stanislav Lem, la ciencia ficción es lo de menos o, en todo caso, una mera excusa, para abrirnos a dimensiones ocultas del alma humana. Dice al respecto Tarkovsky:

En Stalker y en Solaris si algo no me interesaba era la ciencia ficción. Pero, desgraciadamente, en Solaris aun hubo muchos elementos de ciencia ficción, que distraían de lo esencial. Todas aquellas naves espaciales que aparecían en la novela de Stanislav Lem, indudablemente, estaban bien elaboradas y tenían su interés, pero, vistas las cosas desde hoy, opino que la idea fundamental de aquella película se habría expresado con mucha más claridad si hubiéramos prescindido de todo aquello.

La ciencia ficción no era en Stalker más que un punto de partida táctico, útil para ayudarnos a destacar aún más gráficamente el conflicto moral, que era lo esencial para nosotros. Pero en todo lo que le sucede al protagonista en esa película no hay ciencia ficción de ningún tipo. La película se hizo de tal manera que el espectador podía tener la impresión de que todo aquello podía suceder hoy mismo y de que la zona estaba muy próxima. [1]

La base argumental de la película de Tarkovsky gira alrededor de "la zona", en la que los rumores hablan de la caída de un meteorito o de que fue habitada por una civilización extraterrestre que posteriormente se fue. Esta zona se halla ahora cerrada y fuertemente protegida por los militares dado que muchos hombres que entraron en ella jamás volvieron. Dos hombres, llamados el escritor (Anatoly Solonitsin) y el profesor (Nicolay Grinko), se embarcan en un viaje acompañados por un "stalker" (un acechador, una excelente interpretación de Aleksander Kaidanovski), un personaje que en la película de Tarkovsky es un guía de "la zona". En "la zona" hay misteriosos objetos, pero ellos parten a la búsqueda de una habitación que se halla en su centro y que tiene la facultad de realizar los deseos más ocultos del ser humano. Sin embargo, es necesario indicar que aquí el stalker  no es un  mero y simple guía:

Stalker no es simplemente el guía de un tour por la zona, él es también un guía espiritual. El hombre santo-loco que no puede dejar de predicar, y en el que la mayoría de sus monólogos conllevan un claro mensaje religioso. Su punto de vista tiene la forma de la tradición taoísta, pero su mansa filosofía de la no-violencia está infusa con temas visionarios apocalíptico-transfigurativos. [2]

El entorno de la película es efectivamente de tono post-apocalíptico y es utilizado por Tarkovsky, quien era un admirador del libro de la Biblia del Apocalipsis, también llamado libro de la Revelación, para justamente destacar ese elemento. Efectivamente, la zona es lugar de "revelaciones" entendidas como , sugiere la palabra, como manifestaciones de verdades o secretos ocultos de origen divino o sobrenatural. Veremos posteriormente como Tarkovsky utiliza esto para el tema de su película.

Arcadi i Boris Strugatski
Dentro del excelente análisis que hacen Jordi Batlló y Xavier Pérez sobre los grandes temas del cine, Stalker cae dentro del argumento de la búsqueda del tesoro, y al respecto de éste objeto maravilloso destacan:

su carácter dual y contradictorio que lo aproxima de manera ejemplar a la utilización que el cine hace de este tipo de tesoros [...] un objeto que contiene espiritualidad y pureza pero que también genera codicia y trivialidad. [3]

El vellocino de oro, el Santo Grial o el arca de la alianza son ejemplos de este tipo de tesoros. Batlló y Pérez destacan una clásica estructura en este tipo de películas: el encargo, el viaje lleno de vicisitudes, el enfrentamiento con el poseedor del objeto (o como veremos en stalker con el objeto mismo) y finalmente el retorno heroico que, con más o menos variaciones se corresponde con el viaje del héroe de Joseph Campbell que ya describimos en detalle en la entrada dedicada a la película IT. El viaje de retorno. Como veremos, Stalker nos ofrece una profunda reflexión apoyándose con unas interesantes variaciones sobre estos temas. En todo caso parece interesante leer las propias apreciaciones de Tarkovsky al respecto:

Hablar de la ruta, del viaje. Si hablamos del viaje, desde una perspectiva metafórica, es importante destacar que lo importante no es donde uno llega, lo importante es embarcarse en el viaje.

[...] lo importante no es lo que se logra al final del camino sino el entrar en el camino para lograrlo. ¿Por qué no importa donde se llegue? Porque el camino es infinito. Y el viaje no tiene fin. Por eso no tiene mucha importancia lo cerca o lejos que te encuentres del final, porque el viaje no tiene fin. Y si no entras en él, lo más importante es entrar. Y aquí reside el problema. Para mí es mucho más importante que el camino, el momento en el cual se entra en él, entrar en el camino.[4]

Nos encontramos aquí el tema que ya abordamos en 2001: Una odisea en el espacio de Kubrick, o en El séptimo sello de Bergman o más recientemente en Hacia rutas salvajes, de Sean Penn. No es lo importante el tesoro al final del camino, el tesoro es el camino en sí mismo y las experiencias que entrar en  él y su andadura nos depara.

Tarkovsky con el actor Aleksander Kaidanovski durante el rodaje.
Stalker es una película de largo y profundo calado como siempre lo fueron las películas de Tarkovsky, de múltiples temas: la metáfora del camino, sobre la naturaleza del deseo, del tiempo y su relación con la realidad, también de inquietud religiosa y finalmente un misterio. Es por ello que nos requerirá un largo comentario que nos ocupará dos entradas (correspondientes a cada parte de la película), como ya antes ocurrió con la película El proceso de Orson Wells o It de Tommy Lee Wallace, pero creo que una película así las merece.

I. EL LLAMADO O EL ENCARGO: LOS PERSONAJES Y LA ZONA

La película se inicia grabada en color sepia y con una de las características del cine de Tarkosky: la densidad y la profundidad del tiempo. La cámara avanza lentamente hacia una habitación entreabierta y penetra en ella. Luego enfoca una bandeja de comida que de repente empieza a temblar por la llegada de un tren. La cámara se desplaza hacia la izquierda lenta, muy lentamente y vemos primero a una mujer durmiendo, luego a una niña para llegar finalmente a nuestro protagonista, el stalker. Su familia. La cámara hace el camino inverso hacia la bandeja y luego vemos como él se levanta silencioso y procura no despertarles. La mujer no obstante esta despierta y sale acusándole temerosa de que vuelve a salir a la zona, de que vuelve a abandonarlas a ella y a su  hija y que si no tiene suficiente con cinco años de cárcel... Tras una discusión el stalker se zafa de ella y se va dejándola en estado de desesperación. Llega luego a una zona portuaria donde va a recoger a un hombre que le indica que una mujer elegante y con un coche deportivo quiere venir a la zona con ellos... Stalker la despacha con un directo y seco váyase (luego veremos por qué). Luego se dirigen con el hombre a una taberna donde aguarda por ellos otro hombre. Ahí se presentan por su oficio. "El escritor", "El profesor" y él mismo, el stalker.

