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domingo, 29 de junio de 2014

DECÁLOGO 5 (Krzysztof Kieslowski, 1990): No matarás.

ESTADO, PODER, LEY Y OBSCENIDAD.

La ley no debería imitar a la naturaleza. En todo caso mejorarla. La ley la ha inventado el hombre para regular las relaciones sociales. La ley determina qué somos y cómo vivimos. Podemos cumplirla o violarla. La gente es libre. Su libertad está restringida a la libertad de otros.Y el castigo. El castigo es venganza. Sobre todo si hace daño sin prevenir el crimen. Realmente, ¿a quién venga la ley? ¿Venga a los inocentes? ¿Y los que hacen la ley son inocentes?

Con esta introducción empieza Decálogo 5, uno de los episodios de la serie que sencillo en su planteamiento argumental es quizá uno de los más profundos en algunas de sus concepciones alrededor de la ley y la justicia. Decálogo 5 parte del mandamiento "no matarás". Y, como no podía ser de otra manera, Kieslowsky aprovecha la ocasión para entrar de lleno en el tema de la justicia y lo justo, y también de lo obsceno. Y además lo hace tomando el ejemplo extremo: la pena capital, la pena de muerte. Para poder entender mejor el desarrollo del comentario que aquí realizamos detallemos el argumento del episodio.

Piotr (Krysztof Globistz), es un joven abogado que defiende a Jazek Lazar (Miroslaw Balka), un joven de aun no veintiun años que comete el asesinato de un taxista (Jan Tesarz) y que finalmente arrestado es condenado a morir en la horca.


El joven letrado Piotr.
El episodio transcurre en tres fases:

Primero se oye la voz en off de Piotr pronunciando el alegato con el que hemos empezado el comentario a la vez que las imágenes nos lo presentan antes de entrar en la sala donde se va a dictar sentencia. Luego el episodio va alternando la presentación de los personajes protagonistas: Valdemar Revskovski, el taxista que será asesinado; Jazek Lazar, el asesino y a Piotr hablando (siempre enfocado en primer plano) con el que luego se verá que es el fiscal que ha dictado la sentencia... El taxista se nos presenta como un individuo más bien poco amable que, en más de una ocasión, disfruta dejando a sus clientes tirados o molestando a algunos transeuntes.

El taxista
Y finalmente Jazek, en quien observamos una cierta ambivalencia entre una actitud hosca, retraída, maliciosa y en ocasiones claramente violenta, a la vez que ya observamos algo que cambia con él en relación a unas niñas a las que hace reir, o cuando pide que amplíen una foto de una niña en su primera comunión que lleva consigo.

Jazek Lazar
La segunda parte (que implica la aparición del ángel del destino haciendole a Jazek un signo negativo con la cabeza, una última oportunidad de no seguir adelante con su plan) nos muestra las duras escenas correspondientes al asesinato del taxista.

Y la tercera parte, que empieza justo con el veredicto de sentencia de muerte, y que nos desarrolla la relación de Piotr con Jazek antes de su ejecución en la horca, así como la propia ejecución.

I. PARTE I. UNA REFLEXIÓN SOBRE LA NATURALEZA DE LA JUSTICIA.

Como ya hemos dicho, la primera parte transcurre preséntadonos a los personajes del taxista y de Jazek a la vez que, a través de un diálogo con el fiscal, asistimos entrecortadamente a las reflexiones de Piotr. En ellas nos vamos a centrar y para ello empezaremos por comentar detalladamente el alegato inicial dividiéndolo en las partes que lo constituyen:

- La ley no debería imitar a la naturaleza. En todo caso mejorarla.

¿En qué sentido es citada esta frase en este contexto? Hay un cierto pensamiento troglodítico que se apoya en justificar la desigualdad como algo inherente a la vida y, por lo tanto, por qué iba a ser distinto con el hombre (lo cual se traduce como siendo la sociedad desigual la sociedad esencialmente no es justa). ¿Para qué entonces hemos devenido seres conscientes? - parece una pregunta obvia - ¿Para seguir actuando como los seres no dotados de consciencia? En todo caso el problema de la naturaleza no es un problema de justicia, pero el hombre y las relaciones que establece con otros, y no sólo con sus congéneres, también con la tierra misma y lo que ella alberga, si es un tema de justicia. Visto así, ¿a qué mejora se refiere nuestro abogado en su alegato? Evidentemente no es lo mismo naturaleza que cultura. La cultura obviamente debe trascender la desigualdad que justifica la injusticia. Es la desigualdad moral, la desigualdad política o económica la implícita en las decisiones humanas (que no son decisiones "por naturaleza") las que aquí compete como manejar, y ese manejo es el objeto de la justicia.

