Cuadro1. Campo de trigo con cuervos. |
Cuervos, el quinto sueño de Dreams (A. Kurosawa, 1990), es quizá el más conocido de la serie. De diez minutos de duración, su título parte del último cuadro que pintó Van Gogh, "Campo de trigo con cuervos", y todo el sueño tiene como protagonistas a un joven artista, algunas de las obras más conocidas del pintor holandés correspondientes a sus dos últimos años de vida, y al propio pintor, que en el sueño es interpretado convincentemente por Martin Scorsese. Cuenta también con los efectos especiales realizados por la empresa Lights & Magic de George Lucas (posteriormente de Lucasfilms Ltd), y el acompañamiento musical del Preludio numero 15 de Chopin, también conocido como "Gota de agua".
I. INTRODUCCIÓN.
Es bien sabido que antes que director de cine, Kurosawa quería ser pintor y que uno de sus pintores más admirados era Vincent Van Gogh. En su autobiografía, Kurosawa reflexiona sobre la búsqueda de la propia expresión de un artista en relación a la pintura, reflexión que es extrapolable a cualquier arte, y así nos dice: "... había comenzado a dudar de mi talento como pintor. Después de mirar una monografía de Cézanne salía de casa, y las calles, las casas y los árboles, me parecían un cuadro de Cézanne. Lo mismo me ocurría cuando miraba un libro de pinturas de Van Gogh o de Utrillo; ellos tenían una manera diferente de ver el mundo. Me parecía que era un mundo completamente distinto al que veían mis ojos. En otras palabras, no tenía, ni tengo aún una manera propia y completamente personal de mirar las cosas" [1]. Y, posteriormente, añade, en relación a aquellos momentos de su juventud en que quería ser pintor: "No es fácil desarrollar una visión personal [...] Ahora me doy cuenta de que muy pocos pintores tenían una visión y un estilo personal. La mayoría de ellos simplemente se valían de un montón de técnicas forzadas por pura excentricidad" [2]. El sueño que aquí vamos a ver probablemente tenga mucho que ver con estos aspectos que Kurosawa destaca en relación a la visión personal del artista.
II. EL SUEÑO.
- Primera escena.
Esta escena se inicia con un primer plano de un autorretrato de Van Gogh, pintado en el manicomio de Saint Rémy en Agosto de 1889, prácticamente un año antes de su suicidio (29 de julio de 1890). Pronto vemos a un joven, que luego veremos que es un artista, que lo contempla en lo que parece ser un museo. El joven se desplaza por la galería y observa entonces otro de sus grandes cuadros: "Noche estrellada" (Saint-Rémy, Mayo de 1989). Sigue y llega entonces a los "Girasoles", pintada en 1888, para finalmente llegar al supuestamente último cuadro de Van Gogh: "Campo de trigo con cuervos" (Cuadro 1, 10 de julio de 1890). Luego vemos al joven sentarse junto a sus bártulos de pintura y unos lienzos a contemplar los cuadros. Luego se vuelve a levantar, y recogiendo esos bártulos contempla tres obras más del pintor holandés, todas correspondientes al tiempo en que vivió en Arlés en 1888: "La silla de Vicent con pipa", y que recuerda la partida de Gauguin, al que sigue el "Dormitorio de Vincent en Arlés". Finalmente nuestro joven contempla "El puente Langlois en Arlés". Tras colocarse bien el sombrero, y sin mediación alguna más, saltamos a la siguiente escena.
- Segunda escena.
De repente nos encontramos con el joven artista dentro del cuadro de "El puente de Arlés", que toma vida repentinamente, y en el que oímos a las lavanderas hablar mientras el carro cruza el puente (justo en ese momento empieza a sonar el preludio de Chopin). El joven se dirige hacia las lavanderas y les pregunta por el Sr. Van Gogh. Le indican que ha cruzado el puente, hacia la derecha. Mientras se dirige hacia el puente, una de las lavanderas le dice: "Señor, vaya con cuidado, acaba de salir del manicomio". Y todas las lavanderas se ríen.
- Tercera escena.