El profesor, stalker y el escritor.
Es justo en este encuentro cuando "El escritor" plantea el problema esencial en relación a la búsqueda de la maravillosa habitación que realiza los más recónditos deseos:

¿Cómo puedo saber el nombre de lo que quiero? ¿Cómo puedo saber si en verdad no quiero lo que yo quiero? ¿O si realmente no quiero lo que no quiero? Son cosas imperceptibles. Basta con nombrarlas y su sentido desaparece, se desvanece y se disuelve como una medusa al sol. Mi consciencia desea la victoria del vegeterianismo en todo el mundo. Mi inconsciente anhela un pedazo de carne fresca. ¿Y qué quiero yo?

En un interesantísimo documental sobre cine y psicoanálisis "The pervert's guide to the cinema" (Guía de cine para el perverso, ver a pie de entrada información sobre el video) del filósofo Slavoj Zizek plantea el mismo problema:

El problema para nosotros no consiste en si nuestros deseos están o no satisfechos. El problema es: ¿Cómo sabemos qué desear? No hay nada espontáneo, nada natural en el deseo humano. Nuestros deseos son artificiales. Hay que "enseñarnos" a desear.

Como veremos más adelante el stalker sólo acepta guiar a personajes que se hallan desesperados o que son desgraciados - por eso rechaza la mujer elegante y con un coche deportivo que acompaña al escritor en su encuentro inicial -. Y, efectivamente, esto es así. Conforme avanza la película pronto vemos en "el escritor" a un personaje cínico y escéptico que ya no cree en nada y que ha perdido la inspiración, y "al profesor", un científico sin perspectivas, desengañado y dominado por el miedo y resentido. Es interesante que nos focalicemos en los personajes de la película y en "la zona" pues ellos ya nos dicen mucho de la película.

- SOBRE LOS PROTAGONISTAS.

Un elemento a destacar es que los protagonistas no tienen nombre, son identificados por su función: el stalker (acechador), el escritor, el profesor, monita (la hija mutante del stalker que carece de piernas) Puerco espín (el maestro de Stalker) y la mujer del stalker sin nombre ni identificación. Sutil detalle que ya nos sitúa en la identificación de los protagonistas con su "función", es decir, en la identificación de su ser con una representación de sí mismo y que se relaciona con ese aspecto que define al yo como una función de identificación. En términos junguianos podemos decir que cada personaje representa un arquetipo. Stalker sería un representante del arquetipo del self (el guía interior como representante del sí mismo, del ser), el escritor y el profesor representan el arquetipo de la persona (la máscara), monita el arquetipo de la niña divina y dejamos la mujer del Stalker (que no tiene nombre) para más adelante. Profundizemos un poco en cada uno de ellos:

Stalker (Aleksander Kaidanovski)
Stalker (Aleksander Kaidanovski). Como ya dijimos anteriormente Stalker no es ser un guía cualquiera. Primero de todo es una vocación y luego, ya en la zona, es un acechador, y no sólo de la zona sino también de sus viajeros. Su función está entre el guía espiritual y el loco iluminado. Entre el sabio taoísta y el místico cristiano. Mitad maestro mitad bufón. Recuerda a la carta del loco del Tarot (es curioso como en la zona le va siguiendo un perro negro). Su hogar es la zona, es allí donde él se siente libre, sintiendo el otro lado, el mundo convencional, como su cárcel. Dice en un momento de sí mismo:

El stalker no puede entrar en el cuarto. Aun más el stalker no puede entrar en la zona con fines lucrativos [...] No he hecho nada en este mundo y nada puedo hacer. Ni a mi esposa le he podido dar algo. Además no puedo tener amigos. ¡No me quiten lo mío! En si, ya me han arrebatado todo, allí, al otro lado de los alambres de púa. Todo lo mío esta aquí. ¿Me entienden? ¡Aquí! ¡En la zona! Mi felicidad, libertad, dignidad... ¡Todo lo tengo aquí! Pues traigo para acá a otros como yo, desdichados, desesperados... Soy su última esperanza. ¡Y puedo ayudarlos!

Stalker es el guía de la zona y del camino y él, un intermediario entre el mundo convencional y la zona... Una especie de Santo o místico que como hijo de Dios puede acceder a él mediando así entre el cielo y la tierra. Acusado de "simplón" en un momento de la película por el escritor, su simpleza, no obstante, es la sabiduría del hombre que es capaz de mirar como un niño viendo así  las cosas de manera distinta a como vemos los adultos, y así se dirige y se comporta en la zona con el respeto, el asombro, el miedo y el amor a ella debida. El camino requiere atención y prudencia. Dice de él Antonio Mengs en su excelente libro dedicado a esta película:

Mientras aguarda a los otros, antes de reemprender la marcha o adoptar la dirección a seguir, el Stalker a menudo busca recogerse por un instante, y su apartamiento implica una estrecha y directa relación física con la naturaleza. La tierra es a la vez lugar de contemplación, de veneración y profundo descanso: el reposo exige un lecho sustancial donde mantener la sensitividad activa. De manera análoga, caracteriza su andadura un dinamismo de fricción, por así decir, con el aire y la niebla, la piedra y el musgo, el charco y la arena en la que su propia entidad corporal evoluciona con cierta ligereza no exenta de esfuerzo, pero flexible y llena de soltura. [5]

El escritor (Anatoly Solonitsin)
El escritor (Anatoly Solonitsin). El escritor es el personaje más activo con el Stalker. Ya le definimos como cínico y escéptico, descreído y perdida su inspiración. Es rebelde y continuamente provoca al Stalker y mantiene una actitud desafiante hacia la zona. El stalker, a su vez, mantiene con él una acción más focalizada y le frustra (le acecha) constantemente: reacciona agresivamente cuando arranca una planta de la zona, le vacía la botella de vino que lleva, le quita una pistola que porta y le hace trampas en un sorteo para ver quien es el que va entrar en el túnel de hielo llamado el molino de carne por la cantidad de gente que en él murió. El cinismo y la rebeldía que muestra le hace, más tarde, encontrarse con la desesperación de la realidad de su persona como imagen, como máscara:

No tengo conciencia, sólo nervios. Una mala bestia me injuria: me provoca una herida. Otro canalla me elogia: me provoca otra herida. Si les dedicas tu alma y corazón, se los zampan. Si sacas las inmundicias del alma, se las tragan. Ellos son instruidos. Todos tienen hambre sensorial. Por eso se amontonan a tu alrededor: periodistas, redactores, críticos, ciertas mujeres en torrente constante. Todos exigen: ¡Dale, dale! ¡Que diablos de escritor soy yo, si odio escribir! Si para mi eso es un tormento, una ocupación dolorosa y bochornosa, algo así como la extracción de un hemorroide. Antes yo pensaba que algunos se hacían mejores leyendo mis libros. Pero... ¡No le hago falta a nadie! Cuando me muera, no pasarán dos días y ya comenzarán a comerse vivo a otro. ¡Yo pensaba transformarlos y ellos fueron los que me cambiaron! A su imagen y semejanza. Antes el futuro era la continuación del presente, y todos los cambios se traslucían más allá del horizonte. Ahora el futuro se ha mezclado con el presente.

Este texto creo que le define suficientemente y que nos lo muestra en lo más profundo de su desesperación y nos presenta un hombre perdido en su propia máscara.

El profesor (Nicolay Grinko)
El profesor (Nicolay Grinko). Personaje bien distinto al escritor, el profesor es más bien un personaje silencioso y frío, distante, de pocas palabras y con una interacción escasa con el Stalker, al que éste parece ignorar expresamente. Físico de profesión parece el clásico representante del mundo de la ciencia... enfrascado en su lógica y en su racionalismo intelectual da la sensación de estar allí por sus intereses (que al final se aclararán) y asentándose en su propia observación para aprender, negando la posibilidad de aprender de otro. Pretende sostenerse en la solidez de sus conocimientos. Conflictúa verbalmente en distintos momentos con el escritor de quien es su opuesto y, generalmente, provovado por el cinismo de éste. Al igual que el artista se confronta con su imagen en la sala de arena, el profesor lo hará en otra habitación (en la que misteriosamente suena un teléfono o una bombilla de luz genera un resplandor espectacular) donde se mostrará el resentimiento que anida en él contra un compañero de trabajo y aun más cuando se hace extensiva a la motivación política por la que se halla en la zona:

¿Se imagina que pasará cuando todos crean en la existencia de este cuarto? ¿Y cuando todos ellos se precipiten para acá? Eso es cuestión de tiempo. ¡Si no es hoy será mañana! ¡No serán diez, miles! Los emperadores frustrados, los grandes inquisidores, los fuhrer. ¡Y otros supuestos bienhechores del género humano! ¡No es por dinero, ni por inspiración, sino para transformar al mundo! [...] Usted  no es el único stalker del mundo. Ninguno de los stalkeros saben lo que traen para acá y que se llevan las personas que ustedes conducen. ¡Y aumentan los crímenes no motivados! ¿No es ese el resultado de su trabajo? ¿Qué decir de los golpes militares y de las mafias de los gobiernos? ¿No serán esos sus clientes? ¿Y las armas láser junto a las superbacterias, toda esa inmundicia oculta ahora en cajas fuertes?


Y para ello lleva una pequeña bomba atómica para volar la zona...

Monita, Natasha Abramova
Monita (la hija del Stalker, Natasha Abramova). La hija de Stalker es es una mutante que carece de piernas. Sin embargo, Monita se identifica con el arquetipo del niño divino... Ella es una extensión de la zona y por ello representa la posibilidad de ver más allá de la "apariencia de las formas" y la "ambiguedad de las palabras". Por ello tampoco habla. Ella pertenece al mundo de lo pre-consciente. Ella protagonizará el final de la película donde su presencia adquirirá una especial fuerza y dimensión. Dentro de los distintos significados del arquetipo del niño yo quisiera destacar uno que creo fundamental en la película: el niño como esperanza (que tan bellamente recoge la película Hijo de los hombres de Alfonso Cuaron). El niño como posibilidad de futuro y de totalidad. Dice Jung al respecto:

Un aspecto fundamental del motivo del niño es su caracter de futuro. El niño es futuro en potencia. Por eso, la aparición del motivo del niño en la psicología del individuo suele significar una anticipación de desarrollos futuros [...] La vida, no hay que olvidarlo, es un transcurrir, un fluir hacia el futuro, y no una marea en retroceso [...] El niño prepara una futura transformación de la personalidad [...] Es, por eso, un símbolo que une los opuestos, un mediador, un salvador, es decir, un hacedor-de-la-totalidad. [6] 

Mujer de Stalker, Alissa Freindlich
La mujer del Stalker (Alissa Freindlich). La mujer de Stalker es la mujer que sufre su vocación y su frustración (sentirse encarcelado en el mundo normal)... Pero al igual que Monita, al final de la película, esa mujer toma figura y manifiesta el amor y admiración que siente por Stalker también por ser como es, a pesar del sufrimiento que también le depara. Dice al respecto Tarkovsky:

En Stalker lo digo de forma abierta y yendo hasta las últimas consecuencias: al amor humano es ese milagro capaz de oponerse eficazmente a cualquier especulación sobre la falta de esperanza en nuestro mundo. Lo malo es que también nos hemos olvidado de qué es el amor

En Stalker, el escritor reflexiona sobre el aburrimiento de la vida a un mundo sometido a reglas, en el que incluso la casualidad es el resultado de una ley que para nosotras era hasta entonces desconocida.

Quizá por esto es por lo que el escritor está a gusto en la zona, donde se encuentra con algo desconocido, capaz de sorprenderle, de maravillarle. En realidad lo que maravilla es precisamente aquella mujer sencilla, con su fidelidad y sus valores humanos. ¿Es qué realmente todo está sometido a la lógica? ¿Es qué realmente todo se puede disgregar en sus componentes, todo se puede calcular? [7]

La mujer de Stalker representa un elemento del existencialismo de Tarkovsky que él significa con la palabra sacrificio, y que posteriormente ampliará con sus dos últimas películas: Nostalgia y Sacrificio. Sacrificio, entendido más como entrega, como un acto libre y espontáneo.