- La ley la ha inventado el hombre para regular las relaciones sociales. La ley determina qué somos y cómo vivimos. Podemos cumplirla o violarla. La gente es libre. Su libertad está restringida a la libertad de otros.

Fue Aristóteles, en su ética a Nicómaco, quien dijo la célebre frase: "Cuando los hombres son amigos no necesitan de la justicia, mientras que, aun siendo justos, necesitan de la amistad". Extraemos de ello la rápida conclusión de que la justicia existe porque, claro está, en nuestra sociedad no somos amigos. Rige, por así decirlo, los límites de la relación social donde ésta relación entra en "conflicto". Y sobretodo cuando este conflicto afecta la libertad de los afectados y en el que una parte siente ésta libertad vulnerada por la otra. Ahora bien, el punto determinante que aquí nos interesa es la manera en que ésta justicia es ejercida. Y esta es la cuestión a la que apunta el tercer punto de estas palabras introductorias de la película.


El asesinato del taxista

- Y el castigo. El castigo es venganza. Sobre todo si hace daño sin prevenir el crimen. Realmente, ¿a quién venga la ley? ¿Venga a los inocentes? ¿Y los que hacen la ley son inocentes?

Fue el genio de Nietzsche (ese genio visionario que reveló la hipocresía fundamental sobre la que se edifica nuestra sociedad) quien desveló una de las bases fundamentales de la justicia en nuestra cultura y que la liga fundamentalmente al castigo: la generación de la deuda. Y así dice Nietzsche en la Genealogía de la moral:

F. Nietzsche por Edward Munch
Durante el más largo tiempo de la historia humana se impusieron penas no porque al malhechor se le hiciese responsable de su acción, es decir, no bajo el presupuesto de que sólo al culpable se le deban imponer penas: ––sino, más bien, a la manera como todavía ahora los padres castigan a sus hijos, por cólera de un perjuicio sufrido, la cual se desfoga sobre el causante, ––pero esa cólera es mantenida dentro de unos límites y modificada por la idea de que todo perjuicio tiene en alguna parte su equivalente y puede ser realmente compensado, aunque sea con un dolor del causante del perjuicio. ¿De dónde ha sacado su fuerza esta idea antiquísima, profundamente arraigada y tal vez ya imposible de extirpar, la idea de una equivalencia entre perjuicio y dolor? Yo ya lo he adivinado: de la relación contractual entre acreedor y deudor, que es tan antigua como la existencia de «sujetos de derechos» y que, por su parte, remite a las formas básicas de compra, venta, cambio, comercio y tráfico. [1]

- El estado como una maquinaria superyoica.

Efectivamente, cuando el joven abogado se pregunta a quién venga la ley, si verdaderamente venga al inocente, así como también se pregunta sobre la inocencia de aquellos que hacen la ley, está tocando una de las bases fundamentales del ejercicio de la justicia: ¿es la justicia justa? No parece que lo importante de la justicia es que sea justa sino que sea vengativa, inspiradora de amenaza a través del castigo, una justicia digámoslo ya superyoica, incapaz de discriminación y obsesionada por el castigo, ejemplificadora a través del castigo. Ramón Llull dijo que no hay justicia sin bondad, de la misma manera que no hay castigo que no se base en la venganza, o como dice Zizek respecto a Decálogo 5:

¿es la repetición del asesinato por parte del aparato estatal un asesinato también, y por lo tanto una violación de este mandamiento? [...] Lo que resulta verdaderamente insoportable en Decálogo 5 es el SEGUNDO asesinato (el cástigo). [2]

La ejecución de Jazec Lazar
Tiene razón Zizek cuando dice que la ejecución de Lazar deviene en lo insoportable. Y no porque el asesinato del taxista no sea un acto brutal y condenable, sino porque en la ejecución de Jazek el asesino es el Estado. Un asesinato resultado de una maquinaria impersonal y absurda que avanza fría y distante, implacable hacia su meta final. Toda la escena de la ejecución de Jazek es nauseabunda en sí misma.