Una vez cruzado el puente asistimos a toda una serie de imágenes en las que vemos al joven andando entre paisajes de grandes campos de trigo, hasta que en un momento dado, ve a Van Gogh en el medio de uno de ellos en el que vemos pajares o almiares de trigo amontonadas que nos recuerdan cuadros como "Trigal con gavillas y segadores" o "Almiares en la Provenza". Contento se dirige hacia él. El pintor le mira y le dice: "¿Por qué no pinta? Este paisaje es increíble... Un paisaje que parezca una pintura no puede pintarse. Si observa verá que toda la naturaleza tiene su encanto. Cuando veo tanta belleza me siento inmersa en ella. Y luego, igual que en un sueño, el paisaje se pinta por si sólo. Si, absorbo ese escenario natural, lo devoro total y completamente, y cuando he terminado el cuadro aparece ante mi acabado, pero me es difícil retener todo eso". El joven le pregunta entonces qué hace, a lo que Van Gogh le responde: "Trabajo, me esclavizo, me conduzco como una locomotora". El fondo musical de la música de Chopin van alternando entonces la imagen del pintor con unas imágenes de las ruedas y la chimenea de una locomotora. Finalmente Van Gogh se va diciéndole al joven: "He de darme prisa. El tiempo se escapa. Me queda poco tiempo para pintar [...] El sol me impulsa a pintar, no puedo perder el tiempo con usted". Antes el joven se preocupa por él al verle con una venda que le rodea el rostro, a lo que Van Gogh le responde: "Ayer intentaba acabar mi autorretrato. No conseguía pintar mi oreja derecha, así que me la corté y la tiré". El joven, desconcertado, mira el sol y luego vuelve a buscar al pintor mientras suena de fondo la bocina de una locomotora. Empieza a correr campo a través.
- Cuarta escena.
El joven empieza a andar por un camino de tonos grisáceos y entonces le vemos ante un gran sol para luego hallarse inmerso en algunos conocidos dibujos de Van Gogh como "Calleja en Saintes-Maries" (1888), o en conocidos cuadros como "Casas de campo con techo de paja" (1890) - cuadro 2 -, "Cipreses y dos figuras" (1889), "Jardín en flor con senda" (1888), "Camineros en el boulevard de Victor Hugo" (1889), Paisaje con carro y tren al fondo (1990), "Campo de trigo con cipreses" (1889) y otros donde se refleja el vigoroso trazo del pincel de Van Gogh.
Finalmente el joven ve al pintor andar por un camino en medio de un gran trigal. Cuando el joven lo emboca se ve al pintor a lo lejos y, de repente, una multitud de cuervos levanta entonces el vuelo y el sonido de sus graznidos llenándolo todo. Finalmente vemos el cuadro de "Campos de trigo con cuervos" de Van Gogh y al joven contemplándolo en la galería del museo.
III. DESARROLLO DEL SUEÑO.
- Reflexiones previas.
No pasa desapercibido que el último sueño sucede en los dos últimos años de la vida de Van Gogh, que van desde Arlés (El puente de Langlois) hasta la localidad en la que se suicidó (Auvers-sur-Oise), pasando por el asilo psiquiátrico Saint Paul de Mausole en Saint-Rémy. No en vano los cuadros que aparecen en todo el sueño corresponden a esta época, años de una gran explosión creativa y de una gran producción de obra artística de una calidad y maestría quizá única en su género. Por eso el Van Gogh del sueño de Kurosawa dice que "Trabajo, me esclavizo, me conduzco como una locomotora", como si fuera arrebatado por esa pasión creativa que le invadió. Como en otros casos de la historia del arte la relación entre creación y destrucción no pasa desapercibida en su caso.
Por otro lado es también de destacar la influencia que tuvo en Van Gogh el arte japonés (lo que se llamó japonaiserie), cuya presencia desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX fue notorio en Europa y su mundo artístico, y del que nuestro artista dijo: "Si se estudia el arte japonés, entonces se ve a un hombre indiscutiblemente sabio y filósofo e inteligente, que pasa su tiempo ¿en qué? ¿En estudiar la distancia de la tierra a la luna? No. ¿En estudiar la política de Bismark? No. Estudia una sola brizna de hierba. Pero esa brizna de hierba lo lleva a dibujar todas las plantas, luego las estaciones, los grandes aspectos de los paisajes, por fin los animales, luego la figura humana. Así se pasa la vida, y la vida es demasiado corta para hacer todo" [3]. ¿Quiso el arrebato creativo de Van Gogh en esos dos años, o de sus últimos dos meses, donde prácticamente realizaba un lienzo por día, dar cuenta de ese "todo" a la luz de su mirada?
- Desarrollo de la primera escena.