Puerco Espín (Dikoobras). Puerco Espín es un personaje que se cita si bien no tiene presencia física. Se trata de un stalker que fue el maestro de nuestro stalker protagonista, y cuya historia nos orienta sobre la problemática de la habitación de los deseos que se halla en la zona. Sintiéndose culpable de la muerte de su hermano, Puerco Espín (a quien antes se llamaba simplemente maestro, dice Stalker) se dirigió a la habitación para que su hermano pudiera recobrar la vida. Al volver, el stalker se vió de repente enriquecido... A la semana se ahorcó. Esta es la realidad de la habitación de los deseos: no se cumplen los simples deseos que la persona cree desear, sino aquellos más recónditos e inconscientes.

- LA ZONA.

La zona es sencillamente la zona. Es la vida que el hombre debe atravesar y en la que sucumbe o aguanta. Y que resista depende tan sólo de la conciencia que tenga en su propio valor, de su capacidad de distinguir lo sustancial de lo accidental. [8]

La zona
En la zona aparece el color y se abandona el color sepia. Así se marca claramente un límite y una diferencia. A pesar de que es conocido como a Tarkovsky le enojaba que le preguntaran sobre que simbolizaban los temas que utilizaba en sus películas, en ese sentido me parecen interesantes las apreciaciones de Zizek al respecto cuando equipara la zona como la propia blancura de la pantalla de cine. El lugar donde podemos proyectar nuestras "proyecciones" y así recuperarlas, hacerlas nuestras:

No hay nada específico sobre la zona. Simplemente es un lugar donde un cierto límite es colocado, y aunque las cosas permanezcan como eran, lo percibimos ahora como un lugar distinto, precisamente el lugar sobre el cual podemos proyectar nuestras creencias, nuestros miedos, aspectos de nuestro espacio interior.

Podemos unir este texto de Zizek al anterior de Tarkovsky y precisar aun más qué es la zona: un lugar donde reapropiándonos de nuestras proyecciones podemos distinguir lo sustancial de lo accidental. La zona es el lugar donde la desesperación tiene una oportunidad, la oportunidad de perderse y así encontrar el camino hacia sí mismo.

Pero hay más, aun hay más en la zona. Recordemos a Thoreau en la película recientemente comentada Hacia rutas salvajes acerca de la tranquila desesperación del hombre. Vivimos una sociedad tranquilamente desesperada donde la desesperación se pretende amortiguar con el engaño y la evasión convirtiéndola así en una apacible resignación: el ser que languidece. A diferencia del color "sepia" del inicio de la película, que nos muestra una indeterminada ciudad industrial, sucia, contaminada, la zona se nos muestra en color y con la conjunción de objetos y construcciones humanas abandonados, oxidados y en ruinas entre la vegetación. La zona deriva así en una imagen que representa el pensamiento y el sentimiento de Tarkosvky: la futilidad del materialismo y la necesidad del misterio, la presencia de lo numinoso. Tarkovsky comparte con Jung esa misma sensibilidad, la zona representa también este misterio, este númen que está más allá del reduccionismo materialista:

Es importante que tengamos un secreto y el presentimiento de algo incognoscible. Ello llena la vida de algo impersonal, de un numinoso. Quien no ha experimentado esto, se ha perdido algo importante. El hombre debe percibir que vive en un mundo que en cierto sentido es enigmático. Que en él suceden y pueden experimentarse cosas que permanecen inexplicables y no tan sólo las cosas que acontecen dentro de lo que se espera. Lo inesperado y lo inaudito son propios de éste mundo. Sólo entonces la vida es completa. Para mí la vida fue desde sus comienzos infinitamente grande e incomprensible. [9]

La zona nos devuelve también a lo que Rudolf Otto llamó sentimiento de creatura, es decir, al sentimiento de pequeñez y anonadamiento que se siente ante una potencia superior o que nos embarga ante la grandiosidad del misterio (ver más detalle en la entrada 2001 Una odisea en el especio: mis aproximaciones). En este sentido el stalker es un claro ejemplo de este aspecto que representa la zona cuando nos manifiesta con claridad la cárcel que es para él el "otro lado de los alambres de púa": racionalismos, fundamentalismos, materialismos, espiritualismos vacíos e interesados y todo tipo de ismos que no son más que cárceles a la expansión que todo espíritu humano anhela. Es más allá de esos ismos y lo que nos deparan cuando determinan políticas, ideologías, economía, religión, espiritualidad etc. que el stalker dice que "mi felicidad, libertad, dignidad... ¡Todo lo tengo aquí!"

La zona es un lugar de transformación. Nadie que entra sale igual...

Tarkovsky en el pasisaje de La zona.

II. CAMINO DE LA ZONA: LAS RESISTENCIAS.

Tras conocerse en el bar, nuestros héroes inician su viaje hacia la zona. La salida de la ciudad se nos muestra de manera sencilla como una salida peligrosa... El camino hacia sí mismo es siempre un camino donde las amenazas siempre se hacen presentes. Esas amenazas que pretenden mantenernos en nuestra cárcel-matrix son conocidas, en un sentido psíquico, como las resistencias que se oponen a esa "dudosa" aventura que nos lleva hacia sí mismo. Como es sabido, Freud describió en su artículo Inhibición, síntoma y angustia cinco tipos de resistencia que tienen su origen en las tres instancias psíquicas: el yo, el ello y el superyó. Todas ellas tienen como objetivo "prohibir" el camino hacia la zona, también entendida como aquel lugar en el que reside nuestra verdad. Observamos en el momento en que atraviesan "el alambre de púas" a los militares disparándoles como esa frontera custodiada por la ley,o el guardián del umbral al que se refería Joseph Campbell y que ya observamos al comentar la película IT -Parte II -, aquella figura que pretende que no abandonemos nuestro mundo ordinario, nuestra cárcel-matrix.

Una vez atravesada la alambrada y los controles se inicia el viaje en motorrail hasta llegar a la zona donde la imagen cambia del sepia al color. Y una vez más asistimos en ese intermedio a esa densidad del tiempo que tanto caracteriza a Tarkovsky, en este caso para marcar el cambio de un lugar a otro... los espacios de transición que además se cargan de una sutil tensión emocional donde cada personaje está ensimismado en sus sentimientos y en sus pensamientos, en sus incertidumbres y en sus miedos y que la cámara va siguiendo con magistral lentitud... con el convencimiento de que la conciencia requiere lentitud, atención... apreciación.

Transición: hacia la zona
Cuando finalmente llegan a la zona, Stalker dice: ya estamos en casa.