Nietzsche decía también que la más fría mentira del Estado es decir que él es el pueblo (Así habló Zaratustra). Digamoslo ya: El Estado no es más que el superyó del pueblo y, en consecuencia, el más enconado enemigo de la democracia (Jacques Rancière). Las leyes del estado, con la excusa de que son para el pueblo, las decreta también para controlarlo y manipularlo (Giorgio Agamben) y, en la medida de lo posible, para minimizar la propia democracia en sí. En el espíritu del estado - y, por lo tanto, de la ley - reside siempre un dictador en potencia. En La vanguardia del domingo día 24/06 Miquel Roca escribe lo siguiente:

Un conocido representante de una aún más conocida escuela de negocios hace una intervención en un seminario para empresarios, ejecutivos e inversores. En el coloquio hace una dura crítica contra el mundo político; entre otras acusaciones - por cierto, bien poco originales -, señala que hay demasiados políticos, demasiado gasto institucional, etcétera. Todo muy tópico y típico. A la pregunta de un asistente que se preocupa por si no esta defendiendo o apelando a un dictador, el conferenciante, con toda la tranquilidad, afirma que si el dictador es competente ¿por qué no?

Sin embargo, la cuestión se hace sutilmente extensiva al mismo Miquel Roca cuando la perversión del sistema nos hace preguntarle si cualquiera, en caso de necesidad, puede recurrir a su despacho de abogados Roca Junyent... Que la abogacia se transforme en un negocio que determina abogados o equipos de abogados inaccesibles para cualquiera que necesite ser defendido y que sean, por así decirlo, abogados de aquellos que pueden pagarles, ya nos hace dudar de esa otra mentira que el Estado nos cuenta: que la justicia es igual para todos.

Son esas dudas las que asaltan a Piotr cuando asiste impotente al funcionamiento mecánico de la justicia:

Desde nuestra profesión se pueden enmendar los errores de esta gran maquinaria llamada el mecanismo de la justicia. O al menos intentarlo. Una de las cosas de mayor interés es poder conocer y llegar a entender a personas que no hubiera conocido nunca si mi profesión fuera otra.

Piotr introduce aquí el "factor humano" en forma de compasión. Cuando se conoce la persona, los hechos adquieren de repente un matiz que va más allá del hecho y nos enfrenta al ser y sus circunstancias. Momentos antes de la ejecución se da la siguiente coversación entre Piotr y Jacek:

Jazek: ... después del juicio, cuando me llevaban al camión, me llamó Jazek.
Piotr: Si, dije su nombre. Querría...
Jazek: Tengo casi veintiun años. Pero al llamarme así me eché a llorar.
Piotr: Durante el juicio dije...
Jazek: No lo sé, no estaba atento. Sólo lo estuve cuando Ud. dijo mi nombre. Estaban en contra de mí. Todos, igual que aquí.
Piotr: No es así. En contra de lo que hiciste.
Jazek: ¿Qué diferencia hay?

... Me llamó Jazek... al llamarme así me eché a llorar.

El nombre confiere reconocimiento, sobretodo porque fue acompañado de una expresión y un gesto respetuoso... compasivo. El ser se extiende más allá del hecho, y así se devuelve la dignidad más allá del hecho por el que Jazek será ejecutado. La maquinaria judicial que se asemeja a la maquinaria superyoica de nuestra psique actúa como ella con nuestro yo, no trata con seres humanos, su fuerza radica en su inhumanidad, en hacernos sentir no sólo culpables, sino que también nos implica el sufrimiento de hacernos indignos y humillados. Como en el superyó, ahí radica una parte de su obscenidad: la maquinaria judicial no está para sutilezas y por ello no es justa, y como a toda máquina le es más fácil impartir castigos sin ver personas que ser justa en su aplicación viéndolas con y también más allá de sus hechos:

... si la gobernabilidad era un avatar del poder, el estado-institución resulta una especie de exhibición gimnástica e impúdica del poder. Un poder de segundo grado : el poder por el poder, como el barroco cortesano. Un poder hueco, administrativo o burocrático. Tentado estaría de decir: un poder sin contenidos, pensando en un poder formal. Aunque inmediatamente entiendo que es exactamente al revés: se trata de contenidos puros del poder, o mejor de un poder formal por ser estrictamente contenidista y significativo. Pues en una cultura institucional es virtualmente imposible leer estrategias o técnicas - sólo monumentos: significados o contenidos, formas que pretenden perpetuarse congelándose... [3]