Ser un artista significa no evitar tu propia mirada. (A. Kurosawa)
Empieza esta escena con Kurosowa sometiéndonos a la mirada de uno de los cuatro autorretratos de Van Gogh (Cuadro 4) realizados en su internamiento en Saint-Rémy. Desde el mundo onírico parece importante preguntarse ¿Qué es exponerse a la mirada de Van Gogh, sobretodo de este último Van Gogh de los dos últimos años a la que corresponde toda la obra que se nos muestra en el sueño? Si podéis disponer de una fotografía de esta obra de mayor tamaño os animo a hacer una prueba: mirarle a los ojos y ver que sensación tenéis. Veréis que su mirada parece ir más allá de vosotros (gracias al recurso técnico de que los ejes de los ojos no discurren paralelos el uno con el otro). Dice uno de sus biógrafos:"... esta divergencia apenas perceptible deja en suspenso la dirección que sigue la mirada. Más que fijarse en un motivo, parece como si se hubiera sumergido en mundos imaginarios que no precisan ninguna óptica. Estos ojos, tímidos y visionarios a un tiempo, reflejan el alma de un hombre que lleva la etiqueta de "demente" [4]. Así el inicio del sueño ya nos pone en perspectiva respecto a la temática del sueño: la mirada, esa mirada que Kurosawa definía como "una manera diferente de ver el mundo". Tras ver el autoretrato aparece el joven artista que nos irá mostrando el resto de cuadros que nos ubican en esos dos últimos años de la vida de Van Gogh y que, sin lugar a dudas, coinciden con esa explosión creativa y esa profundidad de mirada que caracteriza la obra del pintor holandés en este período de tiempo.
- Desarrollo de la segunda escena.
En esta escena, en la que el joven artista se ve inmerso dentro del cuadro de Van Gogh "El puente de Arlés", destaco tres elementos de reflexión desde un punto de vista onírico: El puente propiamente dicho, las lavanderas en tanto la indicación de que Van Gogh acaba de salir del manicomio y, por tanto, de su asociación con la locura o la figura del loco. Y, finalmente, la presencia musical del preludio 15 de Chopin "La gota de agua".
- El puente de Arlés. Desde un punto de vista simbólico "el puente" implica el universal tema del pasaje de un lugar a otro que conlleva el pasar de un lado de la ribera al otro. Sin embargo, hay otro aspecto ligado con la simbólica del pasaje que es el aspecto peligroso del entendido como viaje iniciatico.
- El loco: La referencia al manicomio y a la locura de Van Gogh, de la que se ríen las lavanderas, apuntan precisamente a ese punto peligroso de todo pasaje. En ese sentido me parece interesante citar el siguiente texto: "La sabiduría iniciática parece locura para el buen sentido vulgar. Una leyenda peúl dice que hay tres clases de locos: el que tenía todo y pierde todo bruscamente; el que no tenia nada y gana todo sin transición; el loco, enfermo mental. Se podría añadir un cuarto: el que sacrifica todo, para adquirir la sabiduría, el iniciado ejemplar". El loco simboliza en este sentido el que desafía todas las normas del éxito y la opinión" [5]. La fidelidad a uno mismo, la fidelidad a la propia visión se paga en muchas ocasiones con la incomprensión. Y la incomprensión puede llevar en muchas ocasiones a la propia destrucción
- El preludio 15 de Chopin: Este preludio de Chopin se caracteriza por un inicio delicado y frágil que luego se torna en una melodía lúgubre y sombría, y en la cual las tímidas gotas de agua que inicialmente parecen ir cayendo suavemente (una nota en 'la' benévola) acaban convirtiéndose casi en sonoros martillazos (uno nota en 'sol' malévola), recordándonos, en cierta manera, la aparición de los cuervos negros, trufados, del lienzo "Campo de trigo con cuervos". En torno a esta composición dice George Sand, pareja de Chopin en aquellos días en Mallorca:
Su genio se nutría de misteriosas armonías de la Naturaleza, volcados en los sublimes sonidos de su inspiración musical [...] Su composición de esa noche (refiriéndose al preludio 15) estaba humedecida por las gotas de lluvia que resonaban sobre las tejas sonoras de la cartuja, pero en su imaginación se habían convertido en lágrimas que caían del cielo a su corazón. [6]
Lágrimas que caían del cielo a su corazón como los cuervos de Van Gogh caen del cielo sobre los campos de trigo.
- Referencias a Kurosawa.
Indicaré ya que en el desarrollo de la obra de Kurosawa, el "puente de Arlés" que el director japonés cruzó tienen un nombre muy claro: Rashomon (1950), y que como el mismo director dice:
Yo hago películas; las películas son mi médium real. Creo que para saber lo que me ocurrió después de Rashomon, el procedimiento más razonable sería buscarme en los personajes de las películas que hice después. El ser humano es incapaz de hablar de sí mismo con total honestidad, pero es mucho más difícil eludir la verdad fingiendo ser otro. A menudo con esta postura se revela mucho sobre uno mismo de una manera muy directa. Yo estoy seguro de que así lo hecho. No hay nada que diga más sobre un creador que el propio trabajo que realiza. [7]
¿Qué ocurrió con la película Rashomon y la posterior obra de Kurosawa? En las dos escenas que siguen profundizaremos en ello.
