Freud en el sexo, Nietzsche en el pecho, Marx en la cabeza.
(Aurora Rodriguez Carballeira)
La Virgen Roja (Paula Ortiz, 2024), es una interesante y muy bien realizada película que se centra en la recreación de la corta vida de Hildegart Rodríguez Carballeira (interpretada por Alba Planas), la niña prodigio de principios de los años 30 del siglo pasado, que entre los 15 y 18 años publicó 13 libros, numerosos artículos, dio numerosas conferencias, fue una notable activista militando en el PSOE y colaborando con la UGT, y máximo exponente en España de la reforma sexual, una revolución en toda la regla para los tiempos que corrían. Sin embargo, su historia está inestricablemente relacionada con su madre, Aurora Rodríguez Carballeria (gran interpretación de Najwa Nimri), que la asesinó a los dieciocho años. Desde la perspectiva de este blog nos centraremos en la dimensión psicológica de esta relación. Cuando ví la película recordé una cierta similaridad con la también historia real del niño prodigio del piano David Helfgott, llevada a la pantalla con el título de "Shine, el resplandor de un genio" (Scott Hicks, 1996), o "Family life" (Ken Loach, 1971), o "Cisne negro" (Darren Aronofsky, 2010), todas ellas comentadas en este blog (ver enlaces al final del comentario).
El tema del que partiré en mi comentario trata de que, a pesar de la indiscutible precocidad intelectual de Hildegart, hay una real contradicción entre aquello que intelectualmente defiende como la igualdad entrre hombres y mujeres, su posicionamiento político, así como la libertad social y reproductiva, y para lo que fue creada por Aurora y, precisamente por este motivo, la relación de sometimiento de Hildegart a la voluntad de Aurora que no la contempla como hija sino como "una estatua" esculpida por ella y a su servicio, y que tras la amenaza de romper con esa relación en la que la hija no es más que una extensión de la madre (el querer establecerse como sujeto más allá de ella), es cuando Aurora decide quitarle la vida. De cierta manera podemos decir que Aurora es la ideóloga de Hildegart que es su brazo ejecutor.
Hildegart y Aurora. |
Si bien cabe elogiar la película de Paula Ortiz y las magníficas interpretaciones de Najwa Nimri como Aurora, y de Alba planas como Hildegart, es difícil a partir de ella tener una dimensión clara de lo que sucedió en el plano psicológco entre madre e hija, y más concretamente de que le sucedió a Aurora, puesto que ella es el orígen de lo que Luis Kancyper llamó "relación centaurica".
Quiero indicar aquí que debo mucho para este comentario al libro de Guillermo Rendueles Olmedo "El manuscrito hallado en Ciempozuelos. Análisis de la historia clínica de Aurora Rodríguez".
Es obvio que Hildegart fue concebida como un proyecto de Aurora, como David Helfgott lo era de Peter, su padre, ambos un proyecto que se constituye en una extensión de sus progenitores que no conciben su desarrollo como sujetos. Es algo que ya vimos en la entrada de Shine desde la perspectiva del psicoanalista Luis Kancyper, quien llamaba a esos hijos "centauros", y a la relación que mantienen padre e hijo "relación centáurica". Kancyper la circunscribe a la relación fusional padre-hijo en la cual el primero es "la cabeza de un ser fabuloso y el hijo, el cuerpo que lo continúa completándolo", aunque aquí postulo es que esa definición es perfectamente válida para el caso presente.
Como ya cité en Shine, este tipo de relación se caracteriza no por el amor, sino por el proyecto. No hay hija, hay proyecto y, por tanto, se establece una relación narcisista en la que la hija queda retenida en la madre al no existir figura paterna, estableciéndose una simbiosis madre-hija que comparten una única alma que es el alma de la madre. Que esto es así tiene una formulación explícita en las propias palabras de Aurora cuando tras la muerte de Hildegart dice que sintió "como su alma volvió a ella". [3] Y en otra ocasión dijo: "Cuando la maté dije… ¿Queréis su cuerpo? Ahí lo tenéis, su alma es mía y no hay quien me la quite." [4] Esto caracteriza un tipo de relación en las que en palabras de Kancyper:
El padre (en nuestro caso Aurora) se ofrece como objeto de idolatría y el hijo (en nuestro caso Hildegart) es colocado como objeto de veneración. Entonces se crea un pacto, una alianza Dios-hijo.
Esta relación vincular "padre Dios - hijo Venerador Esperante" (Aurora Dios - Hildegar veneradora y esperante) instrumenta un engaño, consciente o no, y subvierte una situación para obtener fines distintos.