III. LOS PRIMEROS PASOS EN LA ZONA.

Una vez llegados allí se nos muestran las primeras irregularidades en la zona y surgen los primeros desacuerdos entre Stalker y el escritor, mientras el profesor se mantiene silencioso sin poner aparentemente problemas. Desde la llegada empezamos a notar algunos temas que se irán repitiendo a lo largo de la estancia en ella:

En primer lugar observaremos las retiradas del stalker, su apartamiento de tanto en tanto de sus viajeros para estar en contacto íntimo con la zona. Recordemos las palabras antes dichas: su apartamiento implica una estrecha y directa relación física con la naturaleza. La tierra es a la vez lugar de contemplación, de veneración y profundo descanso: el reposo exige un lecho sustancial donde mantener la sensitividad activa.

Stalker en contacto con la zona
En segundo lugar veremos también que desde algunos de estos apartamientos, Stalker suele ofrecer algunos monólogos cuyo sentido iremos viendo a medida que aparezcan. En esta primera fase y tras "acechar" al escritor vaciándole la botella de vino, lanzándole una barra de hierro por arrancar unas hierbas (Este no es un lugar para paseos. La zona exige que la respeten, de lo contrario castiga) o avisándole de que en la zona el camino más corto puede ser el más peligroso... Tras pasar por todos estos encontronazos Stalker les dice:

La zona es un sistema muy complejo. Con sus trampas, todas mortales. No sé que pasa aquí, cuando no hay ningún ser humano. Pero basta que entren personas aquí para que todo se ponga en movimiento. Desaparecen las trampas viejas y aparecen nuevas. Lugares que eran seguros se hacen intransitables. El camino se pone fácil o complejo hasta lo imposible. Esto es la zona. Quizás parezca caprichosa. Pero ella es tal y como la hace el estado de ánimo del ser humano [...] Pero todo lo que ocurre aquí, no depende de la zona, sino de nosotros.

Observemos como en este punto Stalker nos da ese sentido de la zona como pantalla de proyección (ella es tal y como la hace el estado de ánimo del ser humano [...] todo lo que ocurre aquí, no depende de la zona, sino de nosotros), es decir un límite que la demarca y que nos permite pasar del estado de consciencia dormida en una zona ordinaria a un estado de consciencia despierta en una zona no ordinaria... siempre que queramos ver. No hay duda que la figura de Carlos Castaneda tuvo su influencia en esa concepción. En sus diarios dice Tarkosvky:

He vuelo a leer las Lecciones de don Juan de Castaneda. ¡Es un libro fenomenal! Y muy auténtico, porque 1) el mundo no es para nada tal como lo percibimos, y 2) seguro que puede cambiar en determinadas condiciones. [9]

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PARA VER PARTE II DE STALKER PULSA AQUÍ.












VER PELÍCULA STALKER:

Ver película en VIMEO: Parte I. http://vimeo.com/groups/35mmandrisdamburs/videos/18281666
Ver película en VIMEO: Parte II. http://vimeo.com/groups/35mmandrisdamburs/videos/18468786
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DOCUMENTAL: GUÍA DE CINE PARA PERVERSOS.
Slavoj Zizek
Duración 2 h. 45 min.
Directora: Sophie Fiennes

Excelente, profundo y original documental donde uno de los filósofos y psicoanalista más interesantes de la actualidad nos muestra como el cine nos ayuda a comprender los complejos conceptos psicoanalíticos y psicológicos. Aunque el dvd es en inglés, los subtitulos en castellano están disponiblen en internet.


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[1] Tarkovsky, Andrej. Esculpir el tiempo. Libros de Cine. Rialp, págs. 222 y 223
[2] Skakov, Nariman. The cinema of Tarkovski. I. B. Tauris. London. pág. 147. La traducción es mía.
[3] Batlló, Jordi & Xavier Pérez. La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine. Anagrama. Colección argumentos, pág. 17
[4] Illg, Jerzy & Neuger Leonard. Entrevista a Tarkovsky. I'm Interested in the problem of inner freedom (Estoy interesado en el problema de la libertad interior). La traducción es mía.
Enlace: http://people.ucalgary.ca/~tstronds/nostalghia.com/TheTopics/interview.html
[5] Mengs, Antonio. Stalker, de Andrei Tarkovsky. Libros de cine Rialp, pág. 57.
[6] Jung, C. G. Arquetipos e inconsciente colectivo. Acerca de la psicología del arquetipo del niño. Editorial Trotta OC-9/1, pár. 278
[7] Ver nota 1, págs. 221 y 222
[8] Jung, C. G. Recuerdos, sueños y pensamientos. Seix Barral. Biblioteca breve, pág. 360
[9] Tarkovsky, Andrej. Martirologio. Diarios. Editorial Sígueme, pág. 186

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OTRAS PELÍCULAS COMENTADAS DE TARKOVSKI.

SOLARIS (1972)
Andrej Tarkovski

Actores: Donatas Banionis, Natalia Bondarchuk, Juri Jarvet, Anatoly Solonitsyn.

Pulsar aquí para ir a la entrada.


domingo, 11 de mayo de 2014

DECÁLOGO 4 (Krzysztof Kieslowski, 1990): Honrarás a tus padres.

EL EDIPO HONRADO.

Honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el señor, tu Dios, te va a dar. (Éxodo, 20, 12)

Decálogo 4 nos plantea la historia de un padre, Michal (Janusz Gajos) y de su hija Anka (Adrianna Biedrezinska), cuya relación se va a ver perturbada por el descubrimiento de una carta dirigida al futuro dejada por una madre que falleció cuando su hija tenía unos pocos días para ser leída por esta cuando Michal muera... Como vamos a ver, en este episodio volvemos a tener la mentira como un elemento decisivo tanto en el desencadenamiento de los hechos como en el de su reordenamiento, volviendo a plantearnos el tema que Zizek indica al respecto sobre si podemos sostener una vida mediante una mentira que la fundamenta. Por otro lado, y como ya es habitual en Kieslowski, el mismo mandamiento será puesto en una situación paradójica.


I. INTRODUCCIÓN: LA EVANESCENCIA DEL LÍMITE.

Antes de la partida de Michal por un viaje de trabajo, vemos a Anka observar un sobre que pone "Abrir sólo tras mi muerte". Seguidamente podemos ver unas imágenes que nos muestran la buena relación que parece existir entre padre e hija. No obstante, también podemos observar algunos detalles como alguna mirada de Michal a su  hija, o como éste escucha una conversación de su hija con su novio en la que Anka dice que pueden estar tranquilos que "me ha venido el periodo esta mañana. Gracias a Dios".