- Desarrollo de la tercera escena.
Esta escena constituye el núcleo del sueño, el encuentro del joven artista con el pintor. Éste se presenta ante el soñante con las características de un arquetipo, y como tal actúa. Van Gogh representa muy bien en su figura la condensación del loco y el genio, y las palabras que dirige al joven artista definen muy bien la mirada del pintor: "Cuando veo tanta belleza me siento inmerso en ella. Y luego, igual que en un sueño, el paisaje se pinta por si sólo. Si, absorbo ese escenario natural, lo devoro total y completamente...". Jung dio un nombre (tomado del antropólogo Lévy-Bhrul) a esa mirada de un artista producto de su inmersión con aquello que quiere representar (un dejarse mirar y absorber por aquello que mira): participation mistique (participación mística), que implica una peculiar conexión con los objetos caracterizada porque el sujeto no puede distinguirse del objeto, sintiéndose ligado a él por una relación que experimenta como directa.
Lo que nos importa de esta escena es la pasión y la determinación que esta experiencia implica en Van Gogh. Una implacable voluntad de entregarse a esta experiencia en el sentido que anteriormente comentaba en relación a la visión que nuestro pintor tenía del artista japones, y como si él estuviera obsesionado en el empeño de dar cuenta del todo a través de su mirada, desde esa participación mística. Y es justamente ese exceso de intensidad (representado en el sueño por esa locomotora a vapor a toda velocidad), ese exceso de determinación, el peligro de ese impulso creativo: la propia destrucción. Es el exceso que nos muestra el sueño en ese cortarse la oreja (en realidad debido a una riña con Gauguin): No conseguía pintar mi oreja derecha, así que me la corté y la tiré.
Referencias a Kurosawa.
Evidentemente esta escena refleja la actitud que Kurosawa tomó como todo creador en relación a su obra, y así nos dice el director: "Los directores de cine, o mejor dicho, la gente que crea cosas, son insaciables y muy avariciosos. Es por ello que siguen trabajando. En mi caso si llevo tanto tiempo trabajando es porque pienso: 'la próxima vez haré algo muy bueno'" [8]. La identificación del creador con su obra la encontramos también en Kurosawa en afirmaciones como "yo menos películas igual a cero" [9], o también cuando dice "No hay nada que diga de más sobre un creador que el propio trabajo que realiza" [10].
Pero a todo gran creador le asalta la autodestrucción. Después de la proyección de Rashomon en 1950, Kurosawa siguió con toda una serie de grandes películas hasta llegar a Barbarroja (1965). A partir de este momento, con su traslado a Hollywood, y encadenar toda una serie de problemas y fracasos comerciales, se inicia su calvario particular que acaba con una gran depresión en 1970 y un intento de suicidio al año siguiente al intentar cortarse las venas de las muñecas y el cuello. No fue hasta 1973 que fue recuperado para el cine por el productor ruso Serguei Guerasimov para rodar la novela de Vladimir Arseniev "Dersu Uzala", que constituiría el retorno del maestro, y por la que recibió el oscar a la mejor película extranjera en 1975. Más tarde contaría también con el apoyo de Francis F. Coppola, Georges Lucas, y más tarde Steven Spielberg.
- Desarrollo de la cuarta escena.
La cuarta escena se caracteriza por la nueva búsqueda de Van Gogh por parte del joven artista. Una vez más atraviesa cuadros de la última época para llegar finalmente a unos campos de trigo atravesados por un camino, al final del cual vemos andando a Van Gogh. Mientras el joven contempla al maestro perdiéndose por el horizonte, toda la imagen se va llenando poco a poco de cuervos negros... "Campos de trigo con cuervos". Ese momento me recuerda el inicio de la película "Pájaros", de Hitchcock, con sólo el ruido gorgojeante de los pájaros como único sonido, que ya se presienten como algo acechante, amenazante.
Los cuervos son el elemento simbólico esencial de esta escena. Dentro de la multiplicidad de sus significados, y en el contexto de esta obra de Van Gogh, parece obvia su vinculación con la muerte y la destrucción, así como con lo demoníaco y lo oscuro. Quizá quién captó más su esencia en este cuadro fue otro creador al que la destrucción asoló: el poeta francés Antonin Artaud. En su obra "Van Gogh, el suicidado por la sociedad" nos dice:
... ningún otro pintor, fuera de Van Gogh, hubiera sido capaz de descubrir, para pintar sus cuervos, ese negro de trufa, ese negro de "comilona fastuosa" y a la vez como excremencial, de las alas de los cuervos sorprendidos por los resplandores declinantes del crepúsculo.