Bajo la apariencia de dar al hijo, su objetivo es inverso: sacar del hijo.
Es un dar que resta, inmoviliza, posee y empobrece al hijo; es un dar que quita... [5]
Esta relación vincular "padre Dios - hijo Venerador Esperante" (Aurora Dios - Hildegar veneradora y esperante) instrumenta un engaño, consciente o no, y subvierte una situación para obtener fines distintos.
Bajo la apariencia de dar al hijo, su objetivo es inverso: sacar del hijo.
Es un dar que resta, inmoviliza, posee y empobrece al hijo; es un dar que quita... [5]
Esta es la base sobre la que se levanta la relación centáurica, y es por eso que en ella el amor es inexistente, puesto que lo importante es el proyecto que tanto David, como Hildegart, representan respectivamente para Peter o Aurora.
II. CREANDO EL PROYECTO HILDEGART.
Desde el momento que Aurora concibe la idea de "tener una hija" ya la orienta a crear su proyecto que es el "modelo de mujer del futuro", lo que implica que Hildegart crecerá en una burbuja permanente con Aurora, de alguna manera tal y como sucedió con esta y su padre, con la diferencia de que en Aurora se constituye como un proyecto que implica todo un método de crecimiento basado en los principios eugenésicos, y cuyo primer paso fue buscar un hombre adecuado para su concepción, y cuya función era la de simple engendrador, sin ningun reconocimiento como figura paterna. De alguna manera, Aurora sistematizó, a través de las ideas de la eugenésicas, lo que en ella de pequeña se dio de manera desordenada:
Nunca fui a la escuela, y en aquel despacho leí de todo, clásicos, filosofía, anatomía… Intervenía en las conversaciones políticas y di gran importancia a la masonería, al doctor Rigol… De lo externo me enteraba por los paseos con mi padre, no por los juegos con otros niños... [6]
Y como dice Guillermo Rendueles:
La precocidad de Aurora tiene un regusto amargo: el de la renuncia a la vida real; la continua reflexión de que esta vida es una metáfora de otra realidad; la conciencia de que sólo se puede descubrir la clave del mundo tras una profunda reflexión; la convicción de que las dificultades afectivas se resuelven con abstracciones o con el aislamiento. Tales son las bases existenciales de Aurora. [7]
Aurora empezó a aplicar su método desde el primer día que pensó concebirla. Veamos:
1) Elección del "fecundador". Dice Aurora: "miré los que me rodeaban, y a unos los desechaba por una razón física, y a otros por razones psíquicas. Por fin encontré al elegido: físicamente era perfecto, de edad madura, en plenitud viril, inteligente tirando a astuto; era una persona de cultura extensa, pero poco profunda…" [8] Buscaba un fecundador adecuado, en el sentido eugenésico, nada más: no había deseo, no había placer, reduccion del contacto físico, no había afecto... Hay distintas hipótesis sobre quien fue ese elegido, pero para nuestro objetivo da igual, pues volviendo a Kancyper, este nos dice acerca de este tipo de padre o madre que: "cierra el acceso del hijo hacia la búsqueda de la madre (en nuestro caso del padre) como objeto total. Es una relación dual padre-hijo (en nuestro caso madre-hija) que obtura el movimiento hacia la triangulación..." [9] De hecho, parece que Aurora se había concebido así misma como un ser andrógino: "tengo la cabeza configurada como un hombre, pero las caderas y piernas como una mujer, y de ahí mi carácter."[10]
2. Cuidado durante el embarazo. Elegido el fecundador y desechado como padre, sigue el cuidado durante el embarazo con normas muy claras y estrictas hacia ella misma para favorecer al máximo el buen desarrollo del feto, tanto física como anímicamente: "No sólo me preocupé de que el cuerpo fuera sano, sino de que el alma no se perjudicara, que tuviera una excelente salud psíquica."[10] Y para ello siguió un plan de alimentación especial, gimnasia, baños con agua caliente dos veces al día, evitaba lecturas de sucesos que pudieran impresionarla, etcétera.