Anka y Michal.

Tras despedirse en el aeropuerto Michal le dice a Anka que haga unas gestiones que se le olvidaron y le dice un cajón donde están los recibos que tiene que pagar... Y, curiosamente, en este cajón está también el misterioso sobre... Sigue luego una curiosa escena simbólica en el oculista, cuando Anka se está revisando la vista:

Oculista: ¿Tienes problemas de visión?
Anka: Sí, ayer vi despegar un avión, se volvió un mancha borrosa. Al final sólo era una forma difusa. Y luego recordé que sólo veo bien los números de los autobuses cuando están muy cerca.

La oculista le coloca entonces un foroptor (aparato oftalmológico de lentes de prueba) y le empieza a señalar letras en los optotipos (paneles con diferentes tipos y tamaños)...

Anka: ... F ... A ... T... H ... ... ... Father (Padre)

[...]

Anka: ¿Por qué eligió esta palabra?
Oculista: Reviso la inteligencia a la vez.
Anka: Mi padre subió a aquel avión que no pude ver claramente.

Curiosa escena donde se avanza aquello de lo que el episodio va a tratar, de la figura del padre que se torna evanescente y difusa en su función...

... F ... A ... T ... H ... E ... R ... Father

Anka prosigue observando el sobre... haciéndose clara la tentación de abrirlo. Luego, sentada delante de un lago la vemos con el sobre y unas tijeras. Justo cuando ya va a abrirlo se ve interrumpida por el personaje que ya hemos visto en los anteriores episodios del "Ángel del destino", un remero que sale del agua con su canoa a cuestas y que se queda mirándola interrogativamente. Guarda el sobre de nuevo y suelta las tijeras... Más tarde se hace clara que dentro del sobre hay otro sobre que pone: "Para mi hija Anna".

Sigue entonces otra escena simbólica. Anka está estudiando teatro y ensaya una escena de Romeo y Julieta con su novio Jarek, también estudiante. El profesor insiste a Anka en que se concentre... "Se supone que le quieres" - le dice -. Se establece entonces el siguiente diálogo entre ella y el profesor:

Anka: ¿Porqué le quiero? No sé qué significado oculto tiene.
Profesor: ¿Cómo que no? Todos tenemos algo por lo que ser amados.
Anka: Pero por qué le quiero.
Profesor: Encuentra una razón.
Anka: Pues...
Profesor: Porque te está mirando embobado.
Anka: Bueno si usted lo dice.

Sigue entonces el ensayo y el profesor le sigue indicando que no está concentrada hasta que él mismo la coge y recita el texto de Shakespeare: "Diciendo buenas noches otra vez no dejaría que te durmieras". El rostro de Anka muestra su sorpresa... "Lo ves, ahora estás concentrada".

"Diciendo buenas noches no dejaría que te durmieras..."
El cambio de interés de Anka que va de su interpretación desinteresada con Jarek, el que es su compañero y novio (¿Por qué le quiero?) a la concentrada cuando es sorprendida por su profesor en el papel de Romeo es obvio. Una nueva indicación de Kieslowski sobre lo que se va perfilando como el movimiento de algo que le ocurre a Anka con su padre: la evanescencia del límite que establece la función paterna conocida como el tabú del incesto.

Vemos luego a Anka revolviendo un bolso (que luego sabremos que es de su madre) y observando una foto que se halla entre su contenido. De él extrae también un sobre idéntico al sobre misterioso que su madre ha dejado para ella. Luego la vemos escribiendo, como intentando imitar la letra de la madre, en el sobre en blanco...

II. LA TRAMA: CRUZANDO EL LÍMITE.

Seguidamente vemos a Anka esperando en el aeropuerto la llegada de su padre. Le espera con una seria expresión en su rostro. Tras insistir Michal en que le ocurre, Anka empieza a decir ante el rostro de circunstancias de su padre:

Mi querida hija, no sé cómo serás cuando leas esta carta. Debes ser ya mayor, y Michal debe de haber muerto ya. Ahora eres un bebé y sólo te he visto una vez. Ya no te traen más porque me voy a morir. Tengo algo importante que contarte. Michal no es tu padre. Aunque no importa quién es tu padre. Fue una estupidez, un error. Sé que Michal te querrá como una hija. Estoy segura que estarás bien con él. Intento imaginarte en el momento en que leas esta carta, en tu casa. Tienes el pelo oscuro ¿verdad? Tus manos son delgadas y tienes un cuello suave. Me hubiese gustado tanto verte... Mamá.

El padre le da una bofetada y se va...

"Michal no es tu padre"
Tras las primeras reacciones de unos y otros (Michal rompe el cristal de una puerta después de propinarle una patada y Anka le dice a la madre de Jarek que quiere casarse ya, que Michal no es su padre) se produce luego el encuentro. Este se da en un ascensor y, como ocurre con los otros episodios, aparece también en él el protagonista de otro, en este caso del Doctor del episodio 2. Cosa nada gratuita viendo el desenlace que este episodio va a tener. Luego Michal y Anka bajan al sótano donde le muestra el bolso de la madre (el que antes ya había hurgado Anka) y la foto que antes ella había mirado (una foto que muestra dos mujeres y dos hombres, una de ellas su madre). Michal le dice que cree que uno de los dos puede ser el padre. Veamos el diálogo que se establece entre ellos:

Anka: ¿Cuándo lo supiste?
Michal: Nunca estuve seguro. Aunque siempre lo sospeché.
Anka: Me has decepcionado.
Michal: Nunca me preocupó. Siempre has sido mi hija.
Anka: Debiste decírmelo.
Michal: En principio pensé en darte esta carta cuando cumplieses los diez años. Pero eras demasiado joven. Entonces decidí dártela cuando cumplieses quince. Entonces ya eras demasiado mayor. Así que lo metí en aquel sobre amarillo.
Anka: Que fácil.
Michal: Pensé que no cambiaría nada entre nosotros.
Anka: Pero una mentira... es una mentira.

Veamos aquí como nos encontramos con la primera extrañeza. El sobre debía haber sido entregado a la hija no tras la muerte de Michal, eso lo determinó él al ocultarlo en el otro sobre. La siguiente escena pone de relieve un segundo tema... Michal había hecho lo posible en este viaje para que Anka lo descubriera... Anka le dice que leyó la carta porque él quería que lo hiciera, lo cual se revela como cierto. Sigue entonces el momento crucial, cuando Anka le revela "el significado oculto" de que ella la haya leído:

Desde hace años, intuía el significado de esa carta. Cuando tuve mi primer novio sentí que estaba traicionando a alguien. No podía entenderlo. Pero eras tú. Siempre estoy buscando a alguien. A otra persona. Cuando alguien me toca pienso que son tus manos. Cuando estoy cerca de alguien no estoy con él, sino... (se lleva las manos a la boca) ¿Cómo debo llamarte ahora?