¿Y de qué se queja la tierra allí, , bajo las alas de los faustos cuervos, faustos, sólo, sin duda, para Van Gogh y, además, fastuoso augurio de un mal que ya no ha de concernirle? [11]
- Referencias a Kurosawa.
Kurosawa nunca acabó de ser comprendido en Japón (siempre se la acusó de su influencia occidental), lo cual le causó frustración y tristeza. En su autobiografía dice acerca del oscar a la mejor película extranjera que le concedieron por Rashomon, a parte de ser la película ganadora del Festival de Cine de Venecia:
Los críticos japoneses insistieron en que estos dos premios eran simplemente reflejos de la curiosidad y la atracción de Occidente por el exotismo oriental, lo cual tanto ahora como entonces me sorprendió terriblemente. ¿Por qué los japoneses no tienen confianza en su propio mérito? ¿Por qué ensalzan todo lo extranjero y denigran todo lo japonés? Incluso la xilografías polícromas de Utamaro, Hokusai y Sharaku no fueron apreciadas por los japoneses hasta que fueron descubiertos por primera vez por Occidente. No sé como explicar esta falta de visión. Tan sólo puedo desesperarme por el carácter de los míos. [12]
Cita otro ejemplo de los que podríamos llamar "cuervos" que volaban alrededor del director japonés. Cuenta, acerca de la proyección por primera vez en televisión de Rashomon, de la actitud del presidente de Daei, la productora, en una entrevista:
Ese hombre, después de haber mostrado tanto disgusto por el proyecto al principio de la producción, después de quejarse una vez acabada la película de que era "incomprensible", y después de degradadar al ejecutivo de la compañía y al productor por habernos dado facilidades, ¡estaba ahora hablando orgullosamente una explicación completa y exclusivista de su éxito! [13]
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[1] Kurosawa, Akira. Autobiografía. Editorial Fundamentos, pág. 142
[2] Ídem anterior, pág. 142
[3] Metzger, Rainer & Walter, Ingo F. Van Gogh. La obra completa, Pintura. Taschen, pág. 684
[4] Van Gogh, Vincent. Cartas a Theo. Adriana Hidalgo editores. Carta 542 F, pág. 310
[5] Chevalier, Jean & Gheerbrandt, Alain. Diccionario de los símbolos. Editorial Herder. Ver acepción de "puente".
[6] https://www.revistaesfinge.com/arte/musica/item/533-32preludio-de-la-gota-de-agua
[7] Ver nota 1, pág. 288
[8] https://www.filmin.es/blog/25-lecciones-de-cine-del-maestro-akira-kurosawa
[9] Ver nota 1, pág, 18
[10] https://www.filmin.es/blog/25-lecciones-de-cine-del-maestro-akira-kurosawa
[11] Artaud, Antonin. Van Gogh, el suicidado por la sociedad. Editorial Argonauta, pág. 84
[12] Ver nota 1, págs. 286-287
[13] Ver nota 1, pág. 287
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ANÁLISIS DE LOS OTROS SUEÑOS DE KUROSAWA.
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II. EL SUEÑO.
- Primera escena.
Esta escena se inicia con un primer plano de un autorretrato de Van Gogh, pintado en el manicomio de Saint Rémy en Agosto de 1889, prácticamente un año antes de su suicidio (29 de julio de 1890). Pronto vemos a un joven, que luego veremos que es un artista, que lo contempla en lo que parece ser un museo. El joven se desplaza por la galería y observa entonces otro de sus grandes cuadros: "Noche estrellada" (Saint-Rémy, Mayo de 1989). Sigue y llega entonces a los "Girasoles", pintada en 1888, para finalmente llegar al supuestamente último cuadro de Van Gogh: "Campo de trigo con cuervos" (Cuadro 1, 10 de julio de 1890). Luego vemos al joven sentarse junto a sus bártulos de pintura y unos lienzos a contemplar los cuadros. Luego se vuelve a levantar, y recogiendo esos bártulos contempla tres obras más del pintor holandés, todas correspondientes al tiempo en que vivió en Arlés en 1888: "La silla de Vicent con pipa", y que recuerda la partida de Gauguin, al que sigue el "Dormitorio de Vincent en Arlés". Finalmente nuestro joven contempla "El puente Langlois en Arlés". Tras colocarse bien el sombrero, y sin mediación alguna más, saltamos a la siguiente escena.