No quiero decir con esto que dentro de esta maquinaria no haya, como Piotr, personas justas, pero como bien se deriva de su conversación con el juez, de nada sirve eso contra ella. El poder judicial no es más que un engranaje del poder unitario, como lo son el ejecutivo y el legislativo, y recordemos, como vimos en la segunda parte del comentario dedicado a la película Hannah Arendt, que el poder implica dominación y que, por eso, el poder nunca simpatizará con la democracia ni con la justicia entendida como acción justa. El poder sólo entiende de coacción, amenaza y venganza. Más  bien tenderá a la abominación de tomar la ley por la ley y, en consecuencia, del castigo como ejemplo (a la manera de un introyecto psíquico), o como dice Piotr: La disuasión implica usar la sentencia, o mejor dicho, al condenado, para intimidar a otros. O en las palabras de Nietzsche:

«¿Cómo hacerle una memoria al animal-––hombre? ¿Cómo imprimir algo en este entendimiento del instante, entendimiento en parte obtuso, en parte aturdido, en esta viviente capacidad de olvido, de tal manera que permanezca presente?»... Puede imaginarse que este antiquísimo problema no fue resuelto precisamente con respuestas y medios delicados; tal vez no haya, en la entera prehistoria del hombre, nada más terrible y siniestro que su mnemotécnica. «Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a fuego; sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria» ––éste es un axioma de la psicología más antigua (por desgracia, también la más prolongada) que ha existido sobre la tierra. [4]

¿No es acaso este texto la viva representación de lo que ocurre con la vivencia de un introyecto cuando éste es faltado a su absurdo radicalismo? Funciona tal y como fue prescrito, exactamente como Nietzsche indica:  «Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a fuego; sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria»   [5]

Esta dimensión de la justicia relacionada con el imperativo superyoico nos permite relacionarla con esa maquinaria absurda que se describe en El proceso de Kafka (no en vano él era abogado de oficio), que ya comentamos en profundidad en este blog [ver nota 4] y que se relaciona con lo obsceno. A la triada Estado-Poder-Ley nos falta añadirle un cuarto elemento: la obscenidad.

II. JUSTICIA Y OBSCENIDAD.

Nada mejor que empezar con la etimología de obsceno para luego recordar que es un término de uso legal. Obsceno (del latín obscenum) tiene dos posibles etimologías, las dos bien significativas para nuestro comentario. Por un lado tenemos obsceno com ob (hacia) caenum (suciedad, basura); y tambien obsceno como ob (hacia) scenum (escena) y que viene a significar algo que está "fuera de escena" pero que se imagina, lo no dicho o representado pero imaginado e implícito en lo que se dice o representa. Si juntamos ambas posibilidades etimológicas podemos entender obsceno como la basura, la suciedad (lo repulsivo, lo detestable) que se imagina en el escenario pero que, aparentemente, no se representa en éste. Por otro lado, y en el mundo legal, obsceno se aplica a palabras, imágenes o acciones repulsivas o detestables que ofenden la moral sexual prevalente. Y en relación a eso, todos sabemos que se asocia en ocasiones el goce al superyó- entendido goce en el sentido psicoanalítico, es decir, como un exceso perverso en el placer -  y que se vincula normalmente a un placer que esa instancia obtiene causándole dolor al yo a través de su humillación e indignificación.

En un momento del episodio, Piotr recuerda las palabras que recibió cuando obtuvo su licenciatura: "Es un honor informarle que ha pasado el examen con éxito. Tras estudiar cuatro años puede usted considerarse uno más de nosotros". Hacia el final del episodio, momentos antes de que saquen de su celda a Jazek para su ejecución y ante la insistencia de si ya estan preparados, Piotr responde buscamente: "Dígales que nunca diré que estoy preparado". Piotr es el único en la prisión que parece azorado ante "el espectáculo" de la ejecución. Ni el juez, ni el alcaide, ni los guardas, ni los verdugos parecen afectados por el hecho de que se va acabar con la vida de un ser humano.