No lo sé - responde Michal -.

"¿Cómo debo llamarte ahora?"
- El deseo de Anka por su padre.

El límite ha sido cruzado. Anka, al verse librada aparentemente de la paternidad biológica de Michal, puede liberar y manifestar su deseo por él. Como dice Nasio en su libro sobre El edipo, este momento se correspondería con el segundo momento edípico: La niña desea a su padre.

quiere ser el objeto del padre. ¿Qué significa esto? Significa que la pequeña quiere ser ella misma, en su totalidad, el preciado Falo. En otros términos, quiere llegar a ser la preferida del padre [...]  al deseo incestuoso de ser poseída por él... [1]

Como dice Zizek en su comentario: la hija "honra al padre" bajo la forma de un ardiente deseo incestuoso hacia él [1].  Se desatan entonces unos momentos de fuerte intensidad emocional en los que junto a la desesperación de Anka (quiere que su padre hable y esté con ella) se une una cierta confusión de Michal. Tras unos momentos de enfado Anka retoma seguir hablándole a Michal y la situación sigue clarificándose:

Anka: Siempre me he sentido culpable en la cama. Y ahora sé por qué. Te estaba engañando de algún modo.
Michal: Yo nunca lo he sentido.
Anka: Vamos a establecer unas normas. Si mientes y te pillo debes admitirlo, ¿Vale?
Michal: Muy bien.
Anka: Mentiste al decir que nunca sentiste eso.
Michal: Si.
Anka: Lo sentiste.
Michal: Lo sentí. Vives como te place. Eres libre de hacer lo que quieras. Yo finjo que no me cuesta. Incluso si quisieras casarte con ese Jarek, no te diría que no, a pesar de que sé que te gustaría si te dijera que no. No tengo derecho a prohibirte nada. Si te prohibiese algo o te forzara a hacer algo me consideraría celoso. No celoso como un padre hacia su hija. Serían como los típicos celos masculinos. Sobre una mujer. Yo nunca quise que fuese así, pero así es como ha sido. No sé por qué.


"No tengo derecho a prohibirte nada".

- Introyección paterna y  fidelidad al amor por el padre omnipresente.

Observamos que la hija es el resultado del padre... Un padre cuya función paterna se disuelve con su propio deseo incestuoso y la culpa que siente por él. Michal justamente enuncia el resultado de compensar la función de límite que debería ejercer como padre con  el exceso de libertad con el que deja a la hija por la culpa que siente como hombre: No tengo derecho a prohibirte nada. Curiosamente la consecuencia de la culpa de Michal por su deseo se transforma en la culpa de Anka por traicionarlo.

En esta fase asistimos, hablando en términos edípicos, a la manifestación del padre introyectado cuando ésta no está compensado adecuadamente por la madre con la consecuencia de lo que Nasio llama el desarrollo de una de las neurosis femeninas más tenaces, la histeria de amor:

que consiste en el rechazo del vínculo amoroso. La mujer enteramente habitada por su padre fantaseado no puede comprometerse en una relación amorosa duradera; todos sus receptores de amor están saturados por la omnipresencia paterna. No forma pareja sino que queda intensamente impregnada de su padre amado; permanece sola e insatisfecha pero colmada por su pasión secreta. No es resentida ni odiosa respecto de los hombres, sencillamente se retira de la vida amorosa y sexual. En suma, prefiere conservar a su padre interior antes que comprometerse en una relación afectiva, siempre frágil, en la cual se siente expuesta de ser abandonada. [2]

Sigue entonces un ejemplo de las consecuencias de ese "no derecho a prohibir". Michal encontró a su hija con un chico en la cama hacía tres años y simplemente se fue y les dejó... Unos momentos después Anka le dice que hace un año quedó embarazada y abortó... El diálogo que sigue es muy interesante:

Michal: Escúchame. Te dejaba sola porque deseaba que sucediese algo irreversible. Pensé que sucedería con el primero. Pero no. Desde entonces sueño que tendrás un bebé. ¿Entiendes?
Anka: Por eso aborté. Porque lo habrías aceptado sin remilgos. Y por eso tampoco te conté nada. Temía que me dijeses: "Bien, aborta si así lo deseas, no pasa nada cariño". ¿No pensaste que yo no quería que ocurriese nada irreversible? ¿Para qué quería que tuviese un bebé? Solo querías que las cosas sucediesen si verte implicada en ellas, al igual que la carta.

Michal espera que el mundo externo realice la función de separación que él no realizó, y la libertad que aparentemente le da a su hija no hace más que confirmar su deseo y cautivar el de Anka.

- Falla del la ley paterna: El exceso de sensualidad en la relación padre-hija.

Finalmente Anka descubre a su padre, el padre que refugió su afecto en su hija y que sintiéndose culpable no se dio el derecho a prohibir, sobrecargando a su hija con ese exceso. Queda muy claro en las palabras de Anka:

Cuando era pequeña me acariciabas la espalda cuando lloraba. A veces lloraba a propósito para que me acariciases debajo del pijama. Me estremecía. Nunca has querido que creciese verdad - Michal asiente -. Querías que siguiese siendo una niña - Michal sigue asintiendo -. Aunque tenía pecho no querías que llevase el top del bañador. Cuando tuve la regla por primera vez, me llevaste a las montañas para pararlo. Y no te casaste nunca, ni con Marta ni con ninguna otra. Me daban miedo. Miedo innecesario porque nunca te volviste a casar. Estabas esperándome verdad. Estabas esperando. Si. Tenía que ocurrir [...] Yo no soy hija tuya - tras quitarse la blusa y mostrarse desnuda ante Michal -. Y ahora ya soy una mujer. ¿Quieres tocarme? ¿Quieres?

"Yo no soy tu hija. Y ahora soy una mujer. ¿Quieres tocarme?"