El puente Langlois en Arlés. |
De repente nos encontramos con el joven artista dentro del cuadro de "El puente de Arlés", que toma vida repentinamente, y en el que oímos a las lavanderas hablar mientras el carro cruza el puente (justo en ese momento empieza a sonar el preludio de Chopin). El joven se dirige hacia las lavanderas y les pregunta por el Sr. Van Gogh. Le indican que ha cruzado el puente, hacia la derecha. Mientras se dirige hacia el puente, una de las lavanderas le dice: "Señor, vaya con cuidado, acaba de salir del manicomio". Y todas las lavanderas se ríen.
- Tercera escena.
Una vez cruzado el puente asistimos a toda una serie de imágenes en las que vemos al joven andando entre paisajes de grandes campos de trigo, hasta que en un momento dado, ve a Van Gogh en el medio de uno de ellos en el que vemos pajares o almiares de trigo amontonadas que nos recuerdan cuadros como "Trigal con gavillas y segadores" o "Almiares en la Provenza". Contento se dirige hacia él. El pintor le mira y le dice: "¿Por qué no pinta? Este paisaje es increíble... Un paisaje que parezca una pintura no puede pintarse. Si observa verá que toda la naturaleza tiene su encanto. Cuando veo tanta belleza me siento inmersa en ella. Y luego, igual que en un sueño, el paisaje se pinta por si sólo. Si, absorbo ese escenario natural, lo devoro total y completamente, y cuando he terminado el cuadro aparece ante mi acabado, pero me es difícil retener todo eso". El joven le pregunta entonces qué hace, a lo que Van Gogh le responde: "Trabajo, me esclavizo, me conduzco como una locomotora". El fondo musical de la música de Chopin van alternando entonces la imagen del pintor con unas imágenes de las ruedas y la chimenea de una locomotora. Finalmente Van Gogh se va diciéndole al joven: "He de darme prisa. El tiempo se escapa. Me queda poco tiempo para pintar [...] El sol me impulsa a pintar, no puedo perder el tiempo con usted". Antes el joven se preocupa por él al verle con una venda que le rodea el rostro, a lo que Van Gogh le responde: "Ayer intentaba acabar mi autorretrato. No conseguía pintar mi oreja derecha, así que me la corté y la tiré". El joven, desconcertado, mira el sol y luego vuelve a buscar al pintor mientras suena de fondo la bocina de una locomotora. Empieza a correr campo a través.
- Cuarta escena.
El joven empieza a andar por un camino de tonos grisáceos y entonces le vemos ante un gran sol para luego hallarse inmerso en algunos conocidos dibujos de Van Gogh como "Calleja en Saintes-Maries" (1888), o en conocidos cuadros como "Casas de campo con techo de paja" (1890) - cuadro 2 -, "Cipreses y dos figuras" (1889), "Jardín en flor con senda" (1888), "Camineros en el boulevard de Victor Hugo" (1889), Paisaje con carro y tren al fondo (1990), "Campo de trigo con cipreses" (1889) y otros donde se refleja el vigoroso trazo del pincel de Van Gogh.
Cuadro 2. Casas de campo con techos de paja. |
III. DESARROLLO DEL SUEÑO.
- Reflexiones previas.
Cuadro 3. Melocotonero en flor. (Van Gogh) típico de la influencia de la pintura japonesa. |
Por otro lado es también de destacar la influencia que tuvo en Van Gogh el arte japonés (lo que se llamó japonaiserie), cuya presencia desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX fue notorio en Europa y su mundo artístico, y del que nuestro artista dijo: "Si se estudia el arte japonés, entonces se ve a un hombre indiscutiblemente sabio y filósofo e inteligente, que pasa su tiempo ¿en qué? ¿En estudiar la distancia de la tierra a la luna? No. ¿En estudiar la política de Bismark? No. Estudia una sola brizna de hierba. Pero esa brizna de hierba lo lleva a dibujar todas las plantas, luego las estaciones, los grandes aspectos de los paisajes, por fin los animales, luego la figura humana. Así se pasa la vida, y la vida es demasiado corta para hacer todo" [3]. ¿Quiso el arrebato creativo de Van Gogh en esos dos años, o de sus últimos dos meses, donde prácticamente realizaba un lienzo por día, dar cuenta de ese "todo" a la luz de su mirada?
- Desarrollo de la primera escena.
Cuadro 4. Autoretrato en Saint-Rémy |
- Desarrollo de la segunda escena.
En esta escena, en la que el joven artista se ve inmerso dentro del cuadro de Van Gogh "El puente de Arlés", destaco tres elementos de reflexión desde un punto de vista onírico: El puente propiamente dicho, las lavanderas en tanto la indicación de que Van Gogh acaba de salir del manicomio y, por tanto, de su asociación con la locura o la figura del loco. Y, finalmente, la presencia musical del preludio 15 de Chopin "La gota de agua".