¡...nunca diré que estoy preparado!
En su interesante ensayo sobre lo obsceno dice Corinne Maier:

Lo obsceno es doble, se encuentra entre dos. En tanto bifacial, es lo más visible y también lo que aparece con intermitencia. "Lo obsceno tiene todas las cualidades del intérvalo substraido", resume el escritor Henry Miller [...] Lo obsceno es también el surgimiento puro, que nace de una falla, de la irrupción de algo que no es esperado. [6]

Yo iría un poco más lejos y añadiría que lo obsceno es también una mezcla de los dos, lo que surge disimulado en un continuum de aparente normalidad y que requiere una mirada sesgada (al estilo de la anamorfosis que tanto atrajo a Lacan), una segunda mirada desde una perspectiva determinada desde la que surge la evidencia de lo obsceno... Eso es lo que ocurre en muchas ocasiones con la ley: la ley provee de aparente normalidad - institucional - a lo esencialmente obsceno, al ejercicio obsceno (superyoico) del poder. En el programa de TV3 "amb filosofia", la filósofa Marina Garcés lo refleja con claridad cuando dice:

Cuando la justicia cae en la tentación de convertirse en la imposición de una medida única, de una definición cerrada, de una ley no interpretable se convierte en un sistema de poder terrorífico. El juez es entonces quien emite justicia, quien condena, quien dice lo que es bueno y lo que es malo, o el que somete la multiplicidad de lo que hay, lo que es, al horror en sí mismo de la proyección de lo que ha de ser.

La diferencia entre el primer asesinato y el segundo estriba en que ante el primero todos nos conmovemos  y violentamos ante la violencia con que Jazek acaba con la vida del taxista, mientras que en el segundo (en una taliónica una vida por una vida) asistimos a la ejecución de Jazek como si de un mero trámite administrativo se tratara. La mirada Piotr (a través de este ¡... nunca diré que estoy preparado!) es quien, con su reacción, envia "hacia" la escena "la basura, la suciedad" (lo repulsivo y detestable) que aparentemente no manifiesta, refugiada en la aplicación de la ley, y que si contiene esta forma de asesinato institucional. Toda la escena tiene manifestaciones obscenas que transcurren en un continuum de aparente normalidad. Veamos algunos momentos:

- Cuando Piotr y el fiscal se encuentran en la escalera de la prisión, éste, que es quien dara la orden de ejecución de Jazek, felicita al abogado (quien va a visitarle) diciéndole: "Quizá éste no sea el mejor momento, pero, ya que usyed y yo raramente nos vemos. He oído que ha sido padre hace poco. Enhorabuena." Es repulsiva en sí misma esta celebración de una llegada a la vida cuando minutos después se va a proceder a ejecutar otra.

He oído que ha sido padre hace poco. Enhorabuena.

- El diálogo que se da entre Piotr y Jazek pone de relieve la historia de Jazek al pedirle al abogado que le pida a su madre ser enterrada en la tumba donde yace el padre y... Marysia, su hermana. Es entonces cuando Jazek relata la historia de la muerte de su hermana favorita como él lo era para ella: "Hace cinco años la atropelló un tractor en el pueblo. Todavía iba a sexto curso. Tenía sólo 12 años. Acababa de empezar sexto. El conductor del tractor era un cólega mío. Habíamos estando bebiendo antes de que ocurriera. Bebiendo vino y vodka. Luego se fué y después con el tractor la atropelló [...] Estaba pensando que si ella siguiese viva, las cosas serían... Quizá no me hubiera ido de casa, quizá me hubiera quedado [...] Quizá hubiese sido diferente". Escuchando el relato se nos hace evidente que ejecuntando a Jazek como un acto puramente de venganza, se le quita la posibilidad de de la semilla que a través de su hermana observamos, se le quita la posibilidad de aprender a amar, la posibilidad del arrepentimiento sincero. Obviamente es obvia que la imposición de una pena, de un castigo es necesaria... ¿pero con qué fin? ¿Implica el concepto pena, castigo, necesariamente venganza? ¿Por qué no aprendizaje? Y este es el quid de la cuestión... De nada sirve cambiar una pena de muerte por una de cadena perpetúa si el castigo es simplemente venganza y no posibilidad de aprendizaje.

Marisya: Estaba pensando que si ella siguiese viva... quizá hubiera sido diferente.