Pero todo siempre con su madre, siempre con ella al lado. Y como ella, no tuvo infancia, viviendo encerrada en su mundo. Aurora la pasó encerrada en el que fue su mundo, el despacho de su padre ("el único escenario de mi vida infantil" - dijo) rodeada de libros, escuchando a los amigos de él, dotada de una gran sensibilidad musical, pero sin infancia,
III. EL FRACASO DEL PROYECTO: LA PROYECCIÓN PARANOICA
Es a partir de los 15 años que el proyecto Hildegart empieza a tomar forma extendiéndose durante tres años en los que publica libros, artículos, milita en el PSOE y colabora con la UGT, actiuvismo social por la igualdad de las mujeres, etcétera. Sin embargo, y desde la perspectiva de Aurora, eso va a implicar que Hildegart va a ser conocidad y requerida por todos aquellos que la conocen o con los que colabora. Su precocidad intelectual llega más allá de España, haciéndose eco personalidades como Havellock Ellis o Magnus Hirschfeld, ambos conocidos sexólogos, médicos y activistas sociales inglés y alemán respectivamente, así como otras personalidades como H. G. Wells, Gregorio Marañón, etcétera. Sin embargo, esta salida al mundo y la crisis adolescente de Hildegart empiezan a provocar, por un lado la necesidad de independizarse esta de su madre; y por otro, que Aurora se desestabilize entrando en una aguda crisis paranoica que desembocó en el asesinato de Hildegart: "¿Queréis su cuerpo? Ahí lo tenéis, su alma es mía y no hay quien me la quite."
Sin embargo, y desde las perspectiva paranoica de Aurora, ella ya veía indicios de que "su proyecto" tno había empezado bien. Desde la perspectiva proyectiva paranoica, Aurora pone todos los errores fuera de ella sin percatarse de su responsabilidad, en lo que sucedía con ella como madre de Hildegart. Si referenciamos los factores que según Aurora hacen fracasar su proyecto, lo podemos referenciar a las tres fases que antes hemos indicado. Veamos:
1. En relación al fecundador, Aurora admite que pronto notó que la elección no había sido la más adecuada. Así en una anotación del Manuscrito de Ciempozuelos se dice: "Hoy dice que cuando estaba embarazada se enteró de una mala acción del padre de la niña, y ya desde entonces se dio cuenta de que lo que había engendrado no era perfecto." Y añade luego: "y fue cuando me volqué sobre ella para contrarrestar lo del padre. Cuando nació todos mis pensamientos los decía en voz alta para que se fueran esculpiendo en ella." [11] Desde el punto de vista de la concepción de Hildegart como proyecto no hay conciencia del hijo como sujeto a desarrollar, sino de objeto a desarrollar. Como es obvio, Aurora obvia los problemas éticos implícitos en su posición, así como las consecuencias psicologicas que esa instrumentación de un hijo puede tener para él, convencida como estaba de su objetivo.
2. En relación al método de crianza dice Aurora: "De niña no fue dócil nunca, era rebelde. Pero la madre siempre consiguió captarla. Reservada. Era hermética y gozaba con hacer sufrir, hubo un cierto odio hacia mí, nunca me quiso. El primero que sembró la semilla en contra mía fue su propio padre." (la negrita es mía). Más adelante sigue diciendo: "Un día sorprendió al padre hablándole mal de ella. En el acto cogió un revolver y amenazó a éste con matarle a él y a la niña si no se marchaba. Tendría ésta entonces cuatro años. La niña se revolvió en contra mía." [12] Sin embargo, obvia que significa para un niño crecer tratado como un producto de alta calidad que debe ser "modelo" para la humanidad, y que se pretende cincelar como una extensión de su madre, pero falto del amor, del cariño o la ternura que tan fundamentales son en la infancia.
Que la relación no era fácil se desprende de algunas cosas que Aurora cuenta, si bien no es obvio identificar si es tema de Hildegart o de Aurora debido a la proyección paranoica. Por ejemplo: "mi hija no era buena, tenía el alma mala." o "No era cariñosa para nadie. Era inteligente, pero no tanto como parecía; si parecía ser más inteligente era porque en ella se reflejaba la inteligencia de la paciente. Rencorosa. Para mí era mala, para mí, más que nada era envidiosa, me envidiaba, sabía lo que valía eso para mí." [13] Dicho desde la reapropiación de la proyección podemos plantearnos ¿era el alma de Aurora buena? ¿Era cariñosa Aurora? ¿Quién envidiaba a quién?