- El puente de Arlés. Desde un punto de vista simbólico "el puente" implica el universal tema del pasaje de un lugar a otro que conlleva el pasar de un lado de la ribera al otro. Sin embargo, hay otro aspecto ligado con la simbólica del pasaje que es el aspecto peligroso del entendido como viaje iniciatico.
- El loco: La referencia al manicomio y a la locura de Van Gogh, de la que se ríen las lavanderas, apuntan precisamente a ese punto peligroso de todo pasaje. En ese sentido me parece interesante citar el siguiente texto: "La sabiduría iniciática parece locura para el buen sentido vulgar. Una leyenda peúl dice que hay tres clases de locos: el que tenía todo y pierde todo bruscamente; el que no tenia nada y gana todo sin transición; el loco, enfermo mental. Se podría añadir un cuarto: el que sacrifica todo, para adquirir la sabiduría, el iniciado ejemplar". El loco simboliza en este sentido el que desafía todas las normas del éxito y la opinión" [5]. La fidelidad a uno mismo, la fidelidad a la propia visión se paga en muchas ocasiones con la incomprensión. Y la incomprensión puede llevar en muchas ocasiones a la propia destrucción
Señor, vaya con cuidado, acaba de salir del manicomio. |
- El preludio 15 de Chopin: Este preludio de Chopin se caracteriza por un inicio delicado y frágil que luego se torna en una melodía lúgubre y sombría, y en la cual las tímidas gotas de agua que inicialmente parecen ir cayendo suavemente (una nota en 'la' benévola) acaban convirtiéndose casi en sonoros martillazos (uno nota en 'sol' malévola), recordándonos, en cierta manera, la aparición de los cuervos negros, trufados, del lienzo "Campo de trigo con cuervos". En torno a esta composición dice George Sand, pareja de Chopin en aquellos días en Mallorca:
Su genio se nutría de misteriosas armonías de la Naturaleza, volcados en los sublimes sonidos de su inspiración musical [...] Su composición de esa noche (refiriéndose al preludio 15) estaba humedecida por las gotas de lluvia que resonaban sobre las tejas sonoras de la cartuja, pero en su imaginación se habían convertido en lágrimas que caían del cielo a su corazón. [6]
Lágrimas que caían del cielo a su corazón como los cuervos de Van Gogh caen del cielo sobre los campos de trigo.
- Referencias a Kurosawa.
Indicaré ya que en el desarrollo de la obra de Kurosawa, el "puente de Arlés" que el director japonés cruzó tienen un nombre muy claro: Rashomon (1950), y que como el mismo director dice:
Yo hago películas; las películas son mi médium real. Creo que para saber lo que me ocurrió después de Rashomon, el procedimiento más razonable sería buscarme en los personajes de las películas que hice después. El ser humano es incapaz de hablar de sí mismo con total honestidad, pero es mucho más difícil eludir la verdad fingiendo ser otro. A menudo con esta postura se revela mucho sobre uno mismo de una manera muy directa. Yo estoy seguro de que así lo hecho. No hay nada que diga más sobre un creador que el propio trabajo que realiza. [7]
¿Qué ocurrió con la película Rashomon y la posterior obra de Kurosawa? En las dos escenas que siguen profundizaremos en ello.
- Desarrollo de la tercera escena.
Martin Scorsese como Van Gogh. |
Cuadro 5. Almiares en la Provenza (Van Gogh) |
Referencias a Kurosawa.
Evidentemente esta escena refleja la actitud que Kurosawa tomó como todo creador en relación a su obra, y así nos dice el director: "Los directores de cine, o mejor dicho, la gente que crea cosas, son insaciables y muy avariciosos. Es por ello que siguen trabajando. En mi caso si llevo tanto tiempo trabajando es porque pienso: 'la próxima vez haré algo muy bueno'" [8]. La identificación del creador con su obra la encontramos también en Kurosawa en afirmaciones como "yo menos películas igual a cero" [9], o también cuando dice "No hay nada que diga de más sobre un creador que el propio trabajo que realiza" [10].
Pero a todo gran creador le asalta la autodestrucción. Después de la proyección de Rashomon en 1950, Kurosawa siguió con toda una serie de grandes películas hasta llegar a Barbarroja (1965). A partir de este momento, con su traslado a Hollywood, y encadenar toda una serie de problemas y fracasos comerciales, se inicia su calvario particular que acaba con una gran depresión en 1970 y un intento de suicidio al año siguiente al intentar cortarse las venas de las muñecas y el cuello. No fue hasta 1973 que fue recuperado para el cine por el productor ruso Serguei Guerasimov para rodar la novela de Vladimir Arseniev "Dersu Uzala", que constituiría el retorno del maestro, y por la que recibió el oscar a la mejor película extranjera en 1975. Más tarde contaría también con el apoyo de Francis F. Coppola, Georges Lucas, y más tarde Steven Spielberg.