- La infame escena de la presencia del sacerdote en las ejecuciones: El que ofrece el perdón de Dios para el "más allá" forma parte de la comitiva de la venganza en "el más acá". Habría que preguntar... ¿Qué opina Dios de este asesinato institucionalizado? La Iglesia ya se encarga de ser cínico-política, como siempre lo ha sido en este tema y matiza: La escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: "No quitarás la vida del inocente y justo (Éxodo, 23, 7)" [7]. Llega a justificarla en caos de "extrema gravedad" sin matizar exactamente de que hablamos con "extrema gravedad". En ningún momento menciona la posibilidad de aprender, de enseñar... Habla de la pena como compensación, como expiación y de "valor medicinal, en la medida de lo posible, para la enmienda del culpable. ¿Y qué hay que deducir de todas estas precisiones? ¿Y si es así, qué hace el sacerdote en el momento de la ejecución? ¿Impartir compasión divina donde no la hay de humana? Pero ya sabemos... La historia de la Iglesia está plagada de hechos obscenos más dirigidas a preservarse como institución que de ser consecuente con el mensaje de Jesucristo.

Impartir compasión divina donde no la hay de humana.

- Y finalmente la ejecución, infame en sí misma. La viva imagen que nos interroga finalmente: ¿Que justicia se ha realizado? ¿Qué acción justa se ha desplegado? Uno tan sólo contempla la venganza y sólo sufrimiento y más sufrimiento que todo ello acarrea: ¿Quién ha aprendido algo de toda esta obscenidad mecánico-institucionalizada? ¿Qué se ha enseñado salvo la venganza y la amenaza como mensaje?



III. REFLEXIONES FINALES.

No hace falta recurrir a la pena de muerte (aún vigentes en varios países y en numerosos estados de los Estados Unidos) para observar hoy en día, y me centraré sólo en España, la relación de la justicia con la obscenidad: aforamientos express, desahucios indiscriminados, abusos y robos económico-financieros justificados legalmente, verdadera defensa desigual ante la justicia (también la justicia es cuestión de dinero); castigos ya no proporcionados, sino escandalosamente desproporcionados por exceso o por defecto (Gallardón indulta a un guardia civil que jaleó un abuso sexual; reclaman a un pensionista 155.000 euros multado por pegar carteles en la calle), leyes que se aprueban y se retiran por intereses puramente políticos (La ley de seguridad ciudadana, la ley de justicia universal, la LOMCE), tribunales constitucionales politizados, la impunidad con que las grandes fortunas y las grandes multinacionales se manejan junto a los intereses políticos. Hay gobiernos, hay parlamentos que emiten leyes, hay tribunales, hay jueces, hay fiscales, hay abogados, instituciones penitenciarias... hay una maquinaria pero que exenta del espíritu de la justicia es un robot que administra las leyes y que, en ocasiones, la posee un mal espíritu de manipulación, corrupción y tergiversación. No es de extrañar que en la película Pactar con el diablo (Taylor Hackford, 1997), el diablo (interpretado por Al Pacino) estuviera representado como un brillante abogado al frente de un prestigioso despacho de Nueva York.


                                                 No hay justicia sin bondad (Ramón Llull).

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VER PELÍCULA EN YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=BTJTiv9KrMI
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[1] Nietzsche, Friedrich. Genealogía de la moral. Parte 2. Tratado. Culpa, mala conciencia y similares. Ebook
[2] Zizel, Slavoj. Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno e hiperespacio. Ed. Debate, pág. 19
[3] Nuñez, Sandino Andrés. Lo sublime y lo obsceno. Geopolítica de la subjetividad. Libros del Zorzal, pág. 132
[4] Ver nota 1, parte 2
[5] Ver nota 1, parte 2
[6] Miller, Corinne. Lo obsceno. Ediciones Nueva Visión, págs. 33 y 40
[7] Catecismo de la Iglesia Católica, pár. 2261

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SERIE DECÁLOGO (pulsar título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación. 
Decálogo 4. Honrarás a tus padres. El edipo honrado.
Decálogo 5. No matarás. Estado, poder, ley y obscenidad.
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PELÍCULAS DE INTERÉS:

EN EL NOMBRE DEL PADRE (1993)
Director: Jim Sheridan
Actores: Daniel Day-Lewis, Enma Thompson, Pete Postlehwaite.

Basada en la detención de un padre y de un hijo acusados por error de haber participado en un atentado del IRA, junto con otros inocentes, en los conocidos casos de los cuatro de Guilford y los siete de Maguire.

PRISIONEROS DEL HONOR (1991)

Director: Ken Rusell
Actores: Richard Dreyfuss, Oliver Reed, Peter Firth, Jeremy Kemp

Basada en el famoso caso Dreyffus que conmocionó la sociedad francesa en el que el capitán Alfred Dreyffus fue acusado erróneamente de espionaje y traición y que despertó una ola de defensores y detractores además de reacciones antisemitas.