El fracaso se salda con la muerte de Hildegart por la voluntad de ésta de independizarse, y ante esa posesión de Aurora "Tú ere mía", se opone la afirmación de libertad de Hildegart: "Yo no soy de nadie. A partir de ahora voy a tomar mis propias decisiones, a partir de ahora soy libre". De la misma manera, que la expulsión de la familia de David Helgfott por parte de Peter, se produce ante la voluntad de éste de seguir su camino como pianista lejos del padre, al partir al Real Colegio de Londres en Inglaterra. Desde la perspectiva de Aurora el producto salió defectuoso, lo que equivalía a sentirse traicionada por ella. Como dice Guuillermo Rendueles, y desde el estado paranoico en el que Aurora se halla: "... poco a poco llega a una conclusion terrible: EL MAL YA ESTÁ DENTRO DE HILDEGART. Comienza a recapitular los rasgos de Hildegart: insumisión a su deseo, chispas de libertad que aquella forja educativa no había sido capaz de arrasar, y en la ruina de suy proyecto - "Hildegart está dispuesta a prostituirse separándose de mi, traicionando la obra" - cree ver la señal del padre que no conoció" [14]
IV. RELACIÓN CENTÁURICA Y TRANSFUSIÓN NARCISISTA MASIVA.
Antes que Hildegard, Aurora ya tuvo otra oportunidad para "crear" sobre "muñecos de carne", como ocurrió con con su sobrino Pepito Arriola (foto), conocido como el Mozart español, otro niño prodigio del piano al que Aurora, desde sus catorce años tomo bajo su formación, aunque su objetivo no era la formación sino lo que, adecuadamente, Guillermo Rendueles llama trasfusión narcisista masiva, es decir, vivir a través del otro sobre quien se inculca el propio espíritu. Dice Aurora sobre Pepito: "lo educaba como se me ocurría, lo fundamental era verter en su espíritu lo que yo llevaba en el mío."
Es en ese sentido que la relación centaurica descrita por Kancyper está determinada por esa trasfusión narcisista masiva de un padre a un hijo en el que el mundo psíquico de éste pretende estar configurado por el mundo psíquico del primero (recordemos que cuando mató a Hildegard dijo aquello de que "su alma volvió a ella".) Estamos ante una evidencia del mecanismo de la identificación proyectiva. Observemos el parecido de esta situación con el caso de David Helfgott con la resistencia de su padre a que tenga profesores o vaya a conservatorios de otros países: "¡Yo sé lo que te conviene porque yo soy tu padre! ¡¡SOY TU PADRE!!
Es destacable como en ese tipo de relación Peter, o Aurora, pretenden extenderse a traves de sus hijos para realizar aquello que ellos sienten que no han podido. En el caso de Peter por un padre que aplastó su deseo de tocar el violín, y en el de Aurora por un aprendizaje prácticamente autodidacta, y en un entorno polarizado donde ella se siente protegida por el padre (determinado también por el espacio seguro que representa el despacho de este, donde se centrará su mundo practicamente en sus primeros 14 años) "en contra" de la alianza que ella supone entre su madre y su hermana Josefa, a las que siente que se alían contra ella (base de la dimension paranoica de Aurora). Es desde esta perspectiva, que la separación absoluta que impuso Josefa entre ella y Pepito, que Aurora consideró un robo, debió representar "una verdadera amputación, en sentido literal, ya que era un trozo de alma lo que se llevaba nada menos que Josefa, y precisamente ella, un trozo que estropearía y malgastaría, pero que significaba ruina y castración para Aurora." [15] Como la profunda traición que fue para Peter que David decidiera partir hacia el Real Conservatorio de Londres.
Como consecuencia, ambos sufren la violencia que implica esta castración. David será expulsado de la familia y acabará con serios problemas de salud mental, mientras Hildegart será asesinada,en un claro ejemplo del pasaje al acto propio de la paranoia. Asesinato con el cual se evita la sensacion que tuvo cuando sintió que Pepito Arriola le era arrebatado.
NOTAS.
____________________________
[1] Rendueles, Guillermo. El manuscrito encontrado de Ciempozuelos: Análisis de la historia clínica de Aurora Rodríguez. Ediciones Morata, pág. 207
[2] Ver nota 1, pág. 107
[3] Ver nota 1, pág. 80
[4] Ver nota 1, pág. 133
[5] Kancyper, Luis. Jorge Luis Borges o el laberinto de Narciso. Paidós. Ideas y perspectivas. En especial págs. 32 a 40.
[6] Ver nota 1, pág. 84
[7] Ver nota 1, pág. 85
[8] Ver nota 1, pág. 113
[9] Ver nota 2, pág. 33
[10] Ver nota 1, págs. 70
[11] Ver nota 1, pág. 40
[12] Ver nota 1, pág. 52
[13] Ver nota 1, pág. 48
[14] Rendueles Guillermo. Psicologización, pobreza mental y desorden neoliberal. Escritos y Entrevistas. Las locuras del feminismo. A propósito de la Virgen Roja. Irrecuperables. La Otra Locura 2, pág. 70
[15] Ver nota 1, pág. 91
PELICULAS CITADAS
(Pulsar título para acceder el enlace)
_____________________________