- Desarrollo de la cuarta escena.
La cuarta escena se caracteriza por la nueva búsqueda de Van Gogh por parte del joven artista. Una vez más atraviesa cuadros de la última época para llegar finalmente a unos campos de trigo atravesados por un camino, al final del cual vemos andando a Van Gogh. Mientras el joven contempla al maestro perdiéndose por el horizonte, toda la imagen se va llenando poco a poco de cuervos negros... "Campos de trigo con cuervos". Ese momento me recuerda el inicio de la película "Pájaros", de Hitchcock, con sólo el ruido gorgojeante de los pájaros como único sonido, que ya se presienten como algo acechante, amenazante.
Los cuervos son el elemento simbólico esencial de esta escena. Dentro de la multiplicidad de sus significados, y en el contexto de esta obra de Van Gogh, parece obvia su vinculación con la muerte y la destrucción, así como con lo demoníaco y lo oscuro. Quizá quién captó más su esencia en este cuadro fue otro creador al que la destrucción asoló: el poeta francés Antonin Artaud. En su obra "Van Gogh, el suicidado por la sociedad" nos dice:
... ningún otro pintor, fuera de Van Gogh, hubiera sido capaz de descubrir, para pintar sus cuervos, ese negro de trufa, ese negro de "comilona fastuosa" y a la vez como excremencial, de las alas de los cuervos sorprendidos por los resplandores declinantes del crepúsculo.
¿Y de qué se queja la tierra allí, , bajo las alas de los faustos cuervos, faustos, sólo, sin duda, para Van Gogh y, además, fastuoso augurio de un mal que ya no ha de concernirle? [11]
- Referencias a Kurosawa.
Oscar por la trayectoria concedido a Akira Kurosawa, entre George Lucas y S. Spielberg |
Los críticos japoneses insistieron en que estos dos premios eran simplemente reflejos de la curiosidad y la atracción de Occidente por el exotismo oriental, lo cual tanto ahora como entonces me sorprendió terriblemente. ¿Por qué los japoneses no tienen confianza en su propio mérito? ¿Por qué ensalzan todo lo extranjero y denigran todo lo japonés? Incluso la xilografías polícromas de Utamaro, Hokusai y Sharaku no fueron apreciadas por los japoneses hasta que fueron descubiertos por primera vez por Occidente. No sé como explicar esta falta de visión. Tan sólo puedo desesperarme por el carácter de los míos. [12]
Cita otro ejemplo de los que podríamos llamar "cuervos" que volaban alrededor del director japonés. Cuenta, acerca de la proyección por primera vez en televisión de Rashomon, de la actitud del presidente de Daei, la productora, en una entrevista:
Ese hombre, después de haber mostrado tanto disgusto por el proyecto al principio de la producción, después de quejarse una vez acabada la película de que era "incomprensible", y después de degradadar al ejecutivo de la compañía y al productor por habernos dado facilidades, ¡estaba ahora hablando orgullosamente una explicación completa y exclusivista de su éxito! [13]
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[1] Kurosawa, Akira. Autobiografía. Editorial Fundamentos, pág. 142
[2] Ídem anterior, pág. 142
[3] Metzger, Rainer & Walter, Ingo F. Van Gogh. La obra completa, Pintura. Taschen, pág. 684
[4] Van Gogh, Vincent. Cartas a Theo. Adriana Hidalgo editores. Carta 542 F, pág. 310
[5] Chevalier, Jean & Gheerbrandt, Alain. Diccionario de los símbolos. Editorial Herder. Ver acepción de "puente".
[6] https://www.revistaesfinge.com/arte/musica/item/533-32preludio-de-la-gota-de-agua
[7] Ver nota 1, pág. 288
[8] https://www.filmin.es/blog/25-lecciones-de-cine-del-maestro-akira-kurosawa
[9] Ver nota 1, pág, 18
[10] https://www.filmin.es/blog/25-lecciones-de-cine-del-maestro-akira-kurosawa
[11] Artaud, Antonin. Van Gogh, el suicidado por la sociedad. Editorial Argonauta, pág. 84
[12] Ver nota 1, págs. 286-287
[13] Ver nota 1, pág. 287
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ANÁLISIS DE LOS OTROS SUEÑOS DE KUROSAWA.
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