SENDEROS DE GLORIA (1957)
Director: Stanley Kubrick
Actores: Kirk Douglas, George McReady, Adolphe Menjou...

En la Francia de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, un general ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esta misión al ambicioso General Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento se retira hacia sus trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, impone al regimiento un terrible castigo para que sirva de ejemplo.

SALVADOR PUIG ANTICH (2006)
Director: Manuel Huerga
Actores: Daniel Bruhl, Tristán Ulloa, Leonardo Sbaraglia, Leonord Watling...

El 2 de Marzo de 1974, el joven anarquista, militante del Movimiento Ibérico de Liberación, se convirtió en el último preso político ejecutado en España mediante el "garrote vil". La historia nos narra los intentos desesperados de su familia, compañeros y abogados para evitar su ejecución.



MATAR A UN RUISEÑOR (1962)
Director: Robert Mulligan
Actores: Gregory Peck, Mary Bardham, Brock Peters, Philip Alford...

Un abogado defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre es evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que  ningún abogado, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su defensa le costarña problemas y enemistades, pero le otorga el respeto de sus dos hijos huérfanos de madre.


EL CASO WINSLOW (1999)
Director: David Mammet
Actores:  Nigel Hawthorne, Rebecca Pidgeon, Jeremy Northam...

Inglaterra 1910. Tras ser acusado de robar a un compañero 5 chelines, Ronnie, el hijo menor de la familia Winslow, es expulsado de la prestigiosa Academia Naval de Ousburne. Ronnie niega los hechis, pero su padre, decidido a limpiar el nombre de su hijo, entabla un juicio que llegará a ser el centro de atención de todo el país.

EL DILEMA (1999)
Director: Anthony Mann
Actores: Russell Crowe, Al Pacino, Cristopher Plummer...

Jeffrey Wigand, científico y directivo de la famosa tabacalera norteamericana Brown & Williamson, descubre el secreto que la industria oculta celosamente: las sustancias que crean adicción en los fumadores. Lowell Bergman, un productor televisivo, arriesga su carrera al invitar a Wigand, que ve como su vida se desmorona tras revelar la verdad a la opinión pública; pero nadie sale indemne de esta batalla contra las tabacaleras.

DOCE HOMBRES SIN PIEDAD (1957)
Director: Sidney Lumet
Actores: Henry Fonda, Lee J. Cobb, E, G, Marshall, Jack Warden...

Un grupo de miembros de un jurado recibe el encargo de juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. De los doce miembros, once están convencidos de su culpa. Pero el duodecimo no tiene ninguna duda sobre su inocencia... ¿Cómo convencerá al resto?



HOMICIDIO EN PRIMER GRADO (1995)
Director: Marc Rocco
Actores: Christian Slater, Gary Oldman, Kevin Bacon...

Años 30. Alcatraz es la prisión más segura de los Estados Unidos, pero uno de los presos planea escapar de La Roca. Su intento fracasa, y el alcaide le impone un castigo ejemplar: permanecer en una celda de aislamiento durante años, a pesar de que la ley establece que el plazo máximo son 19 días.



CADENA PERPÉTUA (1994)
Director: Frank Darabont
Actores: Tim Robbins, Morgan Freeman, Bob Gunton, James Withmore...

Acusado del asesinato de su mujer, un hombre es condenado a cadena perpétua y enviado a la cárcel de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros de prisión...




LA TAPADERA (1993)
Director: Sidney Pollock
Actores: Tom Cruise, Gene Hackman, Jeanne Tripplehorn, Holly Hunter...

Un joven y brillante abogado recién salido de Harvard, se deja seducir por las promesas y regalos de un prestigioso bufete de abogados de Memphis. Sin embargo, muy pronto tendrá razones para empezar a sospechar que algo extraño está sucediendo.



BRUBAKER (1980)
Director: Stuart Rosenberg
Actores: Robert Reford, Yaphet Koto, Jane Alexander, Morgan Freeman...

Basado en la historia real de Tom Murton, el alcaide que antes de presentarse como tal se interno como preso de la prisión estatla asignada, descubriendo que la cárcel es un sistema de corrupción endémica, a parte de oscuros epidodios que Brubaker intentará aclarar poniendo en peligro su propia vida.