Esa escena parece hacer realidad aquello que muchas niñas dicen de su padre: "cuando sea mayor me casaré con él". En todo caso aparece en ella ese exceso de sensualidad que precisamente en ese exceso deriva en traumatizante. Dice Nasio al respecto:

la persona experimentó un traspiés; si, el niño edípico sufrió la experiencia de haber sido superado por un placer erógeno demasiado intenso que se apoderó de él. Su yo, aun inexperto, no supo contener la impetuosidad de un deseo enloquecedor ni asimilar el excesivo placer resultante. ¿Deseo o placer?, dirá el lector. Es perfectamente equivalente pues,como hemos visto, el niño edípico vive las sensaciones, el deseo y el placer como una misma cosa. Nosotros somos quienes separamos los elementos de esa totalidad. Es por ello que, cuando el placer erógeno es excesivo, el yo infantil queda traumatizado.

[...] Así es como se moldea, en el inconsciente virginal del niño, el prototipo de una escena fantaseada en la que se ve seducido por uno de los padres. [3]

Anka finalmente revela no el abuso de Michal, por lo menos el abuso consciente, pero si el inconsciente... Observamos en Anka algo que está presente en la neurosis histérica en la que el sometimiento al padre se transforma en rebelión contra el hombre, rebelión causada por la angustia tanto a depender de él como a ser abandonada por él. Todo ello, finalmente, deriva en una fuerte incapacidad para amar. Como vimos en la anterior entrada en el caso de Chris McCandless, la falla de la metáfora paterna en el caso de Anka implica que la ley se invierte quedando a merced del deseo paterno a la vez que le prohíbe el acceso a los otros hombres y, además, le dificulta la identificación con lo femenino a través de la madre (exceso de introyección paterna y déficit de identificación materna).

III. EL FINAL Y RESTAURANDO EL LÍMITE: LA RESTAURACIÓN DEL PADRE.

Ante la desnudez de Anka, Michal reacciona tapándola con una chaqueta... Surge a partir de ese momentos el porqué de las mentiras. Anka le solicita una última pregunta que no es más que por qué quería que leyera la carta. Michal le responde:

Porque deseaba lo imposible [...] Por eso hoy, por primera vez, te he pegado... Por haber leído la carta. Por querer que la leyeras. Y por mamá. Porque en esa carta te dice cosas que a mí nunca me contó. Porque te quiero y no eres mi hija. Porque todo podría haber sido tan diferente. Y porque los días que dejamos atrás ya nunca vuelven. 

Por las veces que me acariciabas la espalda cuando lloraba, el Rey del Caramelo - dice Anka -. El Paje Pastelito, la Princesa Mazapán - sigue Michal -. Y ambos susurran una canción de la niñez.

Luego sigue la escena final en la que Anka, despertándose por la mañana y pensando que su padre se va al verle partir con una bolsa desde la ventana, le grita diciéndole que le ha mentido. Sale corriendo hacia él y le confiesa que ha mentido. Que la carta la escribió ella - en ese momento pasa el "Ángel del destino" con su canoa a cuestas como antes delante del lago. Apareció en la gestación de la mentira y surge ahora en la manifestación de la verdad. El padre simplemente iba a comprar leche... Surge entonces la cuestión de qué hacer con la verdadera carta... Ambos padre e hija deciden quemarla.

La Carta que no llega a su destino.

Finalmente queda una pequeña parte lateral visible de la carta. Anka lee: "Mi querida hija... Me gustaría decirte algo muy importante. Michal no es..." El resto de la carta está quemado. El episodio acaba enfocando la cámara la foto en la que la madre sale entre los dos hombres...

Este final se abre a distintas reflexiones. Dice Zizek en su comentario:

Padre e hija queman de común acuerdo la carta de la madre, asumiendo así la ignorancia como base de la relación: no una mentira, sino una retirada consensuada de la verdad, una actitud de "es mejor no saber". ¿No saber qué? No saber la verdad sobre la paternidad contenida en la "carta de una madre desconocida". En éste caso para mantener el frágil y delicado equilibrio libidinal de la vida diaria, es preciso que la carta NO llegue a su destino. [4]

IV. REFLEXIONES FINALES.

Es curioso precisamente que esta renuncia a la verdad que implica honrar al padre se base paradójicamente en no honrar la madre, en no respetar su voluntad de que la carta SI llegue a su hija. Una vez más Kieslowki nos pone ante la mentira como desencadenante y la paradoja ante las lecturas absolutas de las leyes:

En primer lugar el ocultamiento del sobre de la hija para la madre en un sobre posterior que Michal pide sea abierto tras su muerte.
En segundo lugar la mentira del sobre supuestamente abierto que dice Anka haber leído.
En tercer lugar la verdad que se decide que no va a ser revelada para aplacar lo que la mentira sobre el supuesto sobre leído ha desatado.
En cuarto lugar, y finalmente, qué verdad o que mentira quizá no revelada por la madre dejó pendiente en ese sobre.

Y al mismo tiempo la paradoja. La mentira de Anka revela la verdad del amor incestuoso entre padre e hija. El sobre de la madre, cuyo contenido es finalmente desconocido, revela la verdad del miedo del esposo y del miedo a los ambiguos sentimientos del padre hacia su hija y, finalmente, la renuncia a saber de padre e hija les devuelve a su equilibrio... El teatro (como también anuncia la escena de Romeo y Julieta) como fuente de revelación de verdades ocultas que finalmente permiten hablar a padre e hija de aquello que es necesario hablar entre ellos para fundamentalmente decidir, y esa decisión es finalmente seguir como padre e hija.

Obsérvese como con cada episodio de Decálogo que vamos comentando, Kieslowski se mueve a partir de las bases propuestas en el primer episodio en el que poniendo en suspenso la existencia del absoluto se nos devuelve a la situación de vulnerabilidad y complejidad de la condición humana. Ese mismo suspenso se aplica a la ley como absoluto para entrar no en su administración ciega sino el espíritu de la ley, aquella que es animada por una voluntad de justicia que nos invita a pasar de la norma moral a la reflexión ética, de la mirada culpabilizadora a la  mirada compasiva. Del castigo al aprendizaje de la libertad y del amor y de sus complejas relaciones, estos los grandes aprendizajes como camino de vida del ser humano.

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(*) VER LA PELICULA EN YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=ZqHymM_eG5w

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[1] Nasio, Juan David. El Edipo. Concepto crucial psicoanálisis. Paidós, págs 61 y 62
[2] Ídem anterior, pág.
[3] Ídem anterior, pág.
[4] Zizek, Slavoj. Lacrimae rerum. Ensayo sobre cine moderno y ciberespacio. Debate, págs. 21 y 22

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SERIE DECÁLOGO (pulsar en título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación. 
Decálogo 4. Honrarás a tus padres. El edipo honrado.