11 comentarios:

  1. Hola Jaume,
    Algo necesito decir después de leer esta entrada y visionar Decálogo 5. Por ejemplo entiendo que tanto el taxista como Jasek disfrutan infringiendo castigo al otro. Hay en ambos un dolor enquistado y gestionado por el superyo que impone castigo como venganza. Al taxista le contenia el amor, correspondido, que sentia por su mujer y a Sazek le hubiera podido ayudar el amor , tambien correspondido, que sentia por su hermana.
    Que el poder, el estado y la ley son mecanismos-maquinarias superyoicas queda claro. De lo que se deduce que la justicia que puede impartir la ley está basada en el castigo para la venganza..,este es su último objetivo, aquí está su satisfacción. Entiendo que la obscenidad está aquí; en el castigo como venganza, porqué no es mas que la consecuencia de un dolor podrido y no explícito.
    Por otro lado recojo que la Esperanza de cada uno y el conjunto de los Seres es el Amor ( la compasión, la buena voluntad, la bondad...) estructura tan arraigada en la psiquis humana como la deuda-pecado, la culpa, la indignidad, el castigo, la venganza y la aniquilación.
    Algo necesitaba comunicar,
    un fuerte abrazo Jaume,
    Pilar

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  2. Hola Pilar, tu comentario es un buen resumen de lo dicho. Sin embargo, yo te diría que la obscenidad no solo es el castigo como venganza, sino que ambas se refugian en la ley como supuesto acto de justicia. Y así la venganza como castigo, cuyo sentido también es la amenaza como ejemplo, queda amparada como justicia institucionalizada. Me alegro de saber de tí Pilar. Recibe tú también un fuerte abrazo!

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  3. Notable análisis. Felicidades.

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  4. Lo mismo pensé cuando vi la escena del cigarro antes de la ejecución: acaso el matar al asesino por parte de esos policías y jueces los hace inocentes ante Dios, bajo el pretexto de que están impartiendo justicia?. Que piensa Dios de eso?

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  5. Esta la fue la primera Dekalogo que me hizo pensar en serio, las anteriores quizá deba verlas otra vez porque no me transmitieron mucho.

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  6. He llegado, por efectos del confinamiento de estos días aciagos a tu formidable blog cuya puerta de entrada para mí, ha sido el decálogo de Kiéslovski. Se impone agradecerte por tu análisis y el sinfín de sugerencias implícitas en él, con vistas a ahondar en los derroteros que plantea cada obra. No pude dejar de leer el No Matarás con el efecto espejo de una película chilena de Miguel Littin, El Chacal de Nahueltoro (1969), basada en un caso real y que refiere a la crueldad de la venganza estatal, al fracaso del derecho y al sinsentido de la pena, que en caso de José del Carmen Valenzuela, adquiere ribetes más obscenos por las circunstancias en que se materializó la reacción Estatal.

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  7. Excelente el análisis. Puedo pedirte que me expliques esta frase:..."¿No es acaso este texto la viva representación de lo que ocurre con la vivencia de un introyecto cuando éste es faltado a su absurdo radicalismo?"...no entiendo la última parte. Desde ya gracias.

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    1. Un introyecto es una creencia generada en la infancia que se caracteriza por ser una especie de ley enunciada sin matiz ni flexibilidad. Faltar a ella genera sentimiento de culpa y miedo al castigo. Ejemplo de introyectos pueden ser "Hazme quedar bien", o "Ya descansarás cuando te mueras", o "tienes que esforzarta siempre", o "poder es querar", etcétera.

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  8. Están los análisis del 6,7,8,9 y 10?

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    1. Si. Si miras en la columna de la derecha verás una foto de la serie decálogo. Si pulsas la fotos allí tienes los enlaces a las entradas de cada serie.

      En todo caso te dejo el enlace aquí:
      http://www.cineypsicologia.com/p/serie-decalogo-k-kieslowski-1990.html

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  9. Hola Jaume,
    En este comentario te esmeraste de verdad. Pudiste transmitir muy bien todo el capítulo, articulaste excelente parte por parte, y analizaste de forma muy interesante las reflexiones que se pueden desprender de este episodio.
    Te felicito y te agradezco por el enorme laburo de citas que hiciste, tanto del guión del capítulo como de los autores con los que trabajaste.
    Saludos cordiales